No eres tú, soy yo…. Tash Skilton
de las antiguas oficinas me pareció muy divertida. Pero es que nadie puede desactivarlo; ni siquiera los genios de la Apple Store. ¿Podrías dar la cara y venir un momento a cambiarlo, por favor? Por razones evidentes, si tengo que volver a escuchar esa canción, voy a matar a alguien sí o sí. Y nadie os va a pagar el sueldo si vuestra CEO está en la cárcel.
Saludos cordiales,
Leanne
Miles
No pasa nada. Nada de nada.
Qué más da que mi exnovia acabe de publicar una foto de su mano sin anillo sobre lo que sin ninguna duda es una barriga embarazada. Qué más da que hayamos roto hace seis semanas; y una cosa, yo no seré el mayor experto del mundo en reproducción, pero diría que esa barriga no se corresponde con un embarazo de seis semanas. Qué más da que, en un arrebato de confusión y de euforia, le haya enviado un mensaje de «¿vamos a tener un hijo?» con un emoticono de un bebé por si necesitaba una imagen que representara la palabra «hijo», y que ni siquiera me haya respondido, aunque el doble check azul me confirma que lo ha visto.
O sea, que o el bebé es mío y Jordan ha decidido que no me va a permitir formar parte de la vida del crío, o Jordan me engañó con otro antes de dejarme, de hacer añicos mi corazón y de robarme el piso.
No sé cuál de las dos opciones es peor.
De pronto suena mi portátil: un mensaje que acompaña a la imagen diminuta de una morena sonriente.
Jules478: Ey, ¿qué tal?
De puta madre. Y ahora tengo que trabajar. Ahora tengo que trabajar y hacer que la vida sentimental de los demás sea un éxito. Menuda broma del universo. Y no es solo eso, sino que ya no hay una oficina a la que ir, ni compañeros con los que charlar un poco, ni una máquina de café que me suministre toda la cafeína que necesito. Solo tengo una incomprensible cafetera idéntica a la cabina de un Boeing 747 y el rincón de un sofá que me han prestado y que me apuesto lo que quieras a que está hecho de esparto, porque mi amigo Dylan vive en un catálogo de Pottery Barn, la exclusiva tienda de muebles para el hogar. (Y tú me dirás que ocupar un sofá no te da derecho a elegirlo, y yo te diré que, en plena agonía melancólica y con los pelos siempre de punta por culpa de la electricidad estática, todo el mundo tiene derecho a criticar).
Cierro los ojos y, antes de responder, pruebo el ejercicio de respiración que, cómo no, me enseñó Jordan: inhalar durante cuatro segundos, aguantar la respiración durante siete y exhalar durante ocho.
PerseYo: Buenas. Muy bien. ¿Qué tal tú?
Está todo controlado. Soy capaz de mantener una conversación trivial como esta hasta dormido. Por algo me he pasado los últimos dos años convirtiéndome en el mejor ghostwriter[1] de Habla el Corazón. He pulido tanto mi talento que casi puedo poner el piloto automático. ¿Que no?
Jules478: Bien.
Vaya. Aunque acabo de romper la norma número uno de las citas por internet. No formular nunca una pregunta que se pueda responder con una sola palabra, como en una improvisación teatral.
Intento rectificar.
PerseYo: Por cierto, ¿has visto la programación de los conciertos de verano del estadio de Forest Hills? Este año es una pasada.
Se supone que soy… Busco su nombre entre los expedientes abiertos… Farhad. Eso es. Farhad es un gran aficionado a la música, y sé que para él esos conciertos son importantes.
Jules478: ¡Sí! Belle y Sebastian y Greta van Fleet. ¡Qué pasada!
PerseYo: Ya ves, ¿eh?
Escribo la respuesta en modo automático, y entonces paso a inspeccionar la programación para intentar adivinar qué otro de esos malditos grupos le podría gustar a Farhad. Ah, ya sé. En el cuestionario mencionó a LCD Soundsystem.
PerseYo: Me muero de ganas de ver a LCD.
Jules478: ¿Sí? También molan.
Vale, a ella no le gusta tanto ese grupo. Pero bueno, los dos pueden aportar diferentes gustos musicales a la relación. Es lo bonito del amor, ¿no? Cada cual contribuye con sus propios intereses, que después se juntan y se mezclan, y algún día aparece un pequeño embrión que ha unido genéticamente esas pasiones y las ha convertido en un ser que se puede acunar en una foto artística en blanco y negro para Instagram.
PerseYo: ¿Te gustan los niños?
Eh. ¡EH! ¿Qué coño haces, Miles? Como dice el Manual de estilo para los autónomos de Habla el Corazón en la página 22, hay ciertos temas que jamás de los jamases se mencionan en una primera conversación: política, religión, matrimonio, conocer a los padres y, por supuesto, tener hijos. De ninguna de las maneras. Y lo sé porque ese manual lo escribí yo, literalmente. Como fui el primer empleado de Leanne, tuve que describir con todo lujo de detalles de qué va mi trabajo (y la idiosincrasia de la empresa).
Hay una pausa de varios segundos antes de que el match de Farhad vuelva a escribir.
Jules478: Sí. Me gustan.
PerseYo: ¿Alguna idea de qué pinta tiene la barriga de una embarazada de seis semanas?
No sé qué está pasando. Mis dedos actúan totalmente ajenos a mi cerebro.
Jules478: Eh…
PerseYo: No es un embarazo visible, ¿no? O sea, que no se ve ningún bulto aún, ¿no?
A estas alturas, ¿qué más da todo ya? Seguro que Jules sabe más que yo, porque por lo menos ella tiene el aparato genital adecuado y porque, no sé, es probable que tenga amigas madres o algo así.
Jules478: No creo, ¿no?
PerseYo: Justo lo que pensaba.
La cuestión es que sé que el bebé no es mío. Lo he sabido desde el principio, pero mis mensajes sin respuesta y el puñetazo que sentí en el estómago al ver «leído a las 8:37» lo confirman. Jordan nunca criaría sola a un bebé, no si el padre quiere estar ahí para los dos. ¿Cuántas veces la rodeé con los brazos mientras ella me contaba los mil