Refugiados ambientales. Teófilo Altamirano

Refugiados ambientales - Teófilo Altamirano


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que los desplazados climáticos ya superaron a los que son resultado de guerras internas, conflictos políticos, terremotos, proyectos de desarrollo, etc. La proyección de dichos autores es muy preocupante porque las cifras seguirán en aumento mientras las medidas para reducir las causas sigan como hasta ahora.

      Como consecuencia de la migración climática, hay otras pérdidas (equipos agrícolas, mercados de trabajo, ahorros, terrenos, casas y otras propiedades). Estos últimos son bienes tangibles; mientras que los intangibles permanecen en la mentalidad, las emociones y todo aquello que subyace a la cultura que se ve alterada. Por ejemplo, la unidad familiar sufre separaciones; de igual manera las redes sociales, organizaciones locales como la comunidad indígena, la comunidad campesina, la junta de usuarios del agua o de regantes, las organizaciones de mujeres, jóvenes y todo aquello que constituye las capacidades para responder a los retos internos y a los conflictos generados por el medio ambiente. Esto sucede porque la salida es involuntaria y está llena de incertidumbres, además de estar en una situación de dependencia casi completa de los gobiernos, las organizaciones caritativas y la ayuda internacional. Esta nueva situación hace aún más vulnerable a la población migrante involuntaria.

      Luego de la migración involuntaria, la familia queda generalmente desunida porque los varones estarán en mejores condiciones de salir que las mujeres, quienes se quedan con los hijos menores o tienen que migrar con ellos.

      En sociedades rurales existe un apego emocional a las pocas propiedades con las que cuenta la familia y la comunidad. La tierra, el ganado, la producción agrícola, el agua, las plantas, la diversidad biológica, etc. no solo son elementos de vida materiales, sino que también tienen un contenido simbólico-ritual, un espíritu vivo con el que pueden dialogar y que tiene valor intrínseco. Cuando se abandona la casa, la chacra, el medio ambiente, también se deja atrás el contenido cultural. El problema se agrava porque no saben si retornarán y podrán recomponer su universo simbólico-ritual, mágico-religioso.

      Detrás de los millones de migrantes forzosos o involuntarios están los varones, niños, ancianos enfermos, etc. Asimismo, las esperanzas de encontrar una vida mejor; así como los sufrimientos, las expectativas de encontrar nuevas relaciones sociales y recomponer la familia, tener un trabajo, etc. En general, todos estos aspectos que pertenecen a cada cultura y cada sociedad no están registrados en números.

      Al parecer, para los que toman las decisiones sobre los impactos del cambio climático, los números son más importantes porque son datos objetivos, pero los aspectos cualitativos no existen. El desarraigo y los shocks culturales, que son inherentes a todo proceso de desplazamiento en las salidas y en las etapas siguientes, son de igual importancia que los efectos objetivos. Una manera eficaz de tener éxito en la política ambiental es tener en cuenta los patrones culturales de cada grupo; por ejemplo, sus concepciones de tiempo, espacio, familia, su lengua y las manifestaciones de su cultura no material.

      La migración forzada por razones del cambio climático varía de una cultura a otra. Estas tienen sus particularidades debido a sus causas, los contextos ecológicos y humanos diversos que merecen su propio análisis, diagnóstico y tratamiento. No hay una sola respuesta a estos fenómenos. Otra dificultad para su análisis y tratamiento está determinada por quién o quiénes van a definir —y bajo qué criterios— a los migrantes forzosos. A veces se les considera más bien como migrantes involuntarios o compulsivos, conceptos que sí son reconocidos por organismos internacionales, como el Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas o las convenciones sobre desplazados. Las organizaciones internacionales que tratan el tema de los migrantes involuntarios tendrán que incorporarlo dentro de su legislación porque este fenómeno es un hecho presente y será en el futuro el mayor factor de migración forzada. La diversidad de procesos migratorios involuntarios debe ser analizada dependiendo no solamente de las causas que los producen, sino también del tipo de migración. Como en el caso de las migraciones no climáticas, existen tres tipos de migración climática, que dependen de su orientación, su temporalidad, su espacialidad, sus efectos y el proceso mismo de la migración: migraciones estacionales, temporales y permanentes.

      3.1. Estacional

      Este es otro de los efectos del cambio climático. Se manifiesta en épocas del ciclo agrícola y productivo, cuando la población o parte de ella se mueve dentro y fuera de su lugar de origen o su país. Este movimiento es mayor después de la siembra o la cosecha de los productos agropecuarios, cuando ya no son suficientes para el sostenimiento de la familia. Su principal causa es la pobreza y los efectos del cambio climático, como la pérdida de agua o su contaminación causada por los relaves mineros, petroleros o gasíferos, o cuando hay escasez o abundancia de ella.

      En este caso, la migración es, además, laboral, debido a la necesidad de obtener ingresos complementarios para el presupuesto familiar. Por ejemplo, una población que siembra maíz o papa como producto básico de su alimentación retorna entre noviembre y marzo o en épocas de sembrío, para las que se necesita mano de obra abundante. En algunas oportunidades, la mujer se queda en la casa con los hijos y ancianos para reemplazar al varón (esposo, joven o adulto) en las tareas y obligaciones de la comunidad, mientras este envía o trae las remesas monetarias y no monetarias desde las ciudades grandes o intermedias; los centros mineros, petroleros y gasíferos; las plantaciones de arroz, plátano y frutales; o, en el caso de los países andinos, el cultivo de la hoja de coca, el cacao y el café (que son propios de la selva amazónica). En general, los trabajadores tienen redes sociales en esos lugares, que pueden estar compuestas por sus familiares y paisanos; además, no requieren de una residencia y viven en campamentos, en la casa de un familiar o alquilan cuartos. Las fechas de salida estacional son entre abril y agosto o setiembre, fechas de secano o falta de agua o abundancia de ella. Estos son meses donde los animales domésticos dan poca leche, están subalimentados y no pueden ser comercializados.

      La mayor razón para la disminución de la producción agropecuaria en la actualidad es la falta de agua, que además produce conflictos entre los mismos agricultores o con pobladores y autoridades urbanas, como sucede en la costa y la sierra peruana.

      El cambio de clima también trae consigo la aparición de nuevas enfermedades a las plantas y el aumento de roedores que se multiplican rápidamente cuando la temperatura aumenta, lo que pone en peligro las cosechas de granos. A esto se añade la cada vez creciente irregularidad del comportamiento climático. Hace algún tiempo, las épocas de lluvias y sequías eran bien definidas, lo que permitía a los campesinos programar con regularidad sus actividades.

      Todas estas nuevas condiciones en la agricultura afectan la producción y el sostenimiento doméstico. A esto se suma la apertura de nuevas carreteras y la aparición de nuevos blancos migratorios, los cuales contribuyen todos juntos a la migración climática estacional. La importación de los alimentos en los países pobres, donde la economía se ha abierto al mercado internacional que estimula los transgénicos, es un factor adicional para el decrecimiento de la producción alimentaria. Esto es más crítico cuando la población crece, porque cada niño o niña que nace implica una demanda principalmente de alimentos. De ahí que una de las metas del milenio (la reducción de la desnutrición a una tercera parte) no se haya cumplido en muchos países.

      La migración estacional ya era una realidad antes de la causa ambiental y que su causa principal fue y será la necesidad de ingresos complementarios. Lo que produce hoy el cambio climático, responsable de la elevación de la temperatura, es acelerar más la migración estacional. Aquel, junto con la pobreza rural, será el mayor responsable para este tipo de migración, con las respectivas consecuencias en los procesos de urbanización, despoblamiento rural y problemas como la falta de agua o el abandono del campo, en el caso de las ciudades.

      3.2. Temporal

      Se produce cuando las personas abandonan sus lugares de origen independientemente de la estacionalidad de la producción agropecuaria y se realiza en cualquier época del año del calendario agrícola.

      Las


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