Jesús de Nazaret. Madre Andromeda de Jesús

Jesús de Nazaret - Madre Andromeda de Jesús


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con base a la verdad, que os da el raciocinio, por lo tanto, es conveniente que discurráis y no aceptéis sin comprender, ni razonar todo cuanto se os diga.

      La resurrección es el trance que experimenta una forma de vida de un estado espiritual a otro de superior conciencia, la cual se sucede aun estando el espíritu encarnado, en cualquiera manifestación de vida; su adelanto espiritual depende del discernimiento que lo conduzcan a nuevos comportamientos de amor. Esto os debe llevar a la comprensión, de la resurrección diaria que vuestros espíritus experimentan en cada experiencia comprendida.

      La resurrección, también sucede, cuando al desprenderse el espíritu de la carne, asciende a niveles de conciencia de gran luz, en la escala evolutiva.

      Recordad siempre que la vida es eterna y vosotros sois vida, por lo tanto, sois eternos, como lo es el Eterno Creador.

      La vida en vuestro planeta, es similar a una semilla de mostaza, que siendo la más pequeña, va creciendo hasta ser el más grande y frondoso de los árboles, de igual manera, la vida en la manifestación en que se exprese la corriente de vida, va creciendo en la medida que la forma de vida vaya ascendiendo, a nuevos niveles superiores de conciencia, hasta alcanzar el logro victorioso, la ascensión.

      La presencia de loa vida únicamente se percibe, más no podéis verla ni tocarla, pues, se hace invisible a vuestros ojos, aunque sabéis que existe. La vida que palpita incesantemente en la creación, es la fuerza que impele todo a la acción y a veces se presenta apacible, sin dejar de palpitar, lo cual, os debe llevar a la comprensión que todo lo que late, pulsa o vibra, es vida en acción, es energía divina actuando en todo, aunque su actuación dependa del libre albedrío de la corriente de vida, sea cual fuere su expresión.

      Por lo tanto, la vida que es energía, que impulsa a la acción, es la que fuerza que empuja al movimiento a la creación; luego, en el movimiento está la vida y en la vida está la energía amor, que mueve a la vida como energía que es.

      Este razonamiento acerca de la presencia de la vida os debe llevar al entendimiento, que todo es energía amor, por consiguiente, el amor está presente en toda la creación.

      Todo es amor, todo vibra en esa frecuencia y es moldeada por la corriente de vida, lo cual hace la diferencia ya que se hace afín con la vibración de la corriente de vida, en cualquiera de su manifestación.

      La vida está presente en todo, porque la vida es energía amor, permanentemente fluyendo, nada es estático, todo se mueve, aun en aquellas formas de vidas que se hacen invisibles.

      El movimiento es constante proporcionado por las corrientes energéticas de las que os hablé en la introducción de este escrito, para que os deis cuenta que la presencia está en todos y es todo.

      Toda forma de vida, cualquiera que sea su expresión, es energía en acción, la cual la sublimiza o lo contrario, de acuerdo a su avance interior. Todo depende del uso, que la corriente de vida haga de esta energía.

      Bien sabéis, que existen vidas de formas microscópicas, aun así por pequeñas que sean vibran con la frecuencia, con que utilicen la energía de la vida en su rudimentaria evolución, con experiencias propias para ese estado de conciencia, ya sean de mayor o menor vibración.

      Se os ha dicho que la vida es eterna, que existe presente en todo, que es acción y es la energía amor, además, de todo eso, la esencia de la vida es la fuerza que sostiene a la creación, ya que es la energía amor del Eterno Creador.

      Con esto os digo, que el componente esencial de la vida es la energía, emanada constantemente, de la Fuente Eterna Creadora, que fluye perennemente, en todo cuanto existe, pura e inmaculada como expresión perceptible del amor, a través, de las vibraciones de las corrientes energéticas, que envuelven la creación.

      La esencia de la vida, es el amor implícito en ella, de la que disponéis a vuestra voluntad, en cualquier forma de vida, escogida y en el nivel de conciencia, en que se encuentre.

      Se entiende como esencia de la vida, lo que la hace ser como es, por lo cual, la energía amor, es el elemento esencial de la vida, que impele a la acción negativa o positivamente, según, el uso que se dé a esta excelsa energía.

      Todo lo que rechaza la vida, está rechazando el más valioso regalo de amor, que la Fuente Creadora ha colocado en su existencia. Cuando es rechazada, esta energía de amor, ésta no desaparece, ya que es el amor divino presenten ella, sino que continua en la forma de vida, en estado latente, esperando ser retomada y puesta en acción; por esta razón, la esencia de la vida es la energía amor, es eterna que todo lo puede y nunca puede fallar.

      Si os detenéis a observar la presencia de la vida, os daréis cuenta de su pureza intocada, aun en las formas de vidas más depravadas y esto sucede, porque la vida es la energía amor en su pureza inmaculada que nada la toca, ni nada la mancha, por su origen divino.

      Por lo tanto, la energía amor, como esencia de la vida, siempre se mantiene en su estado perfecto y conserva su poder y su fuerza, aunque sea utilizada indebidamente y actúa de la misma manera, cuando se le da el uso correcto, ya que es la única energía que impera en la creación.

      Esto os debe llevar a la comprensión, que le energía amor es la única fuerza todopoderosa, en cualquier modo como sea usada, que puede ser el medio de elevación espiritual o el hundimiento interior. Por ello es muy importante observar el manejo de esta maravillosa energía.

      Se entiende por gracia, todo lo que representa un bienestar, una bendición, un privilegio, toda esta significación, y mucho más abarca la gracia divina, ya que su bienestar no tiene límites y viene con el estigma de su sublime origen divino.

      La gracia divina del amor, es otorgada para la creación de mayor luz de conciencia, de niveles superiores de evolución, ya que ésta es lograda después de un largo recorrido por valles y veredas, en la escala progresiva espiritual.

      Para lograr esta radiante gracia divina de amor, es necesario vivir en la conciencia pura, que sólo se alcanza en el eterno presente, donde el ser se extasía en las luces de la felicidad permanente, a lo largo de su existencia.

      La gracia divina del amor, siempre mora en el presente, donde nada falta, donde todo es armonía y paz, con la conciencia que sólamente en el ahora, se vive en la divina gracia del amor, que es la bendición que fluye del Eterno Creador en cada lapso de eternidad.

      Para conservar la gracia divina del amor, se debe permanecer en el presente, lo que implica no mirar atrás y menos adelante, lo cual, se puede lograr disciplinando la mente, para que únicamente asista en el presente.

      Al llegar a este estado mental, se abre la puerta de la felicidad eterna, donde no hay dolor ni sufrimiento, aun estando en un mundo de baja o escasa energía de amor.

      Esto es muy posible con la insistencia y la constancia, hasta dominar la mente y ubicarla en esta nueva disciplina. El que mora en la gracia divina del amor, manifiesta sus atributos divinos y puede hender altos vuelos a nuevos reinos de energía amor, aun en estado de vigilia.

      Esta pequeña verdad, revelada ahora, es el medio, a través, del cual podéis expresar vuestra semejanza con el Eterno Creador, la herencia divina que corresponde por derecho, al esfuerzo para llegar a esta conciencia superior.

      La gracia divina del amor, es poderosa, y contiene la fuerza y la pureza de la energía que fluye en la creación, envolviéndolo todo con su poder invencible que gobierna a todo lo creado y la impele a la acción.

      La gracia divina del amor, es la dádiva que se puede alcanzar con el corazón y la mente, ubicada sólo en el ahora y el paraíso abrirá sus puertas para siempre.


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