Frente al dolor. Roberto Badenas
el estrés.
Está comprobado que el sufrimiento se alivia manteniendo una actitud serena y positiva. En todas las culturas la oración y la meditación están tradicionalmente asociadas con la solución de ciertos problemas personales. Hoy la medicina ha demostrado los efectos benéficos de estas y otras técnicas de relajación, sin llegar aún a entender sus misterios. La meditación y la oración afectan de modo saludable a la respiración, al ritmo cardíaco y, por consiguiente, a la actividad del sistema nervioso simpático. Los músculos se relajan y la calma interior despeja la situación de estrés. Investigaciones recientes29 aseguran que las personas que tienen una espiritualidad profunda sufren un índice mucho más bajo que la media de problemas cardíacos, arteriosclerosis e hipertensión.
Como veremos más adelante, la esperanza es una convicción profunda que proporciona la fuerza interior para seguir luchando en medio de la adversidad. No hay nada que se necesite más cuando se sufre. Ni hay nada peor para la curación que la desesperanza. Como decía un enfermo admirable, «mi dignidad consiste en no resignarme y seguir luchando».30
Aprender a convivir con el dolor31
La serenidad aparece cuando uno acepta su realidad y tiene el valor de asumirla hasta el final. No se trata de dominar el arte de la autosugestión. Se trata de aprender a poner en marcha los mecanismos que palian nuestro agobio. Se trata de aprender del pasado para saber vivir el presente y hacer frente al futuro, sea para aceptar el destino o para luchar por cambiarlo.
Barbara Wolf recomienda la distracción consciente como recurso eficaz para soportar el sufrimiento crónico: trabajar, leer libros de humor, practicar un hobby que nos guste, hacer deporte, distraerse con algo que nos interese mucho (cine, música, arte, etc.). Es decir, acometer cualquier actividad positiva, de preferencia creativa o útil, que nos produzca satisfacción y pueda apartar la mente, de algún modo, del hecho de sufrir. Se trata de usar nuestros recursos mentales como aliados en contra del sufrimiento. Immanuel Kant, Robert Schumann, Blas Pascal, testificaron que, al ponerse a escribir, componer o reflexionar a fondo, olvidaban –al menos parcialmente– su sufrimiento, mientras que resignarse a esperar el alivio del dolor para realizar esas funciones les hacía sufrir mucho más.32
Mary Craig escribió: «El único remedio que conozco contra el sufrimiento es hacerle frente, asumirlo y servirme de él».33 En esta lucha entre la sumisión y la resistencia34 no hay nada mejor para olvidarnos de nosotros mismos –aunque sea solo por momentos– que hacer algo en favor de nuestros semejantes. Cuando nos proponemos darle a la vida algo mejor de lo que recibimos, ser útiles a los demás es, sin lugar a dudas, un enorme alivio para el dolor, a la vez que una increíble terapia.35
1 . William James, Principios de psicología, 1890, p. 37.
2 . Frase que William Shakespeare pone en boca de Próspero en La tempestad. En la misma línea Ellen G. White afirma: «La vida es como la hacemos y hallaremos lo que busquemos. Si procuramos tristeza y aflicción, si estamos en disposición de magnificar las pequeñas dificultades, encontraremos bastantes de ellas […]. Pero si miramos el aspecto alegre de las cosas, hallaremos lo suficiente para comunicarnos ánimo y felicidad. Si damos sonrisas, ellas nos serán devueltas; si pronunciamos palabras agradables y alentadoras, nos serán repetidas» (El hogar cristiano, p. 390).
3 . Santiago Ramón y Cajal fue premio Nobel de Medicina en 1906.
4 . Son palabras del doctor Mario Alonso Puig, quien añade lo siguiente: «Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto de pensamientos negativos deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas [...]. La zona prefrontal del cerebro, donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando» (citado en una entrevista hecha por Ima Sanchís en La Vanguardia, 18.10.04).
5 . Dr. Paul Brand y Philip Yancey, Pain: The Gift Nobody Wants, Nueva York: Harper Collins, 1993, p. 61.
6 . Johann Wolfgang von Goethe afirmaba con razón que «actuar es difícil y pensar es difícil. Actuar según se piensa es aún más difícil».
7 . A esto se llama el “efecto Anzio”. When It Hurts. Prayer, Preparation and Hope for Life’s Pain, Grand Rapids: Zondervan, 2006, p. 33 (cf. http://lamedicinageneral.blogspot.com/2009/07).
8 . D. Gottlieb, Cartas a Samuel, Barcelona: Debolsillo, 2007, p. 134.
9 . Bruno Chenu, Dieu et l’homme souffrant, París: Bayard, 2004, p. 47.
10 . «Aun en medio de las pruebas de la vida, podemos escoger el gozo». (Tim Hansel, You Gotta Keep Dancing [Hay que seguir bailando], Elgin [Illinois, EE.UU.]: David C. Cook, 1998, p. 83; Cf. Barbara Johnson, Ponte una flor en el pelo y sé feliz, El Paso [Texas, EE.UU.]: Ed. Mundo Hispano, 1994, p. 107).
11 . La Biblia contiene numerosas palabras de ánimo ante el temor, como por ejemplo: «¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas» (Josué 1: 9; cf. Salmo 27: 1; Mateo 6: 45-52, etc.).
12 . Simone Weil decía que «la compasión es la presencia visible de Dios aquí abajo».
13 . Francisco Villaespesa, escritor (Laura de Andarax, 1877 – Madrid, 1936).
14 . John Irving, Une prière pour Owen, París: Seuil, 1989, p. 50.
15 . Véanse las obras de Ruth Carter Stapleton sobre la curación interior: The Gift of Inner Healing, Waco (Texas, EE.UU.): Word Books, 1976, y The Experience of Inner Healing, Nueva York: Bantam Books, 1977.
16 . Ver Robert Alter, Life Does Not Get Any Better Than This, Liguori (Missouri, EE.UU.): Triumph Books, 1996, p. 48-49.
17 . José Luis Montes, El hombre que tuvo la fortuna de fracasar, Barcelona: Plataforma Editorial, 2009.
18 . Entrevista a José Luis Montes, “Nos programan para ser infelices”, El País, 13.9.09, p. 40.
19 . Ver Fernando Savater, “La ira” (serie “Los siete pecados capitales”), en Clarín.com (27 de agosto 2005).
20 . Ver Ivonne Bordelois, “De la ira al sufrimiento”, en Etimología de las pasiones, Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2006, p. 70-84.
21 . Marco Aurelio Antonio Augusto (121-180), emperador romano desde 161 hasta su muerte, es considerado como uno de los filósofos más representativos del estoicismo.