Ayahuasca. Néstor Berlanda

Ayahuasca - Néstor Berlanda


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descubrieron otro lípido: el 2-araquidonoil glicerol (2-ag), aun más abundante que la aea en ciertas regiones del cerebro. Ambos compuestos se consideran los principales cannabinoides endógenos. Los endocannabinoides son lípidos y no están almacenados en vesículas ni se encuentran preformados, sino que son rápidamente sintetizados a partir de sus precursores en la membrana celular cuando los niveles de calcio dentro de la neurona se elevan o cuando se activan ciertas proteínas G.

      En este contexto estamos en condiciones de afirmar que la ayahuasca reproduce de algún modo reacciones bioquímicas que se producen habitualmente en nuestro cerebro. Las beta-carbolinas y la dmt presentes en la ayahuasca no son meras sustancias “alucinógenas”, sino que reproducen reacciones fisiológicas necesarias para el normal desempeño de nuestras funciones cognitivas, emocionales y de relación.

      Estamos, pues, en presencia de un compuesto al que le cabe a la perfección la famosa frase “el todo es más que la suma de las partes”: a la acción sinérgica del compuesto se suma la propia de las beta-carbolinas, a nuestro entender favoreciendo también la producción de la dmt endógena, mientras las beta-carbolinas actúan como antidepresivo por aumento de la recaptación de serotonina, y la dmt exógena cumple las funciones ya mencionadas.

      En 2002, en ocasión de una de las visitas del chamán shipibo-konibo Antonio Muñoz Díaz a la ciudad de Rosario, después de una ingesta ritual tradicional de ayahuasca le realizamos análisis de laboratorio buscando dmt y bufotenina en orina. Los valores arrojaron tres veces la media para dmt y dos veces para bufotenina. Lo importante de esto es que el preparado sólo contenía beta-carbolina y dmt, no bufotenina, por lo tanto pudimos deducir que el aumento de la misma se debió a la producción endógena de bufotenina a partir del bloqueo de la mao por las beta-carbolinas. He aquí un primer indicio de que la ayahuasca no sólo aporta dmt sino que además aumenta la producción endógena de esta sustancia.

      Teniendo en cuenta lo anterior, podríamos definir la ayahuasca como un compuesto registrado, no como algo anormal o excepcional por el organismo, sino al contrario: regido por los mismos patrones que rigen el organismo. A diferencia de cualquier otro compuesto, la ayahuasca es un catalizador, un acelerador de las reacciones que se producen en el cerebro y se traducen en las distintas funciones cognitivas, memoria, emociones y aprendizaje; de ahí la rapidez en la resolución de algunos conflictos que de otra forma llevarían meses u años (ampliamos este concepto en el capítulo 4).

      Efectos de la ayahuasca en el cerebro

      Desde que la ayahuasca se conoció en Occidente, numerosos estudios se propusieron determinar cómo era su funcionamiento y qué áreas cerebrales afectaba, además de estudiar sus efectos en todo el organismo. La psicóloga Ofelia Gallego Beltrán (2007) hace un excelente trabajo de recopilación sobre las áreas involucradas en el procesamiento cognitivo y emocional.

      Para que el sistema nervioso pueda codificar, consolidar y recuperar información necesita preciosos mecanismos neuronales que son modificados por la propia llegada de la información. La sinapsis es la base del aprendizaje: en ella se transmite la información. El aprendizaje es la utilización eficiente y eficaz de un determinado número de sinapsis como consecuencia de ciertas modificaciones moleculares que han tenido lugar en estas conexiones; la información fluye de modo favorable con modificaciones sinápticas que se generan como respuesta adaptativa ante determinados estímulos o influjos informativos, que son la base de la plasticidad. El aprendizaje es la piedra angular del desarrollo cognitivo. Los tipos de aprendizaje son muy variados y en ellos participan estructuras muy diversas del sistema nervioso central. En la especie humana cobra particular relevancia el desarrollo del neocórtex y de las áreas corticales de asociación, especialmente de la corteza prefrontal; participan también, de forma muy importante en determinadas formas de memoria, el hipocampo, los núcleos basales telencefálicos y el cerebelo. Los procesos de atención y de memoria –a corto y largo plazo, declarativa y no declarativa– constituyen la base fundamental del aprendizaje y de la actividad cognitiva (Florez, s/f.)

      Los efectos de la ayahuasca estudiados mediante eeg, a nivel cognitivo y afectivo, se pueden agrupar en tres niveles:

      1) Cambios en las áreas de asociación somatosensorial, visual y auditiva: modificaciones táctiles como acartonamiento e hipersensibilidad; visuales como aumento del brillo, cenefas y caleidoscopios; auditivas como mayor sensibilidad y riqueza en armónicos.

      2) Cambios en las áreas de asociación heteromodal, entre los lóbulos parietal, temporal y occipital, que integran la información que llega de los canales sensoriales originando sinestesia, lo que explica la influencia de la música en las visiones.

      3) Afectación del sistema límbico en el complejo del hipocampo (hipocampo, circunvolución parahipocámpica y amígdala), indispensable en la recuperación de memoria almacenada en todo el cerebro, y del córtex cingulado anterior. Este último y la amígdala unen zonas dispersas del cerebro e intervienen en las emociones. El filtro de la información que llega a la corteza también se ve afectado, por lo cual se inunda la corteza de información al consumir ayahuasca (Correa, s/f).

      Todas las sendas de la serotonina provienen de los núcleos del rafe en el tallo cerebral; los axones de sus células se ramifican por todo el cerebro, especialmente se densifican en el sistema límbico; la ayahuasca retarda la frecuencia de disparo de las neuronas serotonínicas del núcleo del rafe (Zinder, 2000). “La serotonina interviene en la comunicación de áreas cerebrales” (Duque Parra, 2006) como las prefrontales, por ello puede afectarse el equilibrio mental entendido como un adecuado funcionamiento de las funciones mentales.

      Vías serotoninérgicas en conexión con diversas áreas

      de la corteza cerebral

      

      También la ayahuasca incrementa la reactividad de las neuronas del locus coeruleus −que integra las vías sensoriales−, generando la hipersensibilidad (Zinder, 2000; Metzinger, 2006) y una fuerte descarga de noradrenalina por todo el cerebro. Ello produce elevados niveles de alerta que podrían explicar el estado de trascendencia que permite llegar a “percatarse de un yo íntimo al que por vía normal no se accede” (Zinder, 2000) y que algunos llaman ampliación de la conciencia. Las sustancias psicodélicas son, pues, “desestupefacientes” (Metzinger, 2006).

      Como vemos, la ayahuasca afecta todas las áreas involucradas en el aprendizaje, la cognición y las emociones, lo que explica no sólo los procesos que se ponen en juego durante la experiencia, sino lo que sucede después. Aquí es muy importante remarcar el concepto de plasticidad neuronal, desarrollado principalmente en estudios relacionados con la memoria y el aprendizaje, por cuanto define los cambios de duración variable en la función sináptica y con origen en estímulos externos que condicionan el aprendizaje. Éste involucra cambios plásticos funcionales en las propiedades de las neuronas o en sus interconexiones. Así, el aprendizaje podría ser el resultado de una modificación morfológica entre las interconexiones de las neuronas, similar a los fenómenos que ocurren durante la formación de sinapsis en la vida embrionaria.

      Jerzy Kornoski (1948) y Donald Hebb (1949) postularon que, aun cuando los circuitos interneuronales se establecen genéticamente, la fuerza o la eficiencia de ciertas conexiones no está determinada totalmente; de ello infirieron que dichos circuitos son capaces de modificar sus propiedades como resultado de cambios en su actividad. La hipótesis de los cambios dinámicos fue propuesta en 1922 por el fisiólogo de Harvard Alexander Forbes, refiriéndose a que el aprendizaje implica una persistencia de actividad en cadena de neuronas interconectadas.

      En nuestras investigaciones y en el seguimiento de aquellas personas que atraviesan la experiencia de la ayahuasca hemos visto que no sólo se resuelven desde el punto de vista psicoterapéutico algunas situaciones en el marco de la experiencia, sino que el proceso sigue después de la misma. Es de destacar que cuando se hace un seguimiento con reiteración de experiencias muchos individuos manifiestan que continúan la experiencia anterior desde el lugar donde la dejaron, aunque entre una y otra hayan pasado meses. Es


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