Enfoque práctico e integral del soporte de vida. Alejandro José Urbina Sánchez
Resuscitation Quality: 2015 American Heart Association Guidelines Update for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Circulation. 3 de noviembre de 2015;132(18 suppl 2):S414-35.
5. Acuerdo Municipal 021 de 2004: Red de Atención de Urgencias y Emergencias para el Municipio de Medellín. 2004.
6. Atención Prehospitalaria para Medellín (APH) [Internet]. [citado 13 de febrero de 2018]. Disponible en: http://www.metrosalud.gov.co/metrosalud/pyp/102-aph
7. Ley 100 de 1993.
8. Cartilla del ABC.pdf [Internet]. [citado 17 de marzo de 2020]. Disponible en: https://www.minsalud.gov.co/Documentos%20y%20Publicaciones/CARTILLA%20DEL%20ABC.pdf
9. Restrepo Z JH. Economía y financiamiento de la salud. En: Fundamentos de salud pública. 3.a ed. Medellín, Colombia: Corporación para Investigaciones Biológicas; 2013.
10. Artículo 66 de la Ley 1753 de 2015.
11. Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud -ADRES [Internet]. [citado 13 de febrero de 2018]. Disponible en: http://www.adres.gov.co/Inicio/Acerca-de-la-entidad/-Qu%C3%A9-es-la-ADRES
12. Decreto 2265 de 2017.
13. Conceptos-sobre-copagos-cuotas-moderadoras.pdf [Internet]. [citado 7 de julio de 2020]. Disponible en: https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/IA/SSA/Conceptos-sobre-copagos-cuotas-moderadoras.pdf
14. Resolución 2003 de 2014. Bogotá (Colombia): Ministerio de Salud y Protección Social, (28 de mayo de 2014).
15. Resolución No. 3100 de 2019.pdf [Internet]. [citado 13 de julio de 2020]. Disponible en: https://www.minsalud.gov.co/Normatividad_Nuevo/Resoluci%C3%B3n%20No.%203100%20de%202019.pdf
16. Edelson DP, Sasson C, Chan PS, Atkins DL, Aziz K, Becker LB, et al. Interim Guidance for Basic and Advanced Life Support in Adults, Children, and Neonates With Suspected or Confirmed COVID-19: From the Emergency Cardiovascular Care Committee and Get With The Guidelines-Resuscitation Adult and Pediatric Task Forces of the American Heart Association. Circulation [Internet]. 23 de junio de 2020 [citado 14 de julio de 2020];141(25). Disponible en: https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/CIRCULATIONAHA.120.047463
17. Mancini ME, Diekema DS, Hoadley TA, Kadlec KD, Leveille MH, McGowan JE, et al. Part 3: Ethical Issues: 2015 American Heart Association Guidelines Update for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Circulation. 3 de noviembre de 2015;132(18 suppl 2):S383-96.
Capítulo 2. Soporte básico de vida adulto
Johanna Caicedo Valle
Médica, Especialista Medicina de Urgencias
Junior Emmanuel Hidalgo Orozco
Médico
Sebastián Calle Díaz
Médico
María Paulina Villa Saldarriaga
Médica
Introducción
El paro cardíaco es una de las principales causas de muerte en todos los ámbitos, se ha evidenciado que cerca del 70% de estos suceden en un ambiente extrahospitalario, de los cuales el 50% no son presenciados por un testigo. La sobrevida en un ambiente extrahospitalario es de tan solo 10.8% en comparación con el 22.3% a un 25.5% que ocurren en el ámbito intrahospitalario (1,2).
El reconocimiento inmediato de un paro cardíaco repentino y la activación del sistema de respuesta de emergencia, la reanimación cardiopulmonar (RCP) temprana y desfibrilación rápida con un desfibrilador externo automático (DEA), juegan un papel importante en la sobrevida de este tipo de pacientes.
Si bien la atención prehospitalaria conectada a programas de acceso público a la desfibrilación tiene una importancia relevante, es de aclarar que hoy en día el ritmo cardíaco durante el PCR más frecuente en ambos escenarios son los ritmos no desfibrilables, presentándose en un 80% de los casos (3).
En el ambiente intrahospitalario, el paro cardíaco es frecuentemente el resultado de trastornos que ocasionan disminución crítica de la oxigenación miocárdica con disminución de la contractilidad que culmina en una actividad cardíaca eléctrica sin pulso y finalmente asistolia (4,5).
Fisiología
Entender la compleja fisiología de la perfusión cardíaca y cerebral durante la reanimación es crucial para reducir la morbilidad y la mortalidad. El paro cardíaco se define como el cese de la actividad mecánica del corazón que resulta en la ausencia de circulación sanguínea y la perfusión tisular. La detención de la circulación significa un abrupto corte en el aporte de oxígeno y glucosa a las células de los diferentes tejidos siendo los más sensibles a la noxa el corazón y el cerebro. La magnitud del daño producido dependerá de la condición previa del paciente y del tiempo que tome el retornar a la circulación normal (6-8).
Cuando la causa del paro cardíaco es reversible se deben realizar todos los esfuerzos posibles para lograr un retorno a la circulación espontánea con funciones cardíacas y cerebrales preservadas. Tanto en ritmos desfibrilables como no desfibrilables es fundamental la identificación temprana de la causa del paro para realizar intervenciones específicas (como la desfibrilación temprana en ritmos desfibrilables, coronariografía emergente en infarto agudo de miocardio o fibrinólisis en trombo embolismo pulmonar) (6-8).
Se han identificado cinco componentes principales para la reanimación cardiopulmonar de alta calidad, los cuales representan la reproducción del proceso fisiológico en mención: la frecuencia de las compresiones torácicas, la profundidad de compresión, la reexpansión del tórax, mínimas interrupciones en las compresiones y una adecuada ventilación. Con cada compresión la presión intratorácica aumenta ya que el corazón se comprime entre el esternón y la columna vertebral produciendo a su vez un aumento de la presión auricular derecha y aórtica, lo que permite restaurar un gradiente de presión significativa entre la aorta y la aurícula y secundariamente entre el ventrículo izquierdo y derecho, generando un aumento del gasto cardíaco (6-8).
La sangre es impulsada desde el corazón hacia el cerebro, arterias coronarias y el resto del cuerpo debido a la presencia de las válvulas unidireccionales en el corazón y el gradiente de presiones que existe entre el tórax y las regiones no torácicas del cuerpo (6-8).
Las compresiones torácicas realizadas adecuadamente, generalmente no supera el 25% del gasto cardíaco que tenía el paciente previo al paro cardiorrespiratorio, en las mejores condiciones solo proporciona del 10 % al 30 % del flujo sanguíneo normal al corazón y entre el 30 % al 40 % del flujo sanguíneo normal al cerebro, sin embargo, consigue generar una presión de perfusión coronaria mínima para permitir el retorno a la circulación espontánea si se logra controlar la causa que provocó el paro. Con el tiempo, la efectividad de las compresiones torácicas disminuye sustancialmente si las maniobras de reanimación se prolongan sin lograr el retorno a la circulación espontánea (6-8).
En los primeros cinco minutos después del paro cardíaco, las reservas de ATP (Adenosín Trifosfato)