Enfoque práctico e integral del soporte de vida. Alejandro José Urbina Sánchez
Imagen 2. Toma de pulso en el paciente pediátrico (9).
Fuente: Realizado por los autores.
Con los datos obtenidos en el reconocimiento del paro cardiorrespiratorio y su comprobación mediante la verificación de la respuesta, pulso y respiración, tenemos los siguientes escenarios clínicos que van a determinar la respuesta ante tales situaciones (9), ver tabla 1.
Tabla 1. Escenarios clínicos en el reconocimiento de un paciente con posible paro cardiorrespiratorio (9).
Escenario | Acción |
La víctima respira con normalidad y tiene pulso | Vigilar a la víctima, posición lateral de seguridad |
La víctima no respira con normalidad, pero tiene pulso | Realice ventilaciones de rescate (1 ventilación cada 2 a 3 segundos) • Evalúe el pulso cada dos minutos • Si no hay pulso o es menor de 60 y hay signos de hipoperfusión, inicie RCP por dos minutos y si no responde active el sistema de emergencias para conseguir un dea |
La víctima no respira con normalidad o solo jadea/boquea y no tiene pulso | Se encuentra solo y fue un colapso súbito • Deje a la víctima y active el sistema de emergencias • Consiga el dea y el material para emergencias • Inicie maniobras de RCP y use el dea apenas se encuentre disponible Se encuentra solo y no fue colapso súbito • Inicie RCP y manténgala por 2 minutos, si luego de dos minutos el paciente no responde, active el sistema de emergencias para conseguir un dea y vuelva a la víctima para reiniciar RCP |
Un paso fundamental es saber cuándo activar el sistema de emergencias, lo cual va a depender del número de reanimadores y del contexto clínico en el cual nos encontremos, por lo que a continuación se describen las principales recomendaciones (9).
• Si es un único reanimador y no fue un colapso súbito y se identifica al paciente que no responde, se debe gritar para pedir ayuda o activar el sistema de emergencia vía celular en altavoz, en un primer momento. Si posterior al reconocimiento del paro cardiorrespiratorio, el inicio de RCP por dos minutos sin evidencia de respuesta y aún no ha sido activado el sistema de emergencias, diríjase a activarlo para la consecución prioritaria de un DEA y regrese con la víctima lo antes posible para usar el DEA o reiniciar la RCP (9).
• Si es un único reanimador y presenció un colapso súbito, el paciente fue víctima de electrocución o tiene antecedentes de cardiopatía, la recomendación es dejar el paciente o activar el sistema de emergencia de inmediato por vía celular, para la consecución de un DEA antes de iniciar maniobras de reanimación (9).
• En caso de dos reanimadores, uno de los reanimadores inicia RCP y otro activa el sistema de emergencias de manera simultánea (9).
Para que una reanimación cardiopulmonar sea exitosa, debe tener un orden y esquema que permita realizar paso a paso cada uno de los pasos sugeridos por las sociedades expertas como la American Heart Association (9), de donde se extrapola las siguientes recomendaciones:
• La secuencia de atención al paciente pediátrico en paro cardiorrespiratorio no varía en comparación con la del adulto, se debe realizar siguiendo la secuencia CAB (Compressions-Airway-Breathing), con el objetivo de disminuir el tiempo de inicio de las compresiones torácicas y el tiempo de “no flujo sanguíneo” (3).
• El algoritmo de la RCP en la población pediátrica varía según lo encontrado en la valoración clínica y si se dispone de uno o dos reanimadores (3).
• Los cinco componentes de la RCP de alta calidad son:
1. Frecuencia de compresiones: comprimir a una velocidad de 100 a 120 por minuto (3).
2. Profundidad: en el lactante debe lograr un desplazamiento esternal de al menos un tercio del diámetro anteroposterior del tórax, lo que equivale a 4 centímetros (cm) en el lactante y en el niño de 5 cm (3).
3. Expansión: debe permitir la recuperación completa del diámetro del tórax (reexpansión) (3).
4. Continuidad: evite al máximo las interrupciones (3).
5. Ventilación precisa: cuando las compresiones se asocian a la ventilación, se debe evitar la hiperinflación (solo el volumen necesario para expandir el tórax) (3).
A continuación, se describe la secuencia de abordaje C-A-B-D recomendada como maniobras de RCP, tanto en adultos como en niños en el contexto de un paro cardiopulmonar (3):
C: Circulación, compresiones torácicas
Deben ser dadas a una frecuencia adecuada, no hay datos suficientes para evaluar la frecuencia de compresiones en la población pediátrica, por lo tanto, se extrapola de la frecuencia recomendada en los adultos, es decir, 100-120 por minuto. El ciclo recomendado de compresiones/ventilaciones a utilizar es 30/2 si solo hay un reanimador o 15/2 si se dispone de dos reanimadores. Cada 2 minutos se debe cambiar el reanimador que está realizando las compresiones torácicas o antes si se encuentra fatigado (9).
Los datos acerca de la importancia de la profundidad de las compresiones torácicas exclusivamente en esta población son limitados; se recomienda comprimir el tórax al menos un tercio de su diámetro anteroposterior, esto equivale a 4 cm en lactantes y 5 cm en niños. Se debe permitir la recuperación completa del tórax entre compresión y compresión, y minimizar las interrupciones (3). En lactantes, la manera de realizar las compresiones torácicas puede variar según el número de reanimadores; si hay dos reanimadores se recomienda la técnica de dos manos (11) (Imagen 3), pero si solo hay un reanimador se utiliza la técnica de dos dedos (11) (Imagen 4). La forma adecuada de realizar estas maniobras se describe en la tabla 2.
Tabla 2. Técnica de compresión torácica con dos manos o con dos dedos (11).