Argumentación y pragma-dialéctica. Jesús Zamora Bonilla
el término problem-valid, el cual a su vez contrasta con convention-valid o conventionally valid, es decir “válido por convención”. La distinción parece haber sido introducida por Barth y Krabbe (1982) siguiendo ideas de Crawshay-Williams (1957). En todo caso, es central a la teoría de van Eemeren, ya que dicha teoría no solamente aspira a formular normas argumentales que sean aceptables para todos los participantes en discusiones críticas, sino ante todo lograr que esas normas efectivamente resuelvan el problema de que se trata, es decir que sean capaces de resolver las diferencias de opinión mediante argumentos sólidos. En español podríamos tal vez distinguir entre validez convencional y validez efectiva o eficaz (a esta última la podríamos también llamar validez resolutoria).]
15 Para un informe sobre investigaciones experimentales sobre la adecuación entre el código pragma-dialéctico de conducta para discusiones razonables y la posición argumentativa adoptada por las partes véase van Eemeren, Garssen y Meuffels (2009). Cf. Mohammed (2009) y Andone (2010).
capítulo 3
La teoría pragma-dialéctica de la argumentación
Frans H. van Eemeren
1. Introducción
1.1 La naturaleza de la pragma-dialéctica
El estudio de la argumentación va prosperando. Tras su brillante comienzo en la antigüedad grecorromana, especialmente en las obras clásicas de Aristóteles, y luego de una serie de altibajos durante los siguientes milenios, se inició su decadencia en el período renacentista. Su revitalización tuvo lugar solamente después de que Toulmin y Perelman publicasen el mismo año (1958) las dos obras —The Uses of Argument y Traité de l’argumentation— que marcaron un hito en la historia reciente del campo de la argumentación.1 El modelo presentado por Toulmin y Perelman en forma de inventario de técnicas de argumentación fue la inspiración para que una gran cantidad de estudiosos, cada uno a su manera, se tomasen en serio el estudio de la argumentación. Hoy por hoy han quedado firmemente establecidos en esta área tanto enfoques lógicos (formales e informales) como también enfoques sociales y socio-psicológicos, lingüísticos, jurídicos y algunos más. En la mayoría de estos enfoques se puede rastrear la influencia de las teorías clásicas y neoclásicas que acabo de mencionar.2
La característica más importante del prolífico enfoque pragma-dialéctico es que en él se estudia la argumentación desde una perspectiva comunicativa. Se la ve como un tipo de comunicación cuyo fin es resolver una diferencia de opinión mediante el examen crítico de la aceptabilidad de los puntos de vista puestos a discusión. Tal comunicación tendrá en general lugar con medios verbales, sean orales o escritos, si bien elementos no verbales (tales como gestos e imágenes) pueden también jugar algún papel. En la práctica, el término argumentación se usa de dos maneras al mismo tiempo: se refiere tanto a un proceso (“Estoy todavía a la mitad de mi argumentación”) cuanto a su resultado (“Examinemos a qué se reduce su argumentación”). Puesto que la argumentación no solamente es parte de la realidad, sino que puede y debe juzgarse también por su calidad, el estudio de la argumentación no solamente tiene una dimensión descriptiva sino que también tiene una dimensión normativa. De acuerdo con los pragma-dialéctico, la calidad de la argumentación y sus posibles fallas deben ser sopesados con normas de razonabilidad que sean adecuadas al propósito de argumentar.
Los lógicos, sea que estén a favor de un enfoque formal o de uno informal, tienden a concentrarse en los problemas que implica la regimentación del razonamiento. Los científicos sociales y los lingüistas, en particular los analistas del discurso y de la conversación, generalmente se concentran en la observación empírica del discurso argumentativo y en sus efectos.3 En la visión pragma-dialéctica, sin embargo, estos dos enfoques tienen que estar estrechamente entrelazados. Es menester trascender sistemáticamente tanto las limitaciones de la regimentación no-empírica como las de la observación no-crítica. Los pragma-dialécticos hacen suya la tarea de mostrar cómo con método puede salvarse la brecha entre el conocimiento normativo y el descriptivo. Este objetivo sólo podrá lograrse con ayuda de un programa coherente de investigación con el cual se logre crear una conexión sistemática —un trait d’union— entre la regimentación y la observación cuidadosa.
Siguiendo una tradición clásica, el estudio de la regimentación de intercambios críticos se llama dialéctica. El estudio del uso del lenguaje en la comunicación en acto, algo que en gran parte había pertenecido en el pasado a la retórica, hoy día se llama en general pragmática. De allí la elección del nombre pragma-dialéctica para el enfoque sobre argumentación que tiene por fin integrar correctamente los conocimientos de esas dos áreas de estudio. La pragma-dialéctica combina una visión dialéctica de la razonabilidad argumental con una visión pragmática de las jugadas verbales que se hacen en el discurso argumentativo.4
1.2 Los cinco componentes del programa de investigación pragma-dialéctico
Dado que el programa de investigación pragma-dialéctico está diseñado para lograr una integración bien ponderada del conocimiento normativo y el descriptivo, se propone cumplir dos fines. Por un lado, pretende desarrollar un ideal filosófico de razonabilidad crítica y —sobre la base de este ideal— un modelo teórico de discurso argumentativo aceptable dentro de una discusión crítica. Por el otro lado, se propone investigar empíricamente la realidad argumentativa a fin de adquirir una descripción precisa de los procesos efectivos de discurso argumentativo así como de los factores que influyen en los resultados que emergen de dichos procesos. Partiendo de los resultados que se logren en ambas empresas, se trata de desarrollar las herramientas conceptuales con las que sea posible analizar la realidad argumental a la luz del ideal crítico de razonabilidad. Es entonces que podremos hacernos cargo con método de los problemas individuales y procedimentales del análisis, evaluación y producción prácticos del discurso argumentativo —el alfa y el omega del estudio de la argumentación. De esa manera, el programa de investigación incluye un componente filosófico, uno teórico, uno empírico, uno analítico y uno práctico.5
La pregunta fundamental del componente filosófico es qué significa ser razonable en la argumentación. De hecho, las concepciones de lo razonable que sostienen los estudiosos de la argumentación son de entrada divergentes, con lo cual se llega a visiones bastante diferentes acerca de cuáles argumentos se han de considerar aceptables. Los dialécticos sostienen una perspectiva crítica. Para ellos, la razonabilidad no depende tan sólo de un acuerdo inter-subjetivo acerca de las normas, como piensan muchos retóricos, sino también de si esas normas conducen a resolver una diferencia de opinión mediante una discusión crítica. En vista de que el ideal de razonabilidad está asociado a la conducción metódica de una discusión crítica, la filosofía dialéctica de razonabilidad es parte de un racionalismo crítico.
A este ideal filosófico de razonabilidad se le da forma dentro del componente teórico diseñando un modelo de lo que implica actuar razonablemente cuando se discurre argumentativamente. Un modelo teórico, como lo sería el de Toulmin, pretende hacerse cargo del discurso argumentativo especificando modos de argumentar e indicando cuándo son aceptables. El modelo sirve como un marco conceptual y terminológico capaz de cumplir funciones heurísticas, analíticas y críticas en el tratamiento del discurso argumentativo. Un modelo dialéctico proporciona reglas que especifican cuáles jugadas pueden contribuir a resolver una diferencia de opinión en los varios estadios de una discusión crítica. Si consideramos semejante discusión pragmáticamente, como una interacción de actos verbales, el modelo es pragma-dialéctico.
En cuanto al componente empírico, lo que andamos buscando es capturar los procesos por los cuales efectivamente las personas producen, interpretan y evalúan discursos argumentativos así como los factores que inciden en los resultados de tales procesos. El conocimiento de unos y otros se consigue llevando a cabo investigaciones cualitativas y cuantitativas. La investigación cualitativa consiste primariamente en observaciones introspectivas y estudios de caso, la cuantitativa (a veces conectada