Bastardos de la modernidad. Alexander Torres
(7). Pero si bien se dan cambios significativos en la juventud europea, el Bildungsroman sólo abstrae de la “juventud ‘real’ ” una “juventud ‘simbólica’ ” (5),7 lo cual da sentido y forma a las vicisitudes que acompañan la modernidad europea mediando el siglo XVIII. Finalmente, Moretti asegura que la cultura decimonónica que sucede a los trastocamientos del siglo anterior genera sentido a través de la interpretación histórica de la realidad humana (7), algo que el Bildungsroman cumple con efectividad simbólica.
De acuerdo con la afirmación anterior, el Bildungsroman tendría que revelar una conciencia con respecto a la historia a la que se vincula. Esto se evidencia en la observación de Mijaíl Bajtín de que “[u];na de las cumbres de la visión del tiempo histórico fue alcanzada, en la literatura universal, por Goethe” (“La novela de educación y su importancia” 217). Entre el realismo del tiempo histórico reflejado en la obra del escritor alemán y los acontecimientos que van definiendo la modernidad en Europa a partir de la segunda mitad del XVIII parece que, efectivamente, hay una relación directa. Karl Löwith, por ejemplo, manifiesta que desde este momento de la cultura occidental
[l];a creencia en la absoluta importancia de la Historia en cuanto tal … es el resultado de la emancipación de la moderna conciencia histórica de su fundamento y de su limitación de la cosmología clásica y de la teología cristiana …
El rompimiento de la tradición, producido a finales del siglo XVIII, fue, en particular, lo que originó el carácter revolucionario de la historia moderna y de nuestro moderno pensamiento histórico. La revolución política en Francia, y la revolución industrial en Inglaterra, con su repercusión universal sobre todo el mundo civilizado, acrecentaron el sentido moderno de vivir en una época en la cual los cambios históricos lo son todo … (219–220)
Bajtín y Löwith confirman que una conciencia histórica llega a caracterizar la manera en que los habitantes de Europa Occidental se enfrentan a la modernidad ←6 | 7→dieciochesca. Y como revela la obra de Moretti sobre el Bildungsroman, con los grandes cambios históricos que revolucionan la cultura occidental la figura del joven adquiere un interés cuyo valor estriba en la maleabilidad que la caracteriza, que la hace moldeable y efectiva para explorar las posibilidades de la modernidad. Pero cabe recalcar que si bien la juventud se manifiesta como un tema social con el que se lidia en términos reales8 –como se observa en “la creciente influencia de la escuela” y en el surgimiento “de los lazos internos de generación” cada vez más fuertes (Il romanzo di formazione 5)–, en el Bildungsroman ésta queda circunscrita al plano retórico.
Problemática del Bildungsroman como género internacional
Moretti utiliza con cierta libertad, como muchos otros, el término Bildungsroman para remitirse tanto a Wilhelm Meister como a novelas no originadas en la Alemania de Goethe. No obstante, esto no significa que el crítico esté equivocado al hacerlo. Pero la idea sí despierta el problemático origen del Bildungsroman que requiere cierta clarificación, específicamente en lo que respecta a este estudio. Por consiguiente, refirámonos primero a la variante francesa del Bildungsroman conocida también como roman d’apprentissage (novela de aprendizaje), roman de formation (novela de formación) o roman d’éducation (novela de educación) (Bury, “ ‘Le roman d’apprentissage’ ” 8). Mariane Bury indica que el primer término proviene de la traducción al francés del título Wilhelm Meister Lehrjahre: Les Années d’apprentissage de Wilhelm Meister, pero se pueden emplear los otros vocablos para referirse al mismo tipo de novela (8), lo que problematiza la especificidad evocada por la voz Bildungsroman. Según María de los Ángeles Rodríguez Fontela en su valioso libro La novela de autoformación (1996)9–categoría propuesta por la autora en su obra–,
Bildungsroman es un neologismo alemán creado –según datos de que disponemos– por Karl von Morgenstern, profesor de la Universidad de Dorpat, para ser utilizado en un curso impartido en 1810. Y ya en 1819 y 1820, el término aparece en dos títulos de sendas conferencias del mencionado profesor: “Über das Wesen des Bildungsromans” y “Zur Geschichte des Bildungsromans”. Sin embargo, la formulación y el éxito del neologismo se deben a Wilhelm Dilthey, quien se refiere al género en cuestión en su obra Das Leben Schleiermachers (1870) con estas palabras: “Quiero denominar las novelas que siguen la escuela de Wilhelm Meister (…) Bildungsromane” y, en otra obra posterior, Das Erlebnis und die Dichtung (1910) define ya el contenido de esas novelas … (34–35)
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A lo que se quiere llegar con esto es que el anacrónicamente denominado Bildungsroman no es necesariamente propiedad exclusiva de Alemania.
José Luis de Diego, por ejemplo, manifiesta que
pareciera que existe [en el Bildungsroman] una doble tradición: a) una pone el énfasis en la educación del ciudadano, y los textos adoptan un carácter ensayístico y formulan de modo explícito el carácter propedéutico de la empresa; b) otra pone el énfasis en el aprendizaje del personaje, en el sentido ficcional de la experiencia narrada; de donde lo propedéutico adquiere un carácter indirecto y no siempre explicitado … (16)
De Diego afirma que “[l];a primera reconoce en el Emilio [1762] de Rousseau su modelo indiscutible” (16) y la segunda identifica Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister como “el fundador de un género que instituye a la novela de Goethe como modelo, de tal modo que escribir un Bildungsroman será escribir un texto de acuerdo con el modelo del Meister” (17). François Jost, por su parte, afirma que el Bildungsroman que surge en Alemania se basa en principios estructurales provenientes de la obra de Rousseau, escritor que Goethe admiraba mucho (129). Al establecer esto, Jost luego hace referencia a la siguiente afirmación, anotada en su artículo, del segundo prefacio de La Nouvelle Héloïse (1761) de Rousseau: “¿Necesita hombres comunes y acontecimientos raros? Creo que preferiría lo contrario” (145n11).10 Aquí el crítico literario se refiere al hecho de que a partir de esta obra la novela se afinca en el realismo (en términos generales) (130). Aunque Jost relacione La Nouvelle Héloïse con el modelo de Goethe y no con Émile, Mark J. Temmer sostiene que los principios de esta obra –de la primera tradición– también aparecen en aquélla (322). Temmer da por cierto que, paralela a Émile y Les Confessions (escrito en 1770 y publicado en 1782), La Nouvelle Héloïse difunde la idea de que el ser humano debería desarrollar plenamente su potencial (317), aludiendo al crecimiento individual que determina uno de los rasgos distintivos del protagonista del Bildungsroman. De modo que la historia de este género se puede caracterizar como una de convergencias y bifurcaciones.
Como sugiere Bury, no se puede hablar del roman d’apprentissage sin referirse primero a la novela de Goethe, ya que ésta “propiamente dicho nació en Alemania” (“ ‘Le roman d’apprentissage’ ” 8).11 Y con respecto a la influencia de Wilhelm Meister, Arnold Hauser manifiesta que esta obra “constituye … el prototipo del que las creaciones más representativas del género, Rouge et Noir, Les Illusions perdues, L’Education sentimentale y Der Grüne Heinrich, por no citar más, pueden ser derivadas directa o indirectamente” (34–35). En cuanto al caso francés, el ←8 | 9→Bildungsroman de Goethe aparece desde 1802 en traducción. Dos ejemplos que se citan una y otra vez como muestras claras de versiones francesas del Bildungsroman son Le Rouge et le Noir (1830) de Stendhal e Illusions perdues (1837–1843) de Honoré de Balzac. Terrence Cave, al realizar un análisis de la novela balzaciana Modeste Mignon (1844) en que el escritor reescribe al personaje de Mignon de Wilhelm Meister, asegura que no existían menos de tres traducciones de la novela de Goethe en Francia entre 1825 y 1843 (312), enfatizando la presencia de la obra. Y al proponer que Modeste Mignon es un Bildungsroman, Cave sigue la afirmación con el aserto de que “Balzac conocía muy bien la novela de aprendizaje del héroe: Les Illusions perdues,