Jesús de Nazaret. Madre Andromeda de Jesús

Jesús de Nazaret - Madre Andromeda de Jesús


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      La energía en forma de gotas de agua, es un proceso de conversión, de transmutar la energía a un estado líquido o condensado y se presenta en armonía con la vibración energética de la población.

      Las lluvias por sí solas no se desprenden de las nubes, sino que por procesos energéticos planetarios, son descargadas energéticamente para ser precipitadas en las formas correspondientes a cada espacio en la tierra.

      Las lluvias se desplazan impulsadas por el viento, que es la vibración energética que produce el aceleramiento de precipitación de las aguas líquidas, o condensadas. Este fenómeno energético actúa, constantemente, aunque a veces se hace imperceptible, por la velocidad con que se desplaza la energía de las corrientes energéticas.

      En el contexto planetario, la radiación solar es indispensable para las formas de vidas que habitan en el planeta Tierra. Esta energía emitida por el sol, procede de las corrientes energéticas cuya incidencia en su esplendor, es estable y perenne.

      La energía solar recibe las vibraciones, de la energía de las corrientes energéticas, continua y sin interrupción, lo cual permite, que la energía sea enviada al planeta en su estado purísimo. La energía que se emite desde el sol, es la que contiene las fuertes y estables vibraciones energéticas, que lo hacen resplandecer intensamente, dando a la tierra el calor energético necesario, para las diversas manifestaciones de vida.

      La energía solar es emitida por Seres de alta vibración energética, que resisten la altísima vibración de energía, alcanzando a irradiar permanentemente al planeta.

      Esta energía emanada desde las corrientes de energía dirigidas y controladas, establecen parámetros de control energético, pues, al girar la tierra, la energía se mantiene activa, aun cuando por el movimiento, no reciba la luz solar.

      Aunque la luz solar no se perciba en determinado lugar del planeta, constantemente está actuando, empujada por las vibraciones de energía de las corrientes energéticas que impulsan el movimiento, el cual es incesante y perenne.

      La energía solar, consiste en emanaciones perpetua de la energía de las corrientes energéticas, que sostienen al sol en su órbita. Estas emanaciones solares, se convierten en potentísimos rayos solares, que sólamente son soportables por Inteligencias Superiores de altísima vibración de energía amor, que distribuyen y controlan estos rayos solares.

      Los rayos solares emanados de la energía solar, que provienen de la energía de las corrientes energéticas, son canales de luz de energía, que crean campos electromagnéticos en su entorno, que impiden su acceso y solo aquello que vibre energéticamente en igual o superior intensidad, puede penetrarlos.

      Estos campos magnéticos, formados por la energía emitida por los rayos solares, crean círculos de protección que impiden que sean intervenidos, por vibraciones energéticas no afines a su alta frecuencia.

      La energía solar emanada de las energías de las corrientes energéticas, constantemente se renueva en su desplazamiento, permitiendo que esta energía se mantenga en su estado puro y perfecto. En su movimiento constante la energía solar, gira en el centro del sol creando nuevos campos electromagnéticos, con velocidad vertiginosa, que impide ver el sol por su fortísima radiación.

      Las corrientes energéticas tienen incidencia indispensable en las formas de vidas que habitan en el planeta Tierra; la influencia de estas corrientes, es relevante debido a que es un planeta en el que predomina la estructura pesada en sus formas de vidas, por esta razón, se hace necesario, el sostenimiento de éstas, con la asistencia, permanente de las corrientes energéticas.

      Esta asistencia continua, de las corrientes energéticas en el planeta Tierra, es perentoria, debido a que las formas variadas pesadas que presenta la vida, en su recubrimiento, es necesaria para su existencia y funcionamiento perfecto en cada criatura, ya que son las proveedoras de energía para su sustento.

      Para las formas de vidas del planeta Tierra, es necesaria la participación activa, y constante, de estas corrientes energéticas, ya que se desarrollan bajo el dominio de éstas que, continuamente circundan al planeta.

      Estas corrientes que se mueven, perennemente, también, se manifiestan en cada forma de vida, por muy elemental que ésta sea, la cual se desarrolla, en medio de estas vibraciones energéticas, que se convierten en el sustento constante de cada forma de vida, sea cual fuere su expresión.

      Las corrientes energéticas que rodean al planeta, propician el movimiento que se manifiesta en la vida de éste y en la de sus moradores, subsistiendo, sólamente, con la energía que les comunican las vibraciones energéticas de estas corrientes.

      De esta manera, la energía se constituye en motor que impulsa a la acción a las formas de vidas, en sus diferentes manifestaciones. Cuando éstas, por decisión propia retiraran la influencia de la energía, su apariencia desfallece y cesan las vibraciones energéticas, aquietando su movimiento.

      La energía desprendida de las corrientes energéticas, influyen, además, constantemente en el ambiente en que se desplazan las diferentes formas de vidas, que habitan en el planeta Tierra, por consiguiente, continuamente se están abasteciendo de esta energía que las alimenta y sostiene.

      Las formas de vidas se desplazan, asiduamente, entre un ambiente de energía, el cual se hace correspondiente, con éstas, de acuerdo a su vibración energética de alta o baja frecuencia.

      Si las vibraciones son de alta frecuencia por parte de las formas de vidas, ésta crea un entorno armónico y perfecto para su realización y si por el contrario, ya sean de escasa o baja vibración energética, su ambiente será hostil y difícil al hacerse afín con vibraciones similares propias de su medio.

      En el sistema planetario, donde se desenvuelve el planeta Tierra, se manifiesta constantemente, las corrientes energéticas, generadoras de energía. Esta energía constituye severas formaciones de coordenadas o hilos invisibles energéticos, que se entretejen formando centros magnéticos potentísimos, que cubren al planeta en redes electromagnéticas, que protegen el movimiento por sus órbitas.

      Estos entretejidos electrónicos, crean energía magnética, constantemente, que la distribuyen Inteligencias de potentísima vibración de energía amor, a lo largo del recorrido que señalan los excelsos Ingeniero Cósmicos.

      El sistema energético que abarca al planeta, consiste en redes de energía electromagnéticas, que forman diversidad de estructuras, dentro de las cuales se trazan direcciones, por donde se conducen estas energías, que se transforman en protectores de las redes invisibles, que cubren al planeta Tierra.

      Estas estructuras energéticas son innumerables, y van cambiando, al aceleramiento que realiza la tierra, constituyéndose en depósitos de energía magnética que aumenta la influencia de la energía, en el sistema planetario.

      El sistema planetario rodeado por estas estructuras, es recubierto energéticamente, que hace imposible su incursión después que, de él, de haya salido.

      Al salir del sistema planetario, las corrientes energéticas se abren y posteriormente se juntan cerrando el paso con cadenas de energía imposibles de traspasar.

      Los viajes que se ha realizado fuera del sistema planetario, han creado vacíos energéticos, causando daño al traspasarlos. Estos daños energéticos causados, por intromisiones violentas, repercuten en la estabilidad del movimiento planetario por sus órbitas, creando meneos inarmónicos controlados por Seres de alta energía de amor.

      La custodia permanente de estos Seres de Inteligencia Superior, ha impedido la destrucción del sistema que cubre a la tierra con sus redes


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