Una historia del movimiento negro estadounidense en la era post derechos civiles (1968-1988). Valeria L. Carbone
rel="nofollow" href="#ulink_d126739c-0dce-594e-a679-88f6978e6504">154 Siguiendo a Peniel E. Joseph, uno de los principales historiadores que se han dedicado al estudio de este movimiento, los partidarios y militantes del Poder Negro pregonaron “una nueva conciencia militante de la raza que ubicó a la identidad negra como el alma de un nuevo radicalismo” que apuntó a una total transformación social.155 Lucharon por el control de las escuelas, por la implementación de programas de estudios afro-estadounidenses, por programas sociales y contra la pobreza, por la reforma del sistema penitenciario, por empleo y el empoderamiento político de pobres y grupos étnicos, y por la reforma del sistema económico. Relacionaron las demandas y objetivos de lucha a nivel doméstico con los movimientos anti-colonialistas y anti-imperialistas del Tercer Mundo y con los movimientos de liberación africanos, convirtiéndolos en temas de interés central para el movimiento negro estadounidense. A pesar de ello, en el imaginario popular, el Poder Negro quedó reducido a su asociación con la promoción de la autodefensa armada y en tanto tal, como la causa de la fractura interna del movimiento.
En 1967, el Student non-violent coordinating committe (SNCC), una popular organización de jóvenes militantes que había surgido del seno del movimiento por los derechos civiles156, decidió la expulsión de todos sus colaboradores blancos y rompió lazos políticos con los liberals y los gobiernos demócratas de John F. Kennedy y Lyndon Johnson.157 Stokely Carmichael y Charles Hamilton explicaron que esta ruptura respondió a que los negros en los Estados Unidos eran objeto de colonialismo interno, siendo el colonialismo la máxima expresión del racismo institucional ejercido por los blancos. Por ello, debía realizarse
un llamado a los negros de este país para unirse, para reconocer su herencia, para construir un sentido de comunidad. Es un llamado a los negros para comenzar a definir metas propias, dirigir y apoyar sus propias organizaciones. Es un llamado a rechazar las instituciones y valores racistas de esta sociedad. El concepto de Black Power se basa en una premisa fundamental. Antes de que un grupo ingrese en la sociedad, debe primero cerrar filas. Es decir, la “solidaridad de grupo” es necesaria como elemento de negociación [...] No significa meramente que los negros ocupen cargos públicos. “Visibilidad negra” no es sinónimo de Poder Negro… El poder debe ser el de la comunidad y emanar de allí.158
A pesar de tan claros términos, algunos – tanto dentro como fuera del movimiento negro – optaron por hacerse eco de la caracterización de los sectores conservadores que catalogaron al Poder Negro como sinónimo de “poder anti-blanco”, separatismo y racismo negro. Pero curiosamente, la noción del Poder Negro devino, sin pretenderlo, en sumamente atractiva para los conservadores que lo denunciaban. Richard Nixon (1969-1974) comenzó a impulsar la idea del Poder Negro como la vía para fomentar el desarrollo de un capitalismo negro y crear una poderosa y pujante clase media negra, convirtiéndolo tanto en el eje de su gobierno como en el nuevo mantra de la derecha. Peter H. Prugh, del Wall Street Journal, destacó como esta “controvertida” idea, que solía poner los pelos de punta a la derecha y a la izquierda, terminó por aunar al pensamiento conservador.159 Esta relectura y reescritura de la noción de Poder Negro logró institucionalizarse, y con ello, desvirtuarse: para 1968 había perdido parte de su significado y dejaba lugar a la idea de un capitalismo negro impulsado desde arriba.160
El Poder Negro contribuyó al fortalecimiento y preeminencia de las nociones de solidaridad racial e influyó visiblemente en las luchas de las comunidades latina, asiática, indígena e incluso de blancos pobres, dando origen a un nacionalismo étnico radical y a nuevas construcciones sobre la identidad racial que contaron con un potencial increíble para la movilización política y la resistencia de distintos grupos étnicos/raciales.161 Sin embargo, al mismo tiempo atentó contra la noción de solidaridad de clase y, con ello, contra la lucha de clases en sí misma al fragmentar a los sectores populares según solidaridades raciales.
Con el Poder Negro, el movimiento negro adoptó distintas vertientes y formas de expresión. Recurriendo nuevamente a la caracterización de Marable, hacia mediados de los sesenta la lucha de los afro-estadounidenses se caracterizó por la recurrencia a una miríada de “tendencias estratégicas”:
“Llegaremos a la Tierra prometida”: El movimiento negro como proceso de continuidad 163
Considerando