Derechos humanos. Una mirada retrospectiva. Ruth Zárate
la erradicación de diversos problemas socioeconómicos y ambientales: la hambruna, la pobreza, la mortalidad materno infantil, la desigualdades, el consumo irresponsable, el cambio climático, la inaccesibilidad a sistemas de salud y bienestar; asimismo, estos se enfocan en promover una educación de calidad inclusiva y equitativa que posibilite las oportunidades de aprendizaje permanente para todos, y desarrolle infraestructuras resilientes hacia industrias sostenibles, que fomenten la innovación y garanticen la sostenibilidad ambiental.
Así lo advierte Martin Luther King en su Carta desde la cárcel de Birmingham el 16 de abril de 1963, en donde expresa su lucha contra la segregación, al declarar que la esencia del hombre está en la capacidad de perseverar con ansiedad por su libertad, justicia y derechos. Este acérrimo defensor de los derechos civiles de los afroamericanos, que en 1964 fue condecorado con el premio Nobel de Paz, proclama en su misiva:
El sufrimiento y el valor del ser humano han transformado la idea de la lucha por los Derechos Humanos, la justicia, la paz, la igualdad, y a la vez han generado un cambio perceptible en torno a la soberanía de un país y sus condiciones sociales y económicas. Es la valentía de la persona, sumada a la capacidad de comunicar nuestra profunda ansiedad de protestar contra el poder de las discriminaciones, violaciones y actos de violencia permanentes que contrastan con la actuación de gobiernos represivos, además de luchar en contra de mantener un sistema político y económico creado por quienes están en el poder para circular una carrera de recursos y capitales que conllevan a una globalización próspera acorde con los bolsillos de los poderosos, repitiendo pobreza, hambre y descontento en comunidades indígenas y afroamericanas. La opción de un futuro mejor está en la posibilidad de empoderar a las personas a participar en un ejercicio de ciudadanía global para promover el reconocimiento de los Derechos Humanos, el respeto a la vida, la solidaridad y el acceso al conocimiento, que supone un impacto mayor en las creencias tradicionalistas de gobierno traspasando las fronteras de libertad.
En concordancia con lo anterior, Amnistía Internacional, en su informe presentado en 2013, señala:
Nos encontramos en un momento decisivo para crear y hacer realidad un sueño que algunos califican de locura; una locura que mantiene vivo el recuerdo de Mohamed y los sueños de Malala, al reprimir a regímenes corruptos que ocultan la retórica hipócrita de justificaciones interesadas y redefinir la soberanía de un pueblo que necesita el establecimiento de la doctrina de responsabilidad de proteger la existencia y ser del hombre. La esencia ineludible de su ser, su vida, su dignidad, su soberanía, su desarrollo, su entorno y sus seres queridos (2013b, p. 11).
El debate actual sobre los Derechos Humanos y el respeto por los valores inherentes a la condición humana, además de establecer mecanismos que garanticen no solo la dignidad sino también los aspectos integrales (sociales, económicos, culturales y ambientales) de vivir con dignidad, no enfrenta una problemática con orígenes en el pasado, sino aborda cuestiones de importancia contundente para el presente y futuro de una sociedad: El pueblo articulado hacia su humanidad y un Estado capaz de erradicar la impunidad y los efectos perversos de crímenes y acciones globalizantes enmascaradas en el superficial ideal de una igualdad y desarrollo para todos.
Con la noción de contribuir con la promoción de los Derechos Humanos y su papel significativo en el mejoramiento de las condiciones de vida, que aseguren un desarrollo sostenible para la sociedad, el documento tiene como propósito proponer desde una perspectiva conceptual, una herramienta para el desarrollo de procesos de formación – aprendizaje que permita redefinir, enriquecer y profundizar nuevos enfoques y criterios sobre el tema de Derechos Humanos y su rol frente al bienestar humano con proyección generacional hacia el desafío de un desarrollo integral consistente con la armonización de la economía, la equidad social, y el aseguramiento de un ambiente físico y social saludable, contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como un derecho fundamental para el desarrollo humano.
En este orden de ideas, el primer capítulo presenta un acervo teórico relacionado con los DDHH en su dimensión universal, histórica, ética y política, con el fin de comprender como estos derechos naturales se configuran en principios, cualidades y exigencias de sentido moral y político que tienen todos los seres humanos por el hecho de serlo, inherentes a su naturaleza y dignidad, además de conocer las bases filosóficas en las que se concibe el concepto de los DDHH, una primera corriente afiliada al “iusnaturalismo” que sostiene que en esencia son aquellas garantías que requiere un individuo para poder desarrollarse en la vida social como persona, es decir, dotado de racionalidad y de sentido; y una segunda posición, basada en corrientes afines al “positivismo jurídico” que sostiene, por el contrario, que los Derechos Humanos, al igual que el resto del ordenamiento jurídico, son un producto de la actividad normativa llevada a cabo por los correspondientes órganos del Estado. La segunda sección desarrolla el estado actual del tema de los DDHH, desde un análisis bibliográfico, respecto a su promoción, la Declaración Universal y la integralidad de las generaciones; el tercer capítulo del documento muestra, desde una mirada retrospectiva, las memorias de vulneración de los Derechos Humanos antes y después de que estos fueran proclamados como una declaración universal, lo que permite resaltar la lucha por proteger los DDHH en los diferentes tratos, estatutos y leyes. Por último en el cuarto acápite, se abrevia la confluencia normativa de los Derechos Humanos en el orden jurídico colombiano, es decir, aquellas disposiciones llevadas al texto escrito: mandatos en los que se predican toda una serie de efectos encaminados a la promoción, protección y exigibilidad de los DDHH.
El presente libro surge en el marco del proyecto Promoción y Exigibilidad de los Derechos Humanos de los pobladores de la zona de influencia de Campo Escuela Colorado; una respuesta de Responsabilidad Social desde la UIS realizado por la Línea de Responsabilidad e Innovación Social del Grupo de Investigación Innotec, y adscrito con código 8238 en la Vicerrectoría de Investigación y Extensión de la Universidad Industrial de Santander - UIS.
Del origen y los fundamentos a la proclama de los Derechos Humanos
La noción de los Derechos Humanos nace desde el reconocimiento de la dignidad humana, producto de luchas y revoluciones ligadas a toda la historia de la humanidad. Los constantes temores, miseria y amenazantes actos atroces de violencia de la vida imprimen en el hombre y la mujer la idea de libertad, el libre desarrollo de la personalidad, la autodeterminación, la igualdad y la fraternidad, en búsqueda de la superación y el logro de su realización como ser humano frente a las necesidades concretas de la colectividad, “el individuo como persona y en la sociedad, como ciudadano del mundo”. Este conjunto de atribuciones reconocidas como inherentes, esenciales y sustantivas del ser, a causa de la singularidad de su existencia, se consagran constitucionalmente por instrumentos jurídicos de los Estados, para hacer efectiva la idea de vivir con dignidad en adecuadas condiciones sociales, políticas, económicas y culturales.
En el desarrollo histórico de los Derechos Humanos, las diversas posiciones universalistas del concepto asumen la idea de los derechos como instrumentos de una ética relacionada con el significado de los valores morales, hacia la condición de los contextos sociales y el modelo existencial del individuo natural. La Biblia, el documento más antiguo que aporta al surgimiento y fundamentación de la proclamación de los DDHH, infiere que la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios trasciende la razón y la consciencia a una dignidad divina dotada de adoración, sabiduría, fuerza y luz espiritual; a saber, el reconocimiento de la dignidad intrínseca se imprime en la igualdad (Carta de San Pablo a los Gálatas 3: 26-281), la libertad (Carta de San Pablo a los Gálatas 5: 13-142) y la fraternidad (Zacarías 7: 9-103).
A raíz de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en 1776, se dan los primeros pasos para lograr definir los derechos fundamentales de los americanos:
Todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá