Un viaje en el tiempo. Bradley Booth
bíblicos, siempre debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.
6 de marzo
¡Recuerden el Álamo!
“Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado” (1 Timoteo 6:12, NVI).
¿Escuchaste alguna vez la frase: “¡Recuerden el Álamo!”? Tiene un buen sonido, ¿no es así? Bueno, en cuanto a historias, no tiene un final muy feliz; y cuando se lucha por una causa, muchas veces el resultado final es más importante que el evento en sí. Esta es la historia.
El 6 de marzo de 1836, un despiadado dictador mexicano llamado general Santa Anna atacó El Álamo, un pequeño fuerte en San Antonio, Texas. Mientras el general y su ejército de 3.000 soldados asaltaban la fortaleza, un pequeño grupo de 188 tejanos luchó valientemente para defenderla, deseando desesperadamente ayudar al territorio separatista de Texas a independizarse de México. Durante trece días, los tejanos intentaron mantener a Santa Anna fuera del Fuerte El Álamo, que había sido una misión católica. Sin embargo, en la oscuridad de la noche del 6 de marzo, el superior ejército mexicano finalmente escaló sus muros y atravesó sus puertas. Todos los que lucharon defendiendo de El Álamo murieron durante la lucha o fueron ejecutados al terminar la batalla. Algunos de los hombres renombrados que murieron fueron el coronel James Bowie, famoso por un cuchillo que diseñó, y Davy Crocket, un conocido pionero y congresista. Sin embargo, menos de dos meses después, el general Sam Houston dirigió otro ejército de tejanos y derrotó al ejército del general Santa Anna en la batalla de San Jacinto. Como te puedes imaginar, el grito de guerra del general Houston fue: “¡Recuerden el Álamo!”
A lo largo de los años de la historia de este mundo, Satanás ha guerreado contra el pueblo de Dios. La batalla fue en aumento hasta alcanzar un tono ensordecedor en una pequeña colina llamada Calvario. Allí, finalmente, el enemigo escaló los muros y pareció haber obtenido la victoria definitiva cuando el Hijo de Dios, cubierto de sangre y clavado en una cruz, inclinó su cabeza y murió. ¿Tenía el general enemigo la última palabra? No. Poco tiempo después, el Hijo de Dios resucitó de entre los muertos, derrotando a Satanás y sus fuerzas. Algún día, algunos de nosotros tendremos que renunciar a nuestros planes, a nuestra reputación o incluso a nuestra vida por haber elegido estar de pie junto a Jesús y luchar con él. Sin embargo, peleamos una batalla cuya victoria ya ha sido garantizada por nuestro valiente Héroe. Él lucha con nosotros y, al final, pondrá una corona de victoria sobre nuestra cabeza. El bien ganará. Hoy, junto con el pueblo de Dios en todas partes, alcemos el grito de victoria: ¡Recuerden el Calvario!
7 de marzo
El teléfono de Bell es patentado
“Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver” (Isaías 42:18, RVR 95).
Un día como hoy en 1876, Alexander Graham Bell, de 29 años, recibió una patente por su nuevo invento llamado teléfono. Era bastante joven para haber ideado uno de los inventos más revolucionarios de los últimos doscientos años. ¿Sabías que el interés de Bell por el teléfono estaba muy influenciado por el hecho de que su propia esposa era sorda y él quería desarrollar una tecnología que pudiera ayudarla a oír? Bell trabajaba como profesor de lenguaje para estudiantes sordos en la Escuela para Sordos de Pemberton Avenue. Consideraba que el teléfono era un cruce entre el telégrafo y el tocadiscos, ya que permitía a las personas hablar entre sí al mismo tiempo y a distancia.
Las primeras palabras pronunciadas por teléfono no fueron muy inspiradoras. Solo un simple: “Señor Watson, venga aquí, lo necesito”.
Bell Telephone pasó a formar parte de la compañía American Telephone and Telegraph (AT&T), y el teléfono sigue revolucionando el mundo de las comunicaciones. Los teléfonos móviles se han apoderado de nuestra vida social e incluso del lugar de trabajo. Es habitual ver a personas sentadas juntas en una mesa de un restaurante, pero manteniendo conversaciones completamente separadas con personas que están del otro lado de sus líneas. Y ahora, los teléfonos pueden servir para mucho más que para hablar con la gente. Se usan para enviar mensajes de texto o fotos, consultar los resultados del partido de fútbol, ver películas, jugar, descargar canciones y programar citas. Ahora incluso se utilizan para abrir nuestros vehículos, configurar los sistemas de seguridad del hogar, comprar y vender acciones, y controlar los centros de entretenimiento.
Sin embargo, lo cierto es que el teléfono se inventó para hablar. Todo lo demás –el correo de voz, los mensajes de texto, la cámara fotográfica, Internet– no son más que herramientas extra que sirven para vender más teléfonos y darle más usos, diferentes del original y primordial. Cuando Jesús nos llama, quiere que dejemos de lado todas las aplicaciones e interferencias que nos distraen e impiden que escuchemos su voz suave y tranquila. Hoy, ¿le darás a la llamada de Jesús la oportunidad de llegar? ¿Dejarás de lado todas las herramientas extra que te distraen de una conversación significativa con él? Como la esposa de Alexander Graham Bell, somos sordos espiritualmente; pero, si no enviamos la llamada de Jesús al buzón de voz, encontraremos una amistad satisfactoria con él.
8 de marzo
El salario de Babe Ruth
“Y todo lo que te venga a la mano, hazlo contodo empeño” (Eclesiastés 9:10, NVI).
Cuando se menciona a Babe Ruth, el que sabe aunque sea un poco de béisbol enseguida reconoce el nombre. Es considerado el mejor jugador de la historia del béisbol. Batió récords en casi todos los aspectos del juego, y también batió récords en lo que respecta al salario. En este día de 1930, Babe Ruth firmó un contrato de dos años con los Yankees de Nueva York por la asombrosa suma de 160.000 dólares, y eso fue durante la Gran Depresión, cuando la economía nunca había estado peor. El mánager de Babe Ruth hizo la ridícula predicción de que nunca nadie cobraría más que “el Babe”
Ruth era una superestrella incluso para los estándares actuales. Fue el primer jugador en lograr 30, 40, 50 y 60 jonrones en una temporada, y fue el líder de jonrones doce veces, un récord también. Su récord de 2.056 carreras anotadas en aún no ha sido superado. Es más conocido por su capacidad de bateo, pero la mayoría de la gente no sabe que también fue un lanzador legendario. Mientras jugaba para los Red Sox de Boston, lanzó 29 entradas consecutivas sin anotación en la Serie Mundial, un récord que se mantuvo durante 42 años. En 1917, lanzó 24 partidos sin anotación con un promedio de 1,75 carreras limpias. Su promedio de bateo en ese mismo año fue de 0,325, lo que lo convierte en el jugador más valioso de esa época tanto en bateo como en lanzamiento. Nadie ha igualado el promedio de bateo de 0,847 que tuvo en 1920, ni su promedio de carrera de 0,690. No es de extrañar que apareciera en diez enfrentamientos de la Serie Mundial. El Yankee Stadium, donde se hizo realmente famoso, era conocido como “La casa que Ruth construyó”.
Pero hay un récord más que estableció y que poca gente conoce. Fue el rey de la eliminación por strikes de su época. ¿Cómo puede ser esto? Bueno, o bateaba jonrones o era eliminado. Claramente, ¡no tenía miedo de batear! Lo hacía todo con todas sus fuerzas para ser el mejor. En el juego de la vida, todos los días estamos en la caja de bateo. Bolas rápidas, rompedoras y curvas se acercan a nosotros. Nuestro Coach nos indica que nos la juguemos con los talentos que nos ha dado cada vez que nos acercamos al plato. Tendremos la tentación de realizar bateos a medias o de desanimarnos cuando nos eliminen, pensando que el juego está perdido. Pero, si seguimos bateando con todas nuestras fuerzas, haremos contacto, y oiremos a nuestro Coach, a nuestros compañeros de equipo y a todo un estadio de ángeles celestiales animándonos mientras la bola desaparece por encima de la valla. Puede que nunca lleguemos a ser el rey del béisbol como “el Babe”, pero siempre seremos bendecidos por darlo todo.