Déjate florecer. Sheila Mulero Almeda
friday pasa un poco como en el trastorno conocido como FOMO (fear of missing out o miedo a perderse algo) y se quiere aprovechar el descuento aunque no se necesite realmente nada, una excusa más creada por el capitalismo.
En el ámbito de la comida suele darse cuando hay mucha oferta como en los buffets o eventos importantes. Esa sensación de no querer dejar de probar nada y comer «como si no hubiera un mañana porque al día siguiente ya no tendremos esa comida delante y hay que aprovechar»...
El FOMO es en parte resultado de las redes sociales y los avances tecnológicos porque podemos estar en muchos sitios a la vez y aprovechar mucho el tiempo. Pero cuanto más quieres abarcar, menos centrada estás en algo y menos capacidad de sentirlo y disfrutarlo.
En la comida genera tal ansiedad, descontrol y desconexión que lleva a un empacho casi asegurado. De fondo hay una sensación desesperante de nunca ser suficiente ni poder estar en todo y a la vez una especie de necesidad de control máxima que cuanto más nos centramos en ella... menos controlamos y más control tiene la comida o eso que queremos controlar sobre nosotros. Que no se apoderen de vosotros los descuentos, ni el acumular, ni el poseer, ni el demostrar... Cuando lo pienses o necesites, céntrate en tu esencia, que no se puede comparar ni comprar. Marta García es una experta en cómo alimentar tu esencia.
¿UN MOLDE PARA TODAS...?
¿Por qué nos cortan a todas por el mismo patrón? ¿Por qué nos lo creemos? ¿Por qué nos hacemos eso a nosotras mismas? ¿Por qué debe haber un modelo a seguir? ¿Por qué alguien con «x» forma o tipo de cuerpo nos hace sentirme menos o peor? ¿Por qué nos hacemos eso? Si cada una de nosotras es distinta, ¡tanto fuera como por dentro!
Hemos caído en la trampa porque cuanto más te centras en cambiar e intentar controlar algo incontrolable, más difícil se hace todo y más defectos te ves. No puedes cambiar tu cuerpo, cómo este almacena la grasa, cómo utiliza la energía, la forma de tus brazos, caderas o glúteos… Puedes trabajar la fuerza y la alimentación para moldearlos pero no puedes pretender tener otro cuerpo. Sobre todo, debemos tener claro que no se conseguirá nada si se hace desde una posición de desprecio hacia una misma, pensando en que no somos suficientes e incluso odiando nuestro cuerpo por no ser como esperamos.
A veces nos quedamos enganchadas en una superficialidad extrema que carece totalmente de sentido. ¿No será más fácil, saludable y beneficioso para nosotras, aceptar nuestras cualidades y nuestros defectos para vivir en paz con nosotras mismas? Y trabajar en un cambio si se quiere, no por nada externo sino interior y siempre enfocado en salud.
No cabemos en el mismo molde, necesitamos diferentes moldes e incluso es normal que durante nuestra vida cambiemos también de forma, peso y tamaño y no pasa nada. No hay que culpabilizarse ni arrepentirse ni amargarse, solo aprender y disfrutar de cuidarse en cada etapa y utilizarlo para darse lo mejor que se pueda con lo que se tenga.
Todas (y todos) somos reales. Lo que no es real es las fotos o imágenes o proyecciones que se cuelgan en las redes muchas veces de la realidad de cada cuerpo, no es real que la normalidad sea ningún tipo de cuerpo, no es real que todas las chicas que ves en tu Instagram no tengan celulitis, ni es real que estén marcadas con sus abdominales todo el año ni que no influya en cómo se ve esa imagen de ella, el color de la piel (bronceado, rayos uva...), la luz de la exposición del estudio fotográfico... No es real que esté así todo el día (comer, inflamación, tener la menstruación, estrés, malestar gástrico, etc.) No es real que todas entremos en el mismo patrón (ni estético, ni alimentario, ni de ningún ámbito). Si todas somos distintas con diferentes gustos y particularidades. Nadie es más real que nadie por tener más o menos de nada en su cuerpo.
Pero ante todo, todas somos quiénes somos. Más o menos celulitis, caderas, barriga, pelos, granos, marcas, estrías... Pero ¿por qué entrar en esa comparativa de más o menos? ¿Qué más da? De verdad, ¿qué importa? ¿Qué dice de ti? ¿Qué cambia de ti? Sigues siendo real, sigues viviendo tu vida, sigues siendo tú...
ACEPTACIÓN CORPORAL
La imagen corporal puede tener muchos aspectos a tener en cuenta:
Perceptual: capacidad de percibir el tamaño y forma del cuerpo y sus componentes con veracidad.
Emocional: grado de satisfacción o insatisfacción con nuestro cuerpo
Cognitiva: creencias relacionadas, inferencias, comparaciones, interpretaciones…
Conductual: conductas respecto al cuerpo (como camuflaje, evitación, lesiones, rituales…) y movimientos (sensación de incomodidad y las conductas consecuentes para evitarlo).
Es muy sanador hablarle directamente a tu cuerpo para decirle todo lo que necesites, todo lo que le quieres, todo lo que te ha costado entenderle... Que has tardado pero lo has hecho.
Pedirle perdón y personificarlo, de alguna manera, te hace que tome vida e importancia, te hace dejar de mirar hacia adentro y salir hacia fuera para valorar de forma más objetiva todo lo que tu cuerpo hace por ti. Todos los gestos, acciones, palabras, pensamientos y emociones que ha aguantado y soportado.
Quiérete como eres como base para conseguir ser como quieras ser.
Sois UNO tu cuerpo y tú, sé consciente de esta unión y no le/te hables mal, no le/te trates mal (ya sea comiendo en exceso o por defecto, vomitando, con autolesiones...) porque NO se/te lo mereces.
Sois un equipo, no puedes desligarte de él ni luchar contra él porque entonces es cuando algo no cuadra en tu interior y no te sientes en paz.
¿Cuántas más condiciones te pones a ti misma para quererte? Eso no es autoestima... Te deseo que te quieras de forma incondicional y no sometas así a tu cuerpo ni tu mente a nada que le haga daño. Déjate ser tú sin esa presión.
Demasiado alta. Demasiado baja. Demasiado gorda. Demasiado delgada. Ojos demasiado separados. Labios demasiado finos. Demasiado pecho.
Que haya cosas de ti que no te agraden no quiere decir que no te quieras ni te aceptes. Pero hay que saber qué cosas de verdad no te gustan de ti y si realmente no te gustan a ti o te han inculcado que es lo normativo o asocias ciertos valores a algo meramente estético. Así que... Si quieres cambiar algo de ti, primero asegúrate de que es algo realista de cambiar y hazlo desde el amor.
Tu cuerpo es válido YA, no necesitas nada externo o nuevo para validarlo, para quererlo, para cuidarlo, consentirlo, para sentirte bien, para valorarte… independientemente de lo que te hayan hecho creer… Céntrate en la benevolencia de sentirte válida y suficiente desde el amor por ti, la vida, la naturaleza... Tu cuerpo es suficiente y válido ya. Y tú también...
Muchas veces focalizamos todo en el PESO, volcamos todo bajo el precepto de salud y/o felicidad… La mayoría de mis pacientes creen que cuando estaban más delgadas eran más felices: «Más que ahora seguro», y cuando indagamos, realmente desde el presente recuerdan