Güemes. Alejandro C. Tarruella

Güemes - Alejandro C. Tarruella


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y fue hacia el barro poroso del río color leonado, como lo describiría años después Leopoldo Marechal.

      La humildad de Güemes lo hizo cauteloso en el comentario de su logro. Cuentan que, en un oficio respecto de los honores recibidos al titular interino del Directorio, Ignacio Álvarez Thomas, el 11 de septiembre de 1815, Güemes le expuso: “Me avergüenza porque nunca he deseado ser vano, sino bueno, un soldado de la Patria y un ciudadano honrado”. Eran tiempos de fragores intensos en búsqueda de armonizar un destino y años en los que su rol iba a ser decisivo en un capítulo principal para la independencia de las tierras.

      5 Archivo General de la Nación, Sala 9 - Intendencia de Salta. Carta del Virrey Sobremonte al Gobernador Intendente de Salta D. Rafael de la Luz. Reservada. Citado en Sara Mata de López: “La Guerra de la Independencia en Salta y la emergencia de nuevas relaciones de poder”, Conicet-Cepiha, Universidad Nacional de Salta. Disponible en bit.ly/sara_mata

      6 Juan Manuel Beruti: Biblioteca de Mayo, tomo IV, Edición Histórica del Congreso de la Nación, Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, 1960.

      7 El apellido Martínez de Hoz regresó en 1976, a partir de la asunción de José Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía, el 2 de abril de ese año.

      8 Fermín Chávez: Historia del país de los argentinos, Buenos Aires, Peña Lillo Editor, 1972, p. 82.

      9 Sumaca es una embarcación de vela de dos palos, de bordas poco elevadas. Se usó antiguamente en América del Sur para navegar aguas de escasa profundidad.

      10 Juan Agustín García advertía sobre los intentos frustrados de tomar Buenos Aires por el Río de la Plata. “La silueta de alguna urca pirata flamenca o inglesa solía dibujarse en las afueras del río y les dejaba su impresión siniestra. […] Se vive bajo la presión del enemigo exterior. En 1582, un corsario inglés llegó hasta Martín García y no tomó Buenos Aires por ignorar que allí estuviesen poblados los castellanos; en 1587, el pirata Cavendish inspiró tanto miedo que ‘se retiró cuando podía encender la codicia de los ingleses, o servir de embarazo para la defensa’ […]. En 1628, los holandeses, en 1658, una escuadrilla francesa. […] en 1699, los dinamarqueses […]” (Juan Agustín García: La ciudad indiana, Eudeba, Buenos Aires, 1964, p. 44).

      11 Pastor S. Obligado: “Güemes en Buenos Aires”, La Razón, 12 de agosto de 1920.

      12 La colonización británica se inició con las Invasiones Inglesas, se afirmó jurídicamente con el “Tratado de Amistad, Comercio y Navegación del 2 de febrero de 1825” y hay que agregar, en nuestros días, con el “Pacto de Madrid”, de 1991, que firmó el presidente Carlos Menem, llamado “el Versalles argentino”, que cayó con la salida de Inglaterra de la Unión Europea el 1° de enero de 2021. De ahí que el papel de Güemes sea histórico, ya que defendió en el sur y proyectó en el norte.

      Triunfador en Suipacha, negado en la historia

      Aquí estamos, de pie sobre tu sombra,

      cruzamos el paisaje hacia tus ojos,

      agujeros de cielo vigilante;

      mientras tú, en la sustancia de los héroes,

      reconoces las sendas y lugares

      que asombraron tu sangre sin defensa.

      Jaime Dávalos

      La Revolución de Mayo de 1810 lo sitúa a Güemes prestando servicios en la provincia de Salta. Allí revistaba como teniente de Granaderos de Fernando VII, destacado al frente de la Partida de Observación que él mismo había organizado en la Quebrada de Humahuaca. Su misión era observar los pasos del enemigo e impedir los contactos con los realistas que operaban en Córdoba. Se trataba de cortar sus comunicaciones. Para ello, creó un servicio de vigilancia de frontera para divisar las líneas de invasión desde el Alto Perú y aislar las vías que llevaban a Córdoba. Su labor de inteligencia era vital para luego diseñar la acción contra las fuerzas realistas de la región.

      Cotagaita: el primer combate por la Independencia


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