Acto matrimonial. Tim LaHaye
adecuado al respecto, por ser «tabú» en los círculos religiosos. Tan persistente ignorancia dio oportunidad a los sexólogos inescrupulosos para ir al otro extremo e inundar a los menores, desde el parvulario hasta los cursos superiores, con educación sexual para adultos. Ambos extremos llevan a la frustración y además imposibilitan la felicidad.
Las escuelas públicas han demostrado su incompetencia en el campo de la educación sexual al hacer dos presunciones erróneas:
1.Insisten en la enseñanza de la educación sexual sin resguardo moral, excusando su omisión con la declaración de que la separación entre iglesia y estado requiere que las normas morales sean excluidas. Esto no sólo resulta ridículo, ¡sino peligroso! Enseñar educación sexual sin principios morales es como verter gasolina sobre fuego. Las investigaciones demuestran que el varón experimenta su instinto más fuerte entre los dieciséis y veintiún años. Lo menos que necesita a esa edad es ser expuesto a una información sexual incitante, de la cual no debe hacer uso sino varios años después. Más aún, el joven precisa un raciocinio moral para controlar esos instintos hasta que tenga edad suficiente para asumir la responsabilidad para su ejecución.
2.Estos «expertos» suponen erróneamente que la educación produciría la felicidad sexual en forma natural. Tal presunción emana del concepto humano según el cual el hombre es un animal, y siendo un animal, ha de vivir como tal. La filosofía materialista ha promovido la promiscuidad antes del matrimonio, lo que ha hecho, a su vez, que las enfermedades venéreas lleguen a ser el problema mayor de sanidad para la nación para personas por bajo de los veinticuatro años y ha aumentado los complejos neuróticos de culpabilidad después del matrimonio. Podemos predecir angustias sin paralelo para la próxima generación, debido a esta destrucción despiadada de la juventud.
La ignorancia sexual, sin embargo, no es la alternativa. La juventud debe ser instruida en el sentido de que el sexo es sagrado, una experiencia reservada por Dios para el matrimonio. Ciertamente se les debe enseñar a los jóvenes el alto costo de la promiscuidad y los peligros de las enfermedades venéreas; y al salir con chicas, deben ser muy conscientes de que los cuerpos de ambos son templos del Espíritu Santo. La mayoría de las iglesias creyentes en la Biblia enseñan, naturalmente, estos valores inequívocamente en campamentos y en muchas reuniones juveniles.
APRENDIENDO POR LA PRACTICA
Un estudio en profundidad sobre el sexo está indicado en particular inmediatamente antes del matrimonio. Veámoslo, la materia en sí no es tan complicada. Dios no dio a Adán y Eva un manual sobre el comportamiento sexual; lo aprendieron, sin duda, en la práctica. Estamos convencidos de que los Adanes y Evas modernos pueden hacer lo mismo, siempre que sean lo suficientemente altruistas para tomar en consideración la satisfacción del cónyuge más que la propia. Unos cuantos buenos libros sobre el tema, estudiados cuidadosamente dos o tres semanas antes del matrimonio; una conversación franca con el médico de familia, y un consejo pastoral, constituyen normalmente una preparación adecuada.
Otra fuente de ayuda es un diálogo sincero con uno de los padres, del mismo sexo. Como padres, hemos disfrutado en compartir nuestro criterio con dos de nuestros vástagos. Tanto con estas conversaciones como por la lectura sugerida, ambos hicieron, al parecer, una hermosa adaptación. Lo que sigue en este capítulo incluye algunos aspectos de lo que conversamos con ellos acerca de ellos mismos y de sus cónyuges. El estudio de estos aspectos resulta extremadamente fascinante tanto para las parejas casadas como para las por casarse. Cuando esta información es considerada a la luz de los propósitos designados para el matrimonio —concepción, placer y comunicación marital—, el lector tiene que persuadirse de que Dios creó al hombre de forma admirablemente ingeniosa. No es de extrañar que el salmista declare que estamos «formidable y maravillosamente formados» (Sal. 139:14). Recomendamos al lector el cuidadoso estudio de estas próximas páginas. Cada órgano está enumerado en el orden de su función reproductiva, tal como se ve indicado en el diagrama.
Fig. 1.Los órganos reproductivos masculinos
Es importante conocer las partes básicas del sistema reproductivo, tanto del propio como las del cónyuge. Se debe también comprender su propósito y función básicos.
Escroto o saco de escroto. Pequeño saco, conteniendo los testículos, y que está suspendido entre las piernas del hombre.
Testículos. Los órganos sensibles, de forma ovular, productores de los espermatozoides, que penden dentro del saco de escroto. Tienen el tamaño y la forma de una nuez grande, aproximadamente de una pulgada y media de largo; contiene un tubo de aproximadamente una milésima de pulgada de diámetro y unos mil pies de largo y son capaces de producir 500 millones de espermatozoides por día. Normalmente el testículo izquierdo pende más bajo que el derecho, lo que no debe causar alarma, pues es bastante natural. Algunas veces sólo un testículo llega a pender después de la pubertad. Esto no debe causar preocupación sexualmente, ya que un varón sano puede ser viril con sólo un testículo funcionando. El problema puede ser corregido mediante cirugía o tratamiento a base de ciertas hormonas. Sin embargo, ocurre un mayor número de tumores en testículos sin bajar, y es conveniente que un joven teniendo esta condición sea examinado por un médico antes de los diez años con el fin de detectar a tiempo cualquier dificultad.
Espermatozoides. El semen masculino, elaborado en los testículos, que fertiliza el óvulo femenino. Ese semen contiene la información genética que determina definitivamente el sexo del bebé. Durante el coito sexual es eyaculado a través del pene dentro de la vagina femenina. La célula mide alrededor de seis centésimas partes de una pulgada entre cabeza y cola.
Epidídimo. Pequeño canal dentro del saco de escroto donde los espermatozoides producidos en los testículos pasan por un proceso de maduración.
Conducto espermático (conducto deferente). El conducto desde el epidídimo que transporta los espermatozoides hasta la cámara de ampulla. En una vasectomía para la esterilización del esposo se extrae una sección de una pulgada de cada conducto deferente. Esta cirugía puede ser normalmente ejecutada bajo anestesia local en un consultorio médico e incapacita al hombre, tal vez, por uno o dos días. La operación no afectará en manera alguna su vida sexual, impedirá meramente que el esperma entre al pene.
Cámara de ampulla. La cámara de almacenamiento para los espermas que, habiendo dejado el epidídimo, viajaron a través del conducto espermático.
Vesícula seminal. Es el órgano que produce el fluido seminal que transporta el esperma a la glándula prostática.
Conducto eyaculatorio. El órgano que expele el esperma y el fluido seminal a través del pene dentro de la vagina femenina.
Glándula de la próstata. Es una glándula importante, de forma de una avellana grande, que al contraerse promueve la eyaculación. Produce fluido seminal adicional y contiene los nervios que controlan la erección del pene. Está situada entre la vejiga y la base del pene, rodeando el conducto urinario desde la vejiga. La próstata puede aumentar de tamaño y bloquear el flujo de orina en un hombre de edad avanzada, lo que precisará una prostatectomía, o sea la extracción de la próstata. Después de esta operación, durante la eyaculación el semen entrará a la vejiga y no abandona el cuerpo en absoluto. Esto no altera la sensación física del orgasmo, pero será necesario seguir instrucciones especiales si la esposa desea hijos.
Glándula de Cowper. Es la glándula que funciona primero cuando el hombre es excitado sexualmente. Envía unas pocas gotas de fluido viscoso a la uretra, preparando de este modo un flujo seguro para el esperma, por neutralizar el ácido de la orina que de otra manera mataría el esperma.
Uretra. El tubo que lleva la orina desde la vejiga a través del pene para su eliminación. También transporta el esperma y semen desde la glándula de próstata a través del pene.
Pene. El órgano sexual masculino por el cual son expulsados tanto la orina como el esperma. Bajo estímulo mental o físico puede