El juego de la seducción. Martín Rieznik
primera edición de El juego de la seducción se publicó en mayo de 2013. En su año de lanzamiento, miles de copias llegaron a manos de lectores de todo el mundo, superando ampliamente nuestras expectativas. Recibimos pedidos de casi todos los países de América y Europa, pero también de Australia, Singapur y Sudáfrica. Evidentemente, la seducción es un tema en el que muchos hombres necesitamos una guía, una orientación, un mapa que nos ayude a recorrer un camino que todos queremos emprender pero que nadie aún nos había indicado cómo transitar.
En estos años desde su primera edición, este libro ha demostrado que mejora la calidad de vida de quienes lo leen. Basta con observar los comentarios que dejan en cualquiera de las tiendas virtuales quienes lo han leído, estudiado los conceptos y practicado las técnicas que proponemos. Hombres que han atravesado las diferentes etapas de aprendizaje que requiere el desarrollo de este arte y que finalmente lograron sentir en sus cuerpos y en sus mentes lo que repetimos hasta el cansancio en cada curso, artículo y entrevista: la seducción es una habilidad que se puede aprender.
Al publicar El juego de la seducción pretendíamos abrir la posibilidad de un mayor entendimiento entre hombres y mujeres; creemos que hemos cumplido ese objetivo con creces. Miles de vidas han sido transformadas y hemos sido testigos de eso: mujeres que nos agradecen porque “mi novio se animó a acercarse a mí gracias a este libro y estamos muy enamorados”; varios bebés y niños que nos han presentado como “fruto del libro” y, por supuesto (no vamos a negarlo, porque es la reacción más inmediata), un número enorme de hombres y mujeres que nos muestran su gratitud porque están teniendo más y mejor sexo gracias a los conocimientos que ofrecen estas páginas. Algunas de esos citas lujuriosas luego se transformaron en relaciones de amor, otras en descendencia y muchas quedaron solamente en encuentros casuales, fugaces (y fogosos), en momentos de placer compartido (“infinitos, mientras duran”) de esos que todo ser humano con una vida plena disfruta y merece. La felicidad solo es real cuando es compartida y, sea por una noche o para toda la vida, nos llena de alegría saber que, con la ayuda de estas páginas, tanta gente se ha encontrado y conectado en uno de los niveles más profundos que dos personas pueden alcanzar.
Gran cantidad de cosas cambiaron desde esa primera edición hasta ahora. LevantArte, nuestra escuela de coaching en seducción y habilidades sociales, experimentó un crecimiento meteórico. Buena parte del mismo se debió a este libro, con el que hemos viajado por toda Latinoamérica presentándonos en radio, TV y medios gráficos.
En 2013, cuando lanzamos la primera edición, solo dictábamos cursos en Buenos Aires. A partir de la publicación del libro todo cambió: llegamos a Rosario, Córdoba y Mendoza, en Argentina. Luego siguieron Montevideo y Colonia, en Uruguay; Santiago y Viña del Mar, en Chile; Bogotá y Medellín, en Colombia; Barcelona y Madrid, en España; DF y Cancún, en México y Lima, en Perú. Actualmente, tenemos sedes en seis capitales del mundo y los cursos online agotan su cupo mes a mes. En ese contexto, fuimos convocados para participar en dos conferencias TED, que cuentan sus reproducciones de a millones: La ciencia de la seducción, de Andrés Rieznik en la TEDxRíodelaPlata, de Buenos Aires, y Seducir para ser feliz de Martín Rieznik en la TEDx de la Universidad de los Andes, Bogotá.
Por supuesto, en estos años también pasaron cosas en la vida de los autores. Para comenzar, muchos habrán notado que, a pesar de estar escribiendo estas palabras en la primera persona del plural, el libro lleva solo una firma, la de Martín Rieznik, mientras que en la primera edición mostraba también la de Mike Tabaschek. Mike no está presente en esta obra, porque su vida tomó otros rumbos emocionantes que requirieron de su tiempo y su pasión. Sin embargo, mantuvimos la primera persona del plural a lo largo del libro por motivos pedagógicos y de créditos.
Motivos pedagógicos, porque creemos que todos somos ese hombre que se equivoca y que aprende. No creemos en superhombres ni alentamos batallas de egos, porque, para nosotros, nadie es mejor que nadie. Tampoco queremos separar al autor del lector. Todos somos ese hombre que a veces conquista sus objetivos fácilmente y otras veces no, pero que jamás deja de aprender. Aprender del dolor no es lo más divertido del mundo, pero es mucho mejor que no aprender absolutamente nada.
La utilización de la primera persona del plural tiene, además, una razón relativa a los créditos del libro; en ese sentido, señala que todo el conocimiento volcado en estas páginas es fruto del trabajo colectivo, aunque solo lleve la firma de una persona. Nada de todo esto podría haber sido escrito sin la ayuda de decenas de coaches que trabajan en LevantArte, sin los miles de feedbacks y reportes de alumnos que hemos recibido y, por supuesto, sin todos los autores e investigadores que nos precedieron. Por más alto que hayamos llegado, somos conscientes de que no somos más que enanos parados sobre hombros de gigantes.
El juego de la seducción y las relaciones entre hombres y mujeres también han experimentado cambios en los años que nos separan de la primera edición. Para comenzar, en este tiempo atravesamos una histórica segunda revolución de las mujeres. A la primera revolución, la de la década de 1960, ya nos hemos referido en la primera edición de este libro, pues, de alguna forma, estas páginas existen gracias a dicha revolución. La seducción solo puede darse entre personas libres de elegir con quiénes se acuestan y cuándo, y eso no era muy posible para las mujeres antes de los años 60. Tuvieron que conquistar sus derechos civiles, políticos, sociales y sexuales para que hoy podamos hablar de seducción.
La revolución de las mujeres que estamos viviendo ahora representa sin duda otra bocanada de aire fresco para la seducción: mujeres más libres implican relaciones más libres y, sobre todo, más sanas. Aunque aún queda camino por recorrer para lograr una sociedad completamente justa e igualitaria, en esta nueva ola las mujeres se están apropiando de su derecho al goce sexual, de su derecho a decir que “no” y a decir que “sí”. La comunicación en el cortejo se vuelve poco a poco cada vez más sincera, más franca, más necesaria.
En las antípodas de esta revolución, en los últimos años impactaron en el mundo aberrantes denuncias de abuso y acoso sexual. Cada vez queda más claro qué es todo aquello que no deben hacer los hombres y ese es un muy buen primer paso. Sin embargo, aún es muy escaso y confuso el conocimiento que se ofrece sobre lo que sí es adecuado a la hora de seducir. Este libro pretende ser un aporte en ese sentido; queremos contribuir a la construcción de un camino que pocos se animan a recorrer: qué es lo que sí es factible ensayar cuando de seducir se trata.
Al abordar esta segunda edición del libro, notamos que no era necesario retocar sustancialmente ninguna de nuestras conclusiones acerca de lo que funciona en el terreno de la seducción, porque nuestros “sí” se han basado siempre en el respeto, en desarrollar la inteligencia emocional y la capacidad de liderazgo; en convertirse en alguien atractivo y empático. Para nosotros, seducir es dar lo mejor de uno mismo, porque entonces es cuando nos sucederán cosas buenas y eso aplica a la seducción.
Nuestras máximas sobre el juego de la seducción son las mismas en esta edición y en la precedente: no demostrar interés sexual en el acercamiento, comenzar toda interacción sin invadir el espacio personal, atentos a los indicadores verbales y no verbales para saber cuándo somos bienvenidos y cuándo no. Si el inicio de la interacción es bueno y proyectamos que somos personas de alto valor y respetuosas (desarrollaremos el concepto de valor en el Capítulo 3), en general las señales serán de avanzar. Y, si no lo son, a otra cosa: no queremos ir adonde no nos invitan. Quien siga los caminos que propone este libro navegará siempre por las aguas del consentimiento y el placer mutuo. El consentimiento es sexy, es nuestro norte. Nadie puede seducirte sin tu consentimiento.
Que no hayamos modificado sustancialmente nuestras conclusiones sobre cómo jugar la seducción no significa que algunos aspectos del juego no hayan cambiado en estos años. Es un hecho, por ejemplo, que la aplicación Tinder y otras similares ni siquiera aparecían en la primera edición de 2013. También han variado algunos aspectos del juego de la seducción en estos años; nos hemos adaptado a ellos y ese es uno de los motivos que nos llevó a concebir esta segunda edición revisada y ampliada.
El Capítulo 22 de la versión anterior del libro se dedicaba al juego telefónico; lo hemos reescrito por completo para aportar las claves de la seducción