Sobre delitos y penas: comentarios penales y criminológicos. Gabriel Ignacio Anitua

Sobre delitos y penas: comentarios penales y criminológicos - Gabriel Ignacio Anitua


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el sistema.

      El Master “Sistema penal y problemas sociales” de la Universidad de Barcelona (en el que también tuvo participación decisiva Baratta a través de las sesiones comunes que realizaba este curso con otros similares del ámbito europeo) ha intentado suplir estas carencias en la formación de los investigadores sobre el sistema penal, y en el presente libro se exponen trabajos de investigación relacionados con las asignaturas que en él se imparten. De acuerdo a las distintas dimensiones de la sociología jurídico penal abogada por el homenajeado en este número de Anthropos, el libro pretende ser de ayuda para los estudiantes que buscan dotarse de las herramientas transdisciplinarias necesarias en el estudio riguroso del sistema penal, y adoptar una visión crítica ligada al compromiso político en contra de la cultura punitiva y excluyente.

      No obstante, el valor del libro se extiende a más lectores que los estudiantes del Master. Cualquier investigación que, desde las disciplinas sociológicas, antropológicas, filosóficas, psicológicas, jurídicas, etc., aborde algún aspecto de la interacción entre el aparato jurídico penal y la realidad social (como un todo indisociable) sacará provecho de su lectura. Lo propio debe decirse de todo aquel lector interesado, aunque no necesariamente especializado, en los problemas sociales asociados al delito, su definición y represión.

      La primera parte del libro está integrada por un artículo de Roberto Bergalli, “Las funciones del sistema penal en el estado constitucional de derecho, social y democrático: perspectivas socio-jurídicas”, que es una introducción general a la obra (aclara la estructura y metodología de la misma) pero a la vez es un artículo polifacético que aborda desde las cuestiones teóricas más profundas (el control social, el Estado, las teorías clásicas sobre esos conceptos y sobre la sociología jurídico-penal) hasta los temas de más urgente actualidad de la comunidad, el Estado y el mundo en que el autor vive. Las reflexiones finales sobre la crisis actual de representación y las exigencias y posibilidades del sistema penal son quizás la mejor invitación para leer este libro y continuar investigando desde esta perspectiva. También integra esta parte la colaboración de Iñaki Rivera Beiras “Historia y legitimación del castigo ¿Hacia dónde vamos?”, que hace un repaso de las distintas tradiciones teóricas sobre el castigo para plantear serios interrogantes desde el presente de aquellos discursos. Y se cierra esa parte con Joan Antón Mellón, quien en “Teoría política y sociedad: la beneficencia como espejo social” realiza un estudio político e histórico sobre el “tratamiento” de la pobreza en las distintas fases del capitalismo.

      La segunda parte del libro es la más extensa y la que tiene un mayor contenido sociológico-jurídico, pues atiende a las instancias de aplicación del sistema penal, su funcionamiento y su selectividad. Pedro Fraile, en “La organización del espacio y el control de los individuos”, parte del estudio de las instituciones de secuestro de la pobreza (hospitales-cárceles) para hacer un estudio de geografía crítica sobre la construcción de la ciudad como lugar de exclusión. Julio Zino realiza unas sugerencias para la investigación de las instancias del sistema penal en “El análisis de las instituciones y organizaciones del sistema penal: una propuesta metodológica” (el análisis de las organizaciones y sus acciones no debe descuidar la dinámica articulada entre estructura social, instituciones y cultura, según este autor). José Luis Domínguez resalta la importancia de la sociología jurídica para comprender el funcionamiento real (el ligado a los intereses concretos) de la actividad legislativa sobre el sistema penal, en “Sociología jurídico-penal y actividad legislativa”. Amadeu Recasens, en “La seguridad, el sistema de justicia criminal y la policía”, complejiza el análisis de la policía (en tanto aparato de estado y sistema polivalente) para enmarcarlo en la estructura social y analizar así algunos problemas “penales” como el de la seguridad. Roberto Bergalli escribe otra contribución, “Jurisdicción y administración de justicia. Jueces y fiscales en la sociedad compleja”, esta vez sobre la instancia judicial y en la que se destaca el estudio comparativo y la relevancia de algunas cuestiones de sociología judicial. Iñaki Rivera Beiras en “La cárcel y el sistema penal (en España y en Europa)” hace un análisis más jurídico sobre las reformas penitenciarias de los últimos veinte años y luego otro más sociológico sobre el estado actual de la cárcel en los ámbitos señalados en el título. Josep García-Bores completa y amplía este último análisis, desde una perspectiva psico-sociológica igualmente crítica con los efectos deshumanizadores de la prisonización en “El impacto carcelario”.

      La tercera parte plantea concretos problemas sociales, provocados en algunos casos por la propia intervención jurídico-represiva del Estado. Así, Oriol Romaní plantea el actual abandono de la pretensión moderna de practicar el control con la intervención directa de las instituciones estatales en “Prohibicionismo y drogas: ¿un modelo de gestión social agotado?”. En realidad, esa intervención no se elimina, sino que ya no pretende solucionar sino solo gestionar los riesgos, lo que puede derivar finalmente en una mera contención reproductora del actual sistema social o en una alternativa transformadora como por la que apuesta el autor. Encarna Bodelón también ofrece alternativas a un sistema punitivo injusto especialmente con las mujeres en “Género y sistema penal: los derechos de las mujeres en el sistema penal”: las mismas, en todo caso, nunca pueden pasar por utilizar el derecho penal. Francesc Barata, en “Los mass media y el pensamiento criminológico”, analiza el impacto de los medios masivos de comunicación en la construcción del delito y las reflexiones hechas sobre ellos por las distintas teorías criminológicas. Cierran el volumen Miquel Izard –“Éxodos, destierros y migraciones”– y Héctor Silveira –“Inmigración y derecho: la institucionalización de un sistema dual de ciudadanía”–. Ambos abordan otro tema de ineludible actualidad, la inmigración. El primero buscando las causas disecciona los métodos del capitalismo globalizante y productor de desigualdades desde la aparición del mismo y las gestas genocidas que lo jalonaron (conquista de América, revolución industrial, totalitarismos fascistas y actual sociedad global) y encuentra, con el recurso de la memoria, importantes reflexiones sobre la actual exclusión punitiva sufrida por los inmigrantes. Esto también es denunciado por Silveira al analizar el actual marco jurídico de la ley de extranjería y al proponer un modelo diferente de ciudadanía.

      14- Sistema penal y problemas sociales, Roberto Bergalli (coord.),Valencia, Tirant lo blanch alternativa, 2003. Comentario publicado en Revista Panóptico, Barcelona, editorial Virus, nº 5, 2003, pp. 193 a 195.

      El comentario del presente número de la revista Criminal Justice puede servir para dar a conocer esta publicación a los lectores argentinos.

      Criminal Justice comenzó a salir hace dos años, tras un proceso de consolidación de su grupo editorial y gestación de la idea que se origina, según sus editores, en 1994. Los editores de la revista son los profesores de la John Moore University, George Mair y del Goldsmiths College, Tim Newburn, de Liverpool y Londres respectivamente. Pero como coeditores y en el consejo editorial aparecen otras prestigiosas figuras de distintas partes del mundo. En efecto, Criminal Justice pretende ser una revista internacional, y reflejar el reconocido incremento del estudio del sistema penal, la justicia, la criminología y los estudios policiales alrededor de un mundo en el que los problemas de este tipo se interconectan necesariamente. No obstante, esa pretensión mundial, la revista se edita en inglés y de la misma participan especialmente obras de estudiosos del área de influencia cultural anglosajona (Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia, India, Sudáfrica, norte de Europa, etc.).

      Asimismo, se proponen sus editores que la revista sea un foro de encuentro entre la criminología académica (y en particular aquella que se define como “radical” o “crítica” y que suele implicarse poco en políticas públicas) y las políticas criminales prácticas. Así lo manifiestan expresamente en la Editorial de presentación que consta en el nº 1 del volumen 1 (febrero de 2001). De esta forma se inserta a la revista dentro de unos nuevos reclamos para la eliminación de límites entre distintas disciplinas que se ocupan de investigaciones criminológicas, y también de aquellas existentes entre investigadores y políticos o prácticos.


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