Autismo. Problemas cruciales para el psicoanálisis. Группа авторов

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lo transporta, lo condensa en el objeto a, o si quieren, en los objetos a. Recién allí estamos en lo que llamamos acontecimiento y goce fuera de cuerpo, pero no me meto en esto porque creo que Juanqui tomará eso, si va a hablar del traumatismo de lalangue. No hay que confundirse con la definición “fuera de”, “fuera de” es un “fuera-dentro”. Pero ¿qué pasó con el goce del cuerpo, el de la ficción, el del cuerpo al natural, el de antes de la intervención de lalangue? ¿Se perdió? ¿Se diluyó? ¿Se disolvió por acción de lalangue? Lo que es seguro, es que solo a partir de esa acción, se constituye un mundo, un poco inmundo, según Lacan, sostenido en el plus de gozar que es el mundo que conocemos y consumimos.

      Repasemos. Cito a Lacan: “El cuerpo debe ser entendido al natural –parte de ahí– como desanudado de ese real que no deja de resultarle opaco por ex-sistirle a título de constituir su goce”. O sea, se parte en esta ficción que propone Lacan de un desanudamiento entre cuerpo y goce, de una disyunción, pero ya en esa definición aparece un término que quiero subrayar: opaco, que luego lo retomaré. Dejo una pregunta abierta: ¿el goce opaco es el goce autista?

      En este texto, el goce opaco es el goce de la vida, primero. En un segundo tiempo, el efecto civilizador de ese goce lo introduce lalangue. Lacan agrega: “Ella –lalangue– lo lleva a su efecto desarrollado por el cual el cuerpo goza de objetos”. Se ve la división permanente entre dos tiempos, se nota la partición entre dos goces, el goce opaco, que tiene distintos nombres, en este caso, goce de la vida, pero también goce del cuerpo, y el goce de los objetos a, que también implica un cuerpo que goza. Lacan lo dice así: “Si tal es el caso para lo tocante al goce del cuerpo, en la medida en que es goce de la vida, lo más asombroso es que el objeto a separe del goce fálico dicho goce del cuerpo”. No encontré otro lugar donde Lacan hable del objeto a como separador de goces. Pero en esta nueva bipartición, ¿a cuál llamaríamos goce autista?

      3. Si seguimos así, la cosa queda completamente irresuelta

      Es una frase de Lacan de “La tercera”, y es la sensación que me invade en este momento. Ninguna solución me parece satisfactoria y con suficiente lógica para abordar el tema que me propusieron, hasta ahora solo logré aproximaciones a través de: el gozoy, un goce ser, propongo eso, más que ser de goce, el autogoce del cuerpo, el autoerotismo, el goce de la vida, y por qué no, el goce fálico, o el pulsional mismo, que como dice Miller, a veces parece tomar caminos propios, independientes. Lista en la que no es difícil demostrar que se prescinde del Otro, del Padre, de cualquier regulación, que el término transgresión no la explica, que indica lo solitario y el fuera de sentido. Estaría tentado de afirmar que del goce autista, indecible, inimaginable, irrepresentable, irrealizable, solo se pueden decir palabras confusas, palabras vanas, y quizás quede enterarse de él por los analizantes que intentan decirlo, imaginarlo, representarlo, realizarlo, y fracasan, como yo. En este punto de fracaso y confusión, quedan dos vías: escribir la letra de un tango con ese título –es lindo el título “Fracaso y confusión”– o retomar la parte que cité en la que Lacan afirma que lo real le resulta opaco al cuerpo.

      Mi pregunta: ¿el goce opaco es el goce autista? Pero si decimos opaco, se trata de un opaco que permanece como tal, entonces, ¿cómo echar luz sobre algo opaco que seguirá siéndolo? Si en vez de ficción lo intentáramos con una metáfora, ¿ganaríamos algo? Lacan en L’Étourdit viene trabajando las fórmulas de la sexuación y de repente manda: “Ahora viene un poco de topología”. Son dos páginas ilegibles e incomprensibles, en las que, sin embargo, arriba a una conclusión a considerar, el desarrollo que realizó exige que se lo tome en la dirección de contribuir al discurso analítico, y agrega, cito: “Referencia que no es para nada metafórica, diría, se trata de la estofa, de la estofa de este discurso. Si eso no fuera precisamente caer en la metáfora. Para decirlo: caí en ella, ya está hecho”.

      Si queremos pensar el goce autista, opaco, es de antes de toda metáfora, próximo al cuerpo al natural. Podríamos decir que se trata de un goce cerrado en sí mismo, nada civilizado, en ese punto enseña el autismo y la relación del niño con autismo con sus objetos, pero no me voy a meter en eso. ¿No decimos que el objeto a es el núcleo elaborable del goce? Quiere decir, que el goce autista sería algo así como el núcleo no elaborable del goce, imposible de civilizar.

      4. A pesar de todo, pensar lo opaco

      ¿Qué dice el psicoanálisis del pensamiento? “Todo pensamiento implica –dice Lacan– una referencia al acto sexual, por poco evidente que sea ese acto”. Pero esa formulación, aparentemente tan clara, se le aplica el axioma confusional, de tan clara ofrece la sospecha de algo profundamente oscuro. Lo oscuro viene de la mano de lo sexual, que Lacan define como opacidad sexual. Lacan Seminario 23: “Digo opacidad, porque en primer lugar, no nos damos cuenta de que lo sexual no establece de ningún modo ninguna relación”. Entonces, todo pensamiento remite a sexo, pero es un sexo opaco, es fracaso del sexo, o sea, otra forma de definir que no hay relación sexual. Y resulta que Lacan nos explica que como consecuencia de esto solo hay responsabilidad sexual. Es una nueva manera de hablar del sujeto como responsable, no por ejemplo, la del Seminario de La ética. Aquí, responsabilidad remite a no respuesta o respuesta aproximada, que es todo lo que traté de hacer hoy, respuesta aproximada.

      Finalmente, no sabemos qué es el goce autista que aproximé al goce opaco, pero es seguro que somos responsables de él. ¿No hablaba Freud de que todo pensamiento es encubridor? Se trata de una respuesta a lo que adolece de respuesta pero también de preguntas. Pero que a la vez, es respuesta a medias, fallida, incongruente, sin solución. Miller, por ejemplo, dice en El ser y el Uno: “Hay en el síntoma un uno opaco, un goce que como tal no es del orden del sentido, y para aislarlo, es preciso hacer los rodeos que prometen la dialéctica y la semántica”. Miller indica que lo opaco, del lado del síntoma, porque es con respecto al síntoma que hablamos de goce opaco, se puede aislar.

      Hasta aquí lo que traje para confundirlos se le aplica el otro axioma lacaniano, uno recibe del otro su propia confusión en forma invertida. La continuación de este tema excede por completo el desarrollo que intenté, lo dejo solo indicado. Para profundizar un poco más en esto habría que tomar la diferencia entre el saber hacer y saber hacer allí, tratamiento posible del goce opaco o del goce autista, lo dejo solo indicado. Concluiré con lo que plantea Miller en El ser y el Uno: “Se trata de alcanzar aquello que el goce conlleva de opacidad, imposible de reducir –la paradoja, alcanzar lo imposible de reducir– a eso apunta la herejía lacaniana.

      ANGÉLICA MARCHESINI: La idea de esta mesa es escucharlos a ellos en relación a este goce autista, y este traumatismo de lalangue, para después en la conversación con ustedes vemos cómo el niño con autismo puede acceder al traumatismo de lalengua, o cómo es la explicación del psicoanálisis sobre el goce del uno, sobre el goce autista. Es decir, como decía Luis, de este tratamiento de un goce que no se abre al Otro, que como tal, no es una relación sino es la negación de una relación. Entonces, escucharemos para después conversar entre nosotros sobre, particularmente, el caso del niño con autismo. Como dice Miller, la teoría es esencialmente, la elaboración de una experiencia. Le paso la palabra a Juanqui.

      Freud empezó a agregar un término como ‘trauma’ (una herida con refinamiento griego al estilo positivista) a la excitación sexual, porque la encontraba atrás del surgimiento de inhibiciones, síntomas y angustias. Pero es ahí cuando empieza la pregunta ¿por qué?, ¿por qué es traumática la sexualidad? Sabemos que hay muchos intentos de respuesta. Una, por


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