Acto matrimonial. Tim LaHaye
de afecto que a ellos a menudo les parecen insignificantes.
A mí personalmente no me interesan las flores en absoluto. Aunque jamás tuviera flores en casa, no las echaría de menos. Pero casi todas las veces que regreso de un seminario un sábado por la noche compro un ramo de rosas para Bev en el aeropuerto de San Diego. ¿Por qué? Porque me gusta la respuesta que crean en ella. Francamente, tardé varios años en descubrir las recompensas que obtendría al ajustar mi comportamiento a su necesidad de afecto. No es que sólo sea por las rosas amarillas que a ella le gustan mucho, sino que está agradecida de que yo haya pensado en ella al regresar.
e)Amor apasionado. El amor apasionado le es natural al hombre debido a su instinto sexual más potente. La mayoría de las mujeres tienen que cultivar el apetito del amor apasionado, pero el lector puede estar seguro de esto: tienen la capacidad de aprenderlo. El esposo que confiere amor efectivo a su cónyuge, puede enseñarle a amar de manera apasionada. Y todo hombre que así procede podrá dar testimonio de que el tiempo invertido era bien empleado.
Como veremos más adelante, las pasiones de la mujer son más periódicas que las del hombre. En ciertas ocasiones, según que el lugar sea adecuado, en la privacía y por la calidad del afecto, ella puede gozar totalmente del amor apasionado. Hay una cosa más a recordar: es más fácil para la mujer expresar un amor apasionado después que las otras cuatro necesidades de amor hayan sido satisfechas.
Cuando estas cinco necesidades en el corazón de la mujer hayan sido propiamente cumplidas le darán seguridad en el amor de su esposo, lo que llega a ser cada vez más importante en una época cuando hombres y mujeres han de rozarse cada día en el mundo comercial. Un sinnúmero de hombres se ve rodeado por secretarias u otras empleadas que despliegan sus atractivos físicos durante las horas de trabajo. Cuando un marido se ve confrontado por otra mujer que resulta serle simpática, la mejor defensa contra problemas morales es la relación de cálido amor con su esposa. «El erotismo masculino, bien satisfecho dentro del hogar, no tendrá hambre fuera.»1 Esto vale también para la mujer casada. Ya que para ella es preciso saber que su esposo la necesita, hacer el amor llega a ser el medio necesario para asegurarle ese amor.
Este anhelo de seguridad fue hermosamente compartido por un amigo íntimo, cuya encantadora esposa contrajo una enfermedad que gradualmente disminuía su movilidad física hacia una invalidez total. Amándola él entrañablemente y sabiendo que ella sufría grandes dolores, se abstuvo valientemente de hacerle el amor. Una noche, cuando él se hallaba acostado al lado de ella tratando de conciliar el sueño, sintió que la cama temblaba. Escuchando por un momento, oyó sus sollozos sofocados. «Cariño, ¿por qué estás llorando?» Ella respondió titubeante: «Porque creo que ya no me quieres.»
Naturalmente, estaba atónito. «¿Qué he hecho yo?»
«Es lo que no has hecho —decía llorando—. Ya no me haces el amor.»
Primero se contestó en su interior: «¡Dios mío! ¡Qué mayor confirmación de mi amor que negarme a lo que cada órgano en mi cuerpo reclama!» Mas entonces se dio cuenta de que su esposa, a pesar de su dolencia, necesitaba desesperadamente que le asegurase su amor mediante el acto marital. Toda mujer lo desea.
3.Satisface su instinto sexual. A pesar de que una mujer puede no poseer un instinto sexual tan fuerte y consistente como un hombre, de hecho tiene instinto sexual. Las investigaciones indican que casi todas las mujeres están más apasionadas justo en mitad del período libre de su menstruación y, naturalmente, en el tiempo cuando su fertilidad es más alta. Más aún, su placer va aumentando a través de los años. Al entrar en mayor familiaridad con su esposo aprende paulatinamente a experimentar orgasmos, y su aprecio y deseo de esa experiencia va creciendo también.
Una mujer no parece ser fácilmente tentada a fantasear como su esposo. Sin embargo, sí que tiene la capacidad de recordar románticamente aquellas experiencias fantásticas del pasado. En consecuencia, cada vez que experimenta el acto en forma de éxtasis aumenta su instinto sexual, del mismo modo que cada experiencia frustrada lo sofoca. Tal instinto sexual creciente precisa un escape, y el amor marital es el plan ordenado por Dios para su expresión.
4.Relaja su sistema nervioso. Hemos anotado continuamente que las mujeres frígidas son mujeres nerviosas. Nótese que no hemos dicho que cada mujer nerviosa sea frígida, porque algunas mujeres son simplemente nerviosas por naturaleza. Pero la frigidez produce casi invariablemente nerviosismo. Por lo tanto, es importante para una mujer aprender una sana expresión sexual hacia su esposo.
Tal como ocurre en el hombre, el sistema nervioso femenino está intrínsecamente ligado a los órganos reproductivos. Dios hizo posible para las esposas de toda época disfrutar de una experiencia saludablemente relajante en su lecho marital. El acto conyugal existe para la propagación de la raza y para el placer personal, que con su satisfacción promueve la fidelidad conyugal, es cierto; pero también provee un factor relajante, muy necesario para el sistema nervioso.
5.La experiencia cumbre. Al ser propiamente consumado hasta el orgasmo, el amor marital confiere a la mujer la experiencia más desbordante de la vida. Una joven madre refutó esta afirmación como excepción, insistiendo en que dar a luz ofrecía una experiencia mucho más desbordante. Pero nosotros nos referimos a la experiencia femenina sobre una base regular y frecuente. Simplemente no existe experiencia alguna comparable al acto conyugal —tanto para la esposa como para el esposo—, que se necesitan el uno al otro para obtener los máximos beneficios.
EL SIGNIFICADO MAS HERMOSO DE TODOS
Un significado más importante del acto conyugal es presentado, a propósito, al final del capítulo. Creemos que es el más hermoso de todos. Simplemente dicho, es la provisión de una experiencia única y continua por toda una vida que esposo y esposa comparten única y exclusivamente entre ellos. En todas las demás actividades de la vida somos impelidos a compartir cosas unos con otros. Si un esposo es un maestro, o mecánico, comparte con otras personas fuera del hogar los frutos de sus habilidades. Si la esposa es buena cocinera, o una mujer atractiva, el esposo no es el único que disfruta de estos dones. Pero detrás de la puerta de su alcoba la pareja experimenta la unión completa, uniéndolos durante un momento sublime en una entrega íntima y exclusiva que no es compartida con nadie más en el mundo. Esta es la mayor razón para que el acto marital tenga una influencia tan comprometedora, unificadora y enriquecedora sobre la pareja.
El significado de la unión que resulta del acto común es mucho más importante que el tiempo empleado en la experiencia. Si una pareja típica emplea alrededor de treinta minutos en el acto de amor, como promedio tres veces por semana, el acto de amor significaría sólo una hora y media por semana, o sea apenas el uno por ciento de su tiempo. Sin embargo, no hay otra experiencia repetible que tenga más importancia para esa pareja. Los cónyuges que disfrutan de sus relaciones viven muchas horas en armonía mental y emocional en anticipación de la experiencia y la siguen con muchas horas de mutua satisfacción a medida que se acerca, debido a su amor. Probablemente ningún encuentro humano, por poderoso que sea, es capaz de consolidar una relación más firmemente que el acto conyugal.
Notas
1 Jerome Rainer y Julie Rainer, Placer sexual en el matrimonio (Nueva York, 1959), pág. 30.
* Este es el objetivo no sólo de los libros de psicología, sino falaz y engañosamente también de los de astrología, que tanta demanda tienen en nuestro tiempo. — (Nota de la Red.)
4 | Educación sexual |
Dios nunca puso un premio a la ignorancia, y esto incluye la educación sexual. Su declaración: «Mi pueblo se destruye por falta de conocimiento» es válida en esta área de la vida tanto como en el ámbito espiritual. Millones de parejas casadas se conforman con una experiencia de segunda clase porque no saben mucho sobre los órganos reproductivos y las funciones sexuales, y