Déjate florecer. Sheila Mulero Almeda

Déjate florecer - Sheila Mulero Almeda


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creemos que esto es la realidad que nosotras «deberíamos» poder conseguir, estar así de delgadas y de «perfectas». Nos hemos creído (todas en mayor o menor medida, en algún momento de nuestra vida) que si no estamos así de delgadas, o de estilizadas, o sexys, o con un busto prominente o sin celulitis o con piernas muy finas, o más maquilladas, o más o mejor lo que sea... No seremos exitosas o válidas o bonitas o queridas o suficientes...

      Salgamos de Matrix. Todas las personas somos diferentes y bellas a nuestra forma. Hay muchas formas diferentes de cuerpos y ojalá todas sin complejos ni prejuicios. Y ojalá dejáramos de guiarnos por los cánones marcados socialmente sobre lo que debemos o no ser, cómo debemos actuar o cómo vestirnos, maquillarnos, sentirnos, etc.

      Empieza a hacer limpieza de redes y busca cuentas que promuevan la diversidad corporal, que veas cuerpos de todas las formas y tamaños porque todas esas mujeres merecen la misma atención y valoración que las que tienen ese cuerpo «escultural» según Matrix.

      CONTEXTO

      Creo que es importante contextualizar el tema de la belleza. En la sociedad en la que vivimos:

       Capitalista (producir, generar, ganar dinero…) que solo contribuye a alimentar el ego y el consumismo, el tiempo hay que dedicarlo al trabajo y ganar dinero, estar con uno mismo y autoconocimiento es perder el tiempo… Y cuanto más dinero, más puedes enriquecer a la industria e invertir en moda, productos de belleza, tratamientos estéticos, etc.

       Con un ambiente obesogénico en el que cada dos pasos tienes a tu alcance algún producto de alimentación ultraprocesado que potencia las calorías vacías de nutrientes y simplemente la gratificación inmediata alterando el umbral del sabor y la capacidad de decisión de la persona en cuanto a elecciones saludables.

       Gordofóbica por el estigma y rechazo social que se ha interiorizado hacia las personas con sobrepeso… Dando por hecho que son más despreciables por no ser suficientemente conscientes de la necesidad de cuidarse con la alimentación y son unos glotones que deberían comer menos y moverse más…

       Machista (cada vez menos pero sigue siendo así por la historia de nuestro país y la transmisión generacional) y patriarcal, con lo cual las mujeres tienen más complicaciones y presiones añadidas en cuanto a los cánones de belleza, roles en el trabajo y casa que compaginar como madres, más dificultades y exigencias para acceder a puestos de éxito, acoso, degradación, etc.

      Es importante entender el contexto para poder darles un sentido a muchas de las actuaciones de nuestros padres (así como de nuestros profesionales sanitarios y educadores). Su educación, valores y experiencias les hacen actuar y pensar de una determinada manera que, con las mejores intenciones, pueden llegar a conseguir los peores resultados (en nuestra autoestima, confianza en uno mismo, capacidad de decisión…).

      Y es importante actualizarse y entender las diferencias:

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      En el aspecto físico, podemos encontrar diferentes patrones en cuanto a cánones de belleza y perfección en función de la edad de la persona, sus referencias culturales, sus modelos a seguir, expectativas de vida, referencias sociales o de la sociedad actual… El ejemplo claro es que, antiguamente, la belleza residía en la opulencia y los cuerpos con formas voluptuosas porque eso indicaba riqueza y salud. En los años 40, después de la postguerra, lo «ideal y bello» era un cuerpo con formas, curvas e incluso excesos visibles de grasa. Se llegaban a vender productos para subir de peso. Una prueba más de que la publicidad y el marketing nos condicionan en nuestro ideal de belleza.

      De la misma forma, que la piel fuera blanca indicaba un nivel de nobleza ya que no se tenía que trabajar en el campo con el sol incidiendo en la piel… Hoy en día, en general, la línea a seguir es estar más delgado y algo moreno para estar guapo.

      Cuando nos pasamos de cierto punto, cuando se tiene éxito en el exceso de control hace que cada vez se exija más control hasta que es insostenible y se pierde… El exceso de control hace perder el control.

      Por ejemplo, cuando una persona con anorexia consigue adelgazar y dejar de comer con éxito, cuanto más adelgaza, más gorda se ve y menos siente que tiene que comer para seguir adelgazando. Con la tanorexia, cuanto más morena se pone, más blanca se ve y más quiere tomar el sol, poniendo así en peligro no solo su piel, sino su vida. Esto pasa porque a partir de un cierto umbral, las lentes de visión a través de las cuales se ve el mundo, se deforman y dejan de funcionar correctamente, ya no nos enseñan la realidad sino nuestra realidad distorsionada.

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      Así lo creo en la sociedad en la que vivimos donde conozco muy pocas personas (casi ninguna mujer) que no haya tenido que trabajar en aceptarse y aprender a quererse porque las señales de que algo está mal en ella, en su cuerpo o su cara, algo que se puede mejorar y que no es suficiente son incesantes.

      Te lanzo algunas preguntas para que te cuestiones:

      ¿De verdad seré más feliz estando más delgada? ¿Y si nunca llego a ser lo suficientemente delgada? ¿De verdad se mide la belleza en delgadez? ¿Si alguien me critica por mi peso tengo yo el problema? ¿Habla de mí o de él? ¿Necesito entrar en ese canon estético que nos corta a todas por el mismo patrón o empiezo un acto revolucionario de amor propio y trabajo en sentirme bien para estar mejor en mi vida?

      QUÉ ES BELLEZA

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      Ojalá no odies nada de ti y simplemente no te guste y sepas aceptarlo con benevolencia y compasión... Pero aun así, creo que esta frase deja muy clara cómo de subjetiva es la belleza. Algo que a ti no te gusta de ti (por los motivos que sean) puede enamorarle a otra persona. Por eso a veces cuando se dice lo de que «nos tiene que dar igual lo que opinen los demás» no acabo de verlo realista. Escuchando cómo nos ven los demás también aprendemos a vernos con otros ojos. Obviamente cuando no le pides opinión a alguien sobre ello entiendo que sea molesto en según qué personas, contexto, fases, circunstancias... Pero muchas veces nos dicen halagos muy bonitos y nuestras creencias irracionales sobre cómo debería ser nuestro cuerpo no nos dejan ver o entender que eso es real para alguien y quizás podamos sacar un aprendizaje bonito sobre una misma y la relación con el propio cuerpo.

      En nuestros tiempos hay un gran culto al cuerpo, a conservarlo joven y atlético a través de técnicas quirúrgicas o productos. Todo es válido con tal de retener la juventud el máximo posible de tiempo. Y se valora más la belleza de un cuerpo que la belleza en las ideas, la belleza en un acto noble, el valor de una persona.

      Se busca una belleza hueca, vacía, que sigue unos estereotipos según la moda, como herramienta de seducción, como forma de poder (para manipular, para vender algo, para conseguir nuestros fines) o quizá a veces como forma de encubrir carencias y debilidades.

       Miremos más allá. Todos en esencia somos bellos y únicos, hay que saber verlo y el trabajo empieza, como en la mayoría de veces, por uno mismo. El mundo es tal como tú percibes que es.

      Además una paciente estratégica me dijo una vez:

      Y qué importante entender que la belleza física es pasajera y que no vale la pena centrarse tanto en ella. Cuando hablamos de los sueños muchas veces no son cosas materiales y menos físicas de uno mismo. Cuando inviertes más tiempo en tus valores y reorganizas prioridades... Todo cambia.

Recuerda que tu belleza es como la de la luna... No se capta nunca en todo su esplendor con una simple foto.png
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