Enfoque práctico e integral del soporte de vida. Alejandro José Urbina Sánchez

Enfoque práctico e integral del soporte de vida - Alejandro José Urbina Sánchez


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(en nuestro caso, 123) debe estar entrenado para dar las indicaciones necesarias para realizar compresiones correctas y hacer llegar lo más pronto posible el personal necesario acompañado de un DEA (desfibrilador externo automático) o si es el caso, indicar el uso de este si en la escena ya se cuenta con el DEA.

      Una vez haya llegado la ambulancia con el personal capacitado para esta situación se debe trasladar al paciente para realizarle soporte vital avanzado y cuidados posparo.

       Reanimación

      Al momento de enfrentarse a cualquier tipo de emergencia se deben verificar las condiciones mínimas de seguridad, que el entorno en el que se encuentra el paciente sea seguro, tanto para él como para la persona que atiende la emergencia. Esto se logra mediante un escaneo rápido de la ubicación y el entorno del paciente para asegurarse de que no haya amenazas físicas, peligros tóxicos o eléctricos. Tenga presente que la seguridad del área aplica también para el ámbito intrahospitalario (11,12).

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      Este ítem incluye aspectos relacionados con la bioseguridad, para lo cual se recomienda que el paciente tenga puesta mascarilla quirúrgica y que el reanimador cuente con elementos de protección, inicialmente mascarilla quirúrgica y una vez se progrese a soporte avanzado por riesgo de generar aerosoles cuente con mascarilla de alta eficiencia o máscara elastomérica, así como protección ocular y bata antifluido o desechable.

      Después de la verificación de la escena se hace contacto con el paciente y si no responde se activa el sistema de emergencias de la siguiente forma: se debe comunicar con la línea de emergencias del lugar del evento (ejemplo, para Medellín, Área Metropolitana: 123), proceda con identificarse, presentar la situación de emergencia en la que se encuentra, suministrar la ubicación exacta, solicitar un desfibrilador automático externo y seguir las instrucciones que le brinden en la línea. Recuerde, siempre antes de finalizar la llamada, preguntar si puede colgar. Si el auxiliador se encuentra solo, él mismo debe activar el sistema de emergencias; en caso de que se encuentre acompañado debe solicitar a la otra persona que active el sistema mientras él evalúa si el paciente tiene pulso y respira (11).

      Si el paciente no responde, verifique la respiración, mire, escuche y sienta (Imagen 2). Si tiene respiración anormal (jadeos o boqueo-gasping) o ausente, es razonable para el personal lego, es decir personal que no es de salud, pero cuenta con entrenamiento básico, asumir que el paciente está en paro cardíaco sin necesidad de verificar pulso e iniciar RCP (11,12).

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      Fuente: Realizado por los autores

      Esta recomendación es soportada en el inicio de las compresiones torácicas en pacientes que están inconscientes, pero no en el paro cardíaco se asocia con tasas bajas de eventos adversos significativos. Los eventos adversos notados incluyeron dolor en el área de las compresiones torácicas (8,7%), fractura ósea (costillas y clavícula) (1,7%) y rabdomiólisis (0,3%), sin lesiones viscerales descritas.

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      Desde la instauración de la emergencia sanitaria por COVID-19 se definió que debe evitarse la aproximación a la vía aérea. La evaluación de la vía aérea debe ser de forma visual o identificando si tiene respiración anormal (boquea).

      En el caso en que el primer respondedor sea personal salud, además de evaluar la respuesta se debe verificar el pulso carotideo, el cual deber ser palpado en 10 segundos e idealmente con la evaluación de la respiración, teniendo presente que, en caso de no estar seguro, considerar el pulso como NO presente (11,12).

      Esta evaluación plantea varios tipos de escenarios para el personal de salud, ante un paciente sin respuesta (11,12):

      1. Pulso presente, respiración normal: se debe monitorear de cerca al paciente y activar el sistema de respuesta de emergencia.

      2. Pulso presente, sin respiración o respiración anormal (paro respiratorio): se debe evaluar si el paciente tiene riesgo de intoxicación por opiáceos (tratamiento con altas dosis de opioides, prescripción con benzodiacepinas u otros sedantes, uso concomitante de alcohol); en caso de tenerla, se considera la de administración de naloxona por vía intramuscular (0,4 mg) o intranasal (2 mg) tan pronto como se tenga disponible y repetir si es necesario cada 4 minutos. En todos los casos en los que se presente este escenario se recomienda suministrar ventilaciones cada 6 segundos, con la técnica que se revisará posteriormente.

      3. Pulso no presente sin respiración o respiración anormal (paro cardiorrespiratorio): si es intrahospitalario, active código azul e inmediatamente inicie reanimación cardiopulmonar (RCP).

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      Diferencie un sistema de emergencia de un sistema de alerta y respuesta rápida (código azul).

      El principal criterio para activar un sistema de emergencia es el paciente sin respuesta.

      La reanimación cardiopulmonar sigue la siguiente secuencia conocida en el soporte básico de vida como CABD primario (11):

      • C: realización de compresiones torácicas.

      • A: vía aérea: garantizar la permeabilidad.

      • B: ventilaciones.

      • D: desfibrilar.

      • Cuidados posparo.

       Imagen 3. Algoritmo de soporte básico de vida para la atención para el paciente adulto en paro cardiorrespiratorio (11).

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      Las compresiones torácicas deben administrarse con prontitud, siendo estas el componente más crítico de la RCP (Siendo la RCP de alta calidad, junto con la desfibrilación para aquellos con ritmos desfibrilables, la intervención más importante para salvar la vida de un paciente en paro cardíaco). Kouwenhoven et al. desarrollaron la técnica de compresiones torácicas externas para la RCP en posición supina en 1960 (1). Para realizar la compresión torácica externa, el reanimador debe poner el talón de una mano en el tercio inferior del esternón del pecho de la víctima y el talón de la otra mano encima de la primera para que las manos se superpongan (No parece importar si la mano dominante o no dominante se pone en contacto con el esternón), con los brazos completamente estirados (no doblar los codos) y deben formar un ángulo de 90° con respecto al cuerpo del paciente (perpendicular a la pared del tórax). Las compresiones torácicas deben tener una frecuencia, profundidad, grado de retroceso del tórax adecuadas; reduciendo al mínimo las interrupciones entre las mismas. Las Guías 2015 a la fecha destacan estas características para compresiones de alta calidad (11):

      • Frecuencia de compresiones: comprimir a una velocidad de 100 a 120 por minuto.

      • Profundidad: en el adulto debe lograr un desplazamiento esternal de 5 cm. Esta profundidad permite aumentar la presión intratorácica. Una compresión con una profundidad mayor a 6 cm aumenta el riesgo de generar lesiones.

      • Expansión: debe permitir la recuperación completa del diámetro del tórax (reexpansión), favoreciendo así el retorno venoso y el flujo sanguíneo cardiopulmonar, sin separar las manos


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