La voz. Inés Bustos Sánchez
de sus emociones, de sus sentimientos, de sus dudas, sus miedos y sus euforias. La voz es comunicación y es sobre todo autocomunicación.
En situaciones de estrés emocional, personal o profesional, cuidar y conocer la propia mente será la mejor manera de conocer y cuidar la propia voz.
Un profesional de la voz debe conocer, en la medida de lo posible, el funcionamiento fisiológico de su propio instrumento vocal. Es evidente que pueden lograrse magníficas prestaciones vocales sin grandes conocimientos de fisiología de la voz. Y que una gran formación teórica no es en absoluto garantía de una voz de calidad.
Sin embargo, en un terreno tan complejo como el de la voz, en el que la mente y las emociones no siempre juegan a favor del profesional, conocer mínimamente el funcionamiento vocal puede ser un instrumento para afianzar, dar seguridad y objetivar las sensaciones vocales.
Por otra parte, no dudamos en afirmar que la mejor prevención de los trastornos de la voz es una buena técnica vocal. El hecho de que la voz sea connatural al ser humano, que el canto y el teatro formen parte de la historia de la humanidad desde sus albores, no suple el hecho de que la prestación vocal profesional exija conocer y aplicar una técnica vocal liberadora de la voz, que aporte la máxima eficacia vocal en cuanto a calidad e intensidad con el mínimo gasto de energía y esfuerzo vocales.
Otros capítulos de este libro profundizan en este tema, pero queremos insistir en la importancia ineludible que posee desde el punto de vista de la salud vocal. Demasiado a menudo descubrimos lesiones cordales en jóvenes actores o cantantes a quienes su ilusión por la escena y sus cualidades innatas han llevado a la actividad profesional sin poseer los recursos técnicos que permiten sobreponerse a la fatiga diaria, a las exigencias de directores musicales y de escena, y a las dificultades vocales propias de la obra a interpretar.
Amar la propia voz: ¿qué le podemos pedir a la voz?
Asumiendo el riesgo de un cierto narcisismo, incluso de una obsesión excesiva, hablamos de la necesidad de «amar» la propia voz. Amar de una forma sana, equilibrada. No como la madre protectora que no permite crecer al niño con cuidados obsesivos, a veces casi supersticiosos. Hay una única voz para toda la vida. Una voz que cambiará con los conocimientos adquiridos, con la propia historia, con la edad, etc.
La voz no será fuente de problemas si:
1 La comprendemos como nuestra aliada y fuente de felicidad en los procesos de aprendizaje, en definitiva, a lo largo de toda la vida. No se trata de «dominar, controlar»; se trata de «liberar, integrar, percibir».
2 La «escuchamos», la «sentimos». Conocerla es también conocer sus límites, sus capacidades. El esfuerzo y la fatiga vocales son los grandes enemigos de la voz.
3 Le permitimos reposo, calma. El silencio –tan lejano y tan temido en nuestra sociedad– es un buen aliado de la voz, sin excesos y en el momento oportuno.
4 No la tememos. En caso de dificultad hay que consultar con un especialista que conozca no sólo las cuerdas vocales, sino también la dinámica vocal en general. Frecuentemente, la espera comporta más complicaciones que una consulta a tiempo.
5 La amamos como es. Sin disfrazarla. Sin imitar a nadie. Descubriendo a través del trabajo cotidiano sus posibilidades y su belleza, como fuente de placer y de felicidad para ofrecer a los que escuchan.
Bibliografía
BUSTOS, I. (1995):Tratamiento de los problemas de la voz, nuevos enfoques. CEPE, Madrid
CASANOVA, C.: Voix et mouvement. Application a la reeducation des professionnels de la voix. Rev Laryngol Otol Rhinol, 1998; 119, 4: 281-288.
HEUILLET- MARTIN et al. (1995): Une voix pour tous. Solal. Marsella.
HIRANO, M. (1981): Clinical examination of voice. Springer- Verlag. Nueva York.
LE HUCHE- ALLALI (1994): La voz. Masson. Barcelona.
MORRISON- RAMAGE et al. (1996): Tratamiento de los trastornos de la voz. Masson. Barcelona.
ORMEZZANO, Y. (2000): Le guide de la voix. Editions Odile Jacob. París.
STEMPLE, J., GLAZE, L., GERDEMAN, B. (1994): Clinical voice pathology: theory and management. Singular Publishing, San Diego.
WOISARD-BASSOLS, V.: Bilan clinique de la voix. Encycl Méd Chir, Oto-rhino-laryngologie, 20.753.A.10.
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El cantante lírico
por Carmen Bustamante
Ergofonación
Para explicar algo de lo que creo haber aprendido durante los años de experiencia como cantante lírica y como profesora de canto, utilizaré el concepto de ergofonación. Llamaremos así al conjunto de técnicas que tienen como finalidad optimizar el uso de los recursos corporales de que dispone el ser humano para emitir la voz de forma conveniente.
A lo largo de este capítulo voy a exponer cómo he llegado a este sencillo concepto y por qué nos parece importante.
Siempre nos ha interesado aprender qué se debe hacer para que las cosas salgan bien. Tratándose de cantar, hemos buscado un equilibrio entre el método y la intuición, y quizás por intuición descubrí que muchos problemas de voz no tienen su origen en el órgano emisor sino en un comportamiento corporal desequilibrado que produce incomodidad y puede perjudicar la salud vocal. Por esta razón, hace muchos años empezamos a interesarnos por todos los conceptos corporales que influyen en el cantante. Ello nos condujo inicialmente al Hata Yoga, que en su momento fue para nosotros el gran descubrimiento corporal. Más adelante, con el método Cos-Art llegamos a sentir la necesidad de incorporar el trabajo corporal al canto. A partir de aquí hemos recorrido más caminos y aprendido otros métodos que nos condujeron a realizar una síntesis propia, adaptándola a las necesidades de cantante y pedagoga.
El resultado de este trabajo es, por tanto, el fruto de años de observación y de búsqueda de la relación entre distintos mecanismos corporales que se dan al cantar. No nos atrevemos a llamar «investigación» a nuestro trabajo debido al respeto que nos inspira esa palabra.
El canto lírico
La voz como medio de expression
La voz es el medio normalmente utilizado por los seres humanos para comunicarse y expresarse, pero la empleamos de maneras distintas según la situación en que nos encontremos y el uso que queramos hacer de ella, pudiendo así establecer distintos tipos de emisión según la exigencia requerida. Por ejemplo: en la conversación hablada, normalmente no es necesario una conciencia del instrumento ni de sus posibilidades; sin embargo, las personas que usan la voz hablada profesionalmente como profesores, oradores, actores, etc., sí precisan un conocimiento del instrumento, una técnica respiratoria, conocimientos de dicción y articulación. Estos profesionales, por lo general, requieren volúmenes sonoros más importantes, una proyección que les permita hacerse oír, calidades de sonido y un uso de la voz más prolongado.
Es imprescindible que tanto el profesional de la voz hablada como el profesional de la voz cantada conozcan el funcionamiento y las posibilidades que tiene su instrumento.
Un nivel de exigencia todavía mayor será el del cantante profesional de música ligera y teatro musical. Aquí empieza una valoración más importante de la calidad del sonido, exigiéndose una tesitura más amplia e incluso de cierto volumen, aunque con los medios de amplificación que se emplean normalmente no es requisito indispensable poseer un gran volumen vocal.
Por último, en los cantantes de música clásica o culta (canción de concierto, oratorio, ópera) el nivel de uso de los órganos vocales alcanza la mayor exigencia.
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