¡ Queremos lo nuestro!. Bernadette Atuahene

¡ Queremos lo nuestro! - Bernadette Atuahene


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al caso colombiano una oportunidad para tomarse en serio la distancia que puede haber entre el diseño de un programa ambicioso y su implementación efectiva, con el fin de adoptar correctivos que permitan que las medidas que reciban las víctimas en virtud del programa de restitución sean efectivamente reparadoras y transformadoras.

      Otro de los hallazgos de la profesora Bernadette Atuahene que resulta clave para analizar el programa de restitución en Colombia tiene que ver con aquellos factores que en Sudáfrica contribuyeron a reducir la confianza de los potenciales beneficiarios en las instituciones encargadas de implementar el programa. Así, por ejemplo, la inestabilidad laboral de los funcionarios de la unidad de restitución y sus consecuentes cambios constantes habrían sido elementos que contribuyeron a desestabilizar el proceso. En concreto, estos factores habrían evitado que la unidad llevara a cabo un trabajo constante a favor de las víctimas de expropiaciones y habría obstaculizado los procesos de construcción de confianza. Un segundo factor relevante es el manejo burocrático y eficientista de la unidad, pues aunque este resulta importante para avanzar con los casos, también puede contribuir a olvidar que la restitución (como toda forma de reparación) tiene una dimensión simbólica que es clave para las víctimas. Aunque la restitución asuma la forma de un procedimiento administrativo, no se debe, en ningún caso, perder de vista que la forma, procesos y palabras a través de los cuales se ejecuta deben reflejar el compromiso del Estado con la reparación y dignificación de las víctimas.

      Finalmente, el libro de la profesora Atuahene brinda una gran oportunidad para pensar globalmente el proceso y sus consecuencias en la vida de las víctimas. Los programas de restitución de tierras en Sudáfrica y Colombia se establecieron como una promesa de los respectivos Estados a las víctimas de despojo de que la injusticia que sufrieron sería remediada y en el proceso podrían recobrar la confianza en las instituciones y su voz y agencia en democracia. En Sudáfrica, sin embargo, las complejidades mismas del proceso, sumadas a los problemas de implementación, tornaron el programa en una oportunidad perdida para restaurar la dignidad de las víctimas. En Colombia, este es un llamado poderoso a pensar cuáles deben ser los pasos a seguir para evitar que nuestro programa de restitución de tierras se convierta también en una oportunidad perdida. Esta es una invitación tanto al gobierno como a la sociedad colombianas para asumir una actitud crítica y propositiva destinadas a evitar que el programa de restitución pierda su potencial reparador y transformador.

       Notas a la edición en español

       Expropiación y restauración de la dignidad

      Resumen

      Existen ciertas circunstancias en las cuales un individuo o una comunidad pueden verse privados de su hogar u otras propiedades, por parte de actores estatales o no estatales. Así mismo, hay circunstancias más perjudiciales en las que el despojo ha implicado no solo una expropiación de la propiedad sino también de la dignidad, en tanto la privación de la propiedad se ejerce con actos de deshumanización (la falta de reconocimiento de la humanidad de un individuo o un grupo) o infantilización (la restricción de la autonomía de un individuo o grupo, basada en el hecho de no reconocer y respetar su plena capacidad de razonar). Esto se denomina una «expropiación de la dignidad», que ocurre cuando un Estado destruye o confisca, directa o indirectamente, los derechos de propiedad de dueños u ocupantes obteniendo como resultado su deshumanización o infantilización, ya sea de manera intencional o no. Cuando se ha producido este daño mayor, las simples reparaciones no son suficientes. Se requiere una restauración de la dignidad misma. La restauración de la dignidad es una solución que busca brindar una compensación por la privación de la propiedad al mismo tiempo que recobra la dignidad poniendo a las personas o comunidades en control, dándoles un grado significativo de autonomía para decidir cómo repararse.

      En este libro propongo un marco conceptual sobre la expropiación y la restauración de la dignidad a través de la exploración empírica de una crisis contemporánea de desigualdad racial y subordinación: el caso del despojo de tierras y la restitución en Sudáfrica. Desde entonces, más de 30 académicos han aplicado estos conceptos socio-legales a una variedad de estudios de casos en varios períodos de tiempo y ubicaciones geográficas, proporcionando un enfoque transnacional e histórico para comprender la pérdida involuntaria de las propiedades, así como sus consecuencias materiales e inmateriales. En específico, han sido académicos en las áreas de Derecho, Ciencias Políticas, Sociología, Historia y Antropología quienes han contribuido a esta importante conversación sobre desigualdad y dignidad. Estos académicos han cubierto diversos casos, desde una investigación empírica sobre la figura de la cobertura en los inicios de los Estados Unidos, los Disturbios Raciales de Tulsa, la Ordenanza de Tortura de Chicago y el cierre de las casas de baños gay en Nueva York, hasta la expropiación que ocurrió durante la época comunista en Polonia, la Guerra Civil en Colombia y el Holocausto en Europa. Este texto es el primero en examinar el trabajo empírico sustancial realizado en relación con el concepto de expropiación de la dignidad/restauración de la dignidad, que además ha estimulado a los académicos a ir más allá de los silos disciplinarios y desarrollar una discusión sólida entre académicos nacionales e internacionales.

      Cuando una nación pasa de un régimen autoritario a uno que adopta la democracia y los derechos humanos, las injusticias que ocurrían bajo los regímenes anteriores a menudo requieren reparación. Si bien el campo de la justicia transicional ha provocado una conversación robusta sobre cómo concebir los daños complejos involucrados y lograr una reparación, uno de los perjuicios más ignorados es la pérdida involuntaria de la propiedad. Por el contrario, las conversaciones sobre justicia transicional se han centrado mucho más en las comisiones de verdad y reconciliación, los procesamientos penales y las reformas institucionales. Este texto busca cambiar este discurso.

      Existen ciertas circunstancias en las cuales un individuo o una comunidad puede verse privada de su hogar u otras propiedades, por parte de actores estatales o no estatales. Así mismo, hay circunstancias más perjudiciales en las que el despojo ha implicado no solo una expropiación de la propiedad sino también de la dignidad, en tanto la privación de la propiedad se ejerce con actos de deshumanización (la falta de reconocimiento de la humanidad de un individuo o un grupo) o infantilización (la restricción de la autonomía de un individuo o grupo, basada en el hecho de no reconocer y respetar su plena capacidad de razonar). Esto se denomina una expropiación de la dignidad, que ocurre cuando un Estado destruye o confisca, directa o indirectamente, los derechos de propiedad de dueños u ocupantes obteniendo como resultado su deshumanización o infantilización, ya sea de manera intencional o no. Estos casos de expropiación de la dignidad pueden ocurrir en un régimen liberal en el que la expropiación forzosa de la propiedad es excepcional; durante una reestructuración masiva de los derechos de propiedad provocada por la agitación social o el cambio de régimen; o como operación normal de un régimen opresivo como sucedió en Sudáfrica y otras colonias europeas durante el dominio blanco.

      Cuando se ha producido este perjuicio mayor llamado expropiación de la dignidad, las simples reparaciones no son suficientes. Las Naciones Unidas definen las reparaciones como «el derecho a que se les haya devuelto la propiedad de la cual fueron privados en el curso del conflicto y a recibir una compensación adecuada por cualquier propiedad que no se les pueda restaurar»1. La restauración de la dignidad, por el contrario, es una solución que busca brindar a las personas y comunidades despojadas una compensación material a través de procesos que afirman su humanidad y refuerzan su agencia. Es decir, la restauración de la dignidad es una solución que busca brindar una compensación por la privación de la propiedad al mismo tiempo que recobra la dignidad poniendo a las personas o comunidades en control, dándoles un grado significativo de autonomía para decidir cómo repararse.