Los estudios organizacionales en Colombia. Mauricio Sanabria

Los estudios organizacionales en Colombia - Mauricio Sanabria


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trabajos y aportes comprensivos ponen en cuestión la educación instrumental al tiempo que buscan un equilibrio que permita la pregunta y el cuestionamiento por el uso de ciertos medios para alcanzar los fines empresariales y organizacionales (E2, 30 de agosto de 2018). Uno de los entrevistados (E9, 4 de octubre de 2018) indica que, en esta tensión, lo que abundan son los trabajos de orden descriptivo, pragmático y técnico, es decir, que las organizaciones se estudian para generar rentabilidad y productividad; en ese sentido, la tendencia es a la supresión de los análisis complejos, del diálogo interdisciplinar y del pensamiento científico respecto a la organización.

      En el orden de ideas sobre las controversias, la segunda enunciada evidencia diferencias entre la concepción de lo que son los estudios de las organizaciones y los estudios organizacionales. Para algunas de las personas entrevistadas, la palabra estudio es genérica e implica no hacer distinción entre estos dos conceptos, es decir, estudios de las organizaciones y estudios organizacionales serían lo mismo (E2 y E7, 30 de agosto y 20 de septiembre de 2018), ya que en ambos se integran las diversas perspectivas teóricas y epistemológicas presentes en el análisis y comprensión de las organizaciones (Sanabria, Saavedra y Smida, 2013).

      Otros investigadores consideran que los estudios de las organizaciones ocupan un campo amplio que implica diversas perspectivas teóricas desde las cuales se abordan la organización y los fenómenos que en ella acontecen, como objetos de análisis. Entre dichas teorías se cuentan la teoría administrativa, la teoría organizacional y los estudios organizacionales. Las dos primeras teorías son de corte funcional-positivista, mientras que los estudios organizacionales son una perspectiva crítico-comprensiva (Gonzales-Miranda y Gentilin, 2013; Gonzales-Miranda, 2014; Ocampo-Salazar, Gentilin y Gonzales-Miranda, 2016; Gonzales-Miranda, Ocampo-Salazar y Gentilin, 2018). En tal sentido, los estudios de las organizaciones involucran los estudios organizacionales, un campo mediado por el enfoque crítico que propone otras miradas para ampliar la comprensión de las organizaciones, sin excluir la Teoría de la Organización.

      Incluso algunos entrevistados indican que los estudios organizacionales constituyen una corriente que se traslapa con los estudios críticos del management (CMS, por sus siglas en inglés), en cuanto a un interés por investigar las organizaciones. Por tal razón, revisa y nutre lo propuesto por la teoría organizacional y por el pensamiento administrativo (E1, 29 de agosto de 2018). También es una concepción que incorpora racionalidades provenientes de diversas disciplinas y que intenta favorecer la comprensión sobre diferentes asuntos y fenómenos propios de las empresas y las organizaciones (E3, 6 de septiembre de 2018). Estos estudios tienen la ventaja de permitir la crítica y pensar las organizaciones desde diferentes perspectivas, lo que implica, entre otros elementos, las condiciones laborales y los contextos (E4 y E5, 4 y 12 de septiembre de 2018). Allí, lo crítico empieza a enmarcar un panorama de trabajo, tal vez una identidad para los estudios organizacionales en Colombia.

      Ahora bien, tal diversidad de posturas entre los entrevistados permite realizar algunas observaciones con respecto a la tercera controversia: dificultades en la difusión y la falta de comunidad académica en el estudio de las organizaciones. Entre los aspectos que han dificultado la necesaria difusión, el análisis de la información permite observar: i) falta de formación en un idioma diferente al español, ii) aumento de publicaciones en revistas foráneas sin análisis del contexto local, iii) enfoque en la producción funcional y iv) posición conservadora de las escuelas de administración que tienden a orientar y transformar las “maestrías en ciencias” y los doctorados hacia perspectivas funcionalistas, al modificar los avances en la comprensión de lo organizacional. Todo ello refleja una mercantilización de la educación en el ámbito nacional y un posicionamiento mercantil respecto a los programas y la formación profesional.

      En Colombia hay una incipiente comunidad académica en el estudio de las organizaciones. Se carece de una mirada en conjunto para este campo, de la crítica y del cuestionamiento (E7, 20 de septiembre de 2018). Por consiguiente, se considera que la ausencia de redes académicas, es decir, que las investigaciones se realicen de manera individual, bien por instituciones o personas, ha implicado que muchos estudios sobre las organizaciones (provenientes algunos, incluso, de escuelas o facultades diferentes a las de administración) se queden en el interior de las instituciones, no sean reconocidos por las comunidades académicas y no generen diálogo, disertación y crítica con otras universidades y otros investigadores.

      Aunado a lo anterior, se presentan consideraciones y cuestionamientos a los críticos de las organizaciones. Al respecto, uno de los entrevistados plantea que aquellos que se inscriben en los estudios organizacionales e indican que son de perspectiva crítica y no funcional, tienen un tono de denuncia poco propositivo (E8, 28 de septiembre de 2018). Al respecto, este entrevistado plantea que hay que estudiar una integración entre dicho tipo de estudio y la administración, es decir, entre lo comprensivo y lo funcional. La clave podría ser la diversidad de paradigmas, tanto para el estudio de las organizaciones como para el estudio de la administración, porque es necesario formar gerentes, dirigentes y administradores que, además, conozcan los fenómenos que acontecen en y alrededor de las organizaciones.

      Este apartado permite discutir las proyecciones que tendría el estudio de las organizaciones en el ámbito nacional. En ese sentido, se configura una agenda de desarrollo a futuro, no con el ánimo de prescribir o dilucidar fehacientemente el progreso de este campo de conocimiento, sino tan solo de proponer, a partir de la indagación realizada, los alcances, los planes y los retos que se avecinan en el país y, con ello, las posibilidades de investigaciones y trabajos conjuntos que se pudieran elaborar.

      El estudio de las organizaciones en Colombia ha estado ligado entrañablemente al ámbito administrativo y ellas también han sido examinadas arduamente por diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanas. En sus inicios, no existió diferenciación alguna entre el estudio de la administración y el estudio de las organizaciones. Y, en efecto, bien se podría afirmar que uno de los alcances o logros obtenidos en el estudio de las organizaciones es la división que se viene forjando entre ambos campos de saberes. Tal situación permite identificar y analizar tanto la gestión como el tipo de organizaciones que hay en el país y los sucesos sociales que emergen y se desarrollan en su interior. En otras palabras, diferenciando lo referido a la gestión y las acciones que propenden por la eficacia y la productividad del estudio de las organizaciones como tal. Así, es posible encontrar en la actualidad una demarcación entre ambos campos, reconocida y aceptada, a pesar de que, en muchas instituciones y programas académicos, se traslape y se asuma como impropia tal división.

      Adicional a lo anterior, surge un asunto importante, aunque procedimental: en Colombia, a diferencia de otras latitudes, casi la totalidad de las revistas de difusión exigen clasificar los artículos bajo los parámetros desarrollados por el Journal of Economic Literature (JEL), como método estándar para tipificar literatura académica en el campo de la economía. En ese sistema no existe la posibilidad de clasificar una producción académica que tenga como objeto de estudio la organización, como tampoco aspectos sociales que propicien su investigación, como el poder, la cultura, el género, etc. Este es un ejemplo de cómo lo administrativo no se desliga aún de lo organizacional, al menos formalmente.

      No obstante, el auge de los doctorados en Colombia tiene también un alcance sustancial. Tal acontecimiento permitirá, irremediablemente, ahondar en el estudio de las organizaciones, independientemente de la postura ontológica y epistemológica que se tenga sobre el objeto de estudio. En ese sentido, habrá más investigaciones empíricas sobre organizaciones colombianas, en espera de un crecimiento en el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, lo que permitirá ampliar el conocimiento sobre la realidad organizacional en el país, ya que, hasta ahora, se ha concentrado en el estudio de las grandes organizaciones. Aún queda la deuda de una mayor investigación sobre


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