Historia económica de la Argentina. Domingo Felipe Cavallo

Historia económica de la Argentina - Domingo Felipe Cavallo


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a Francisco Javier de Elío como nuevo virrey, que contaba con el apoyo de Portugal. Montevideo continuó bajo el control de los realistas, pero a principios de 1811 José Gervasio Artigas, el caudillo de la Banda Oriental, sublevó a la población rural en apoyo del movimiento revolucionario contra los realistas. El general Belgrano trató de apoyar, sin éxito, la lucha de Artigas.

      Dos malas noticias llegaron a Buenos Aires en junio de 1811. Primero, Castelli había sido derrotado en Huaqui por un ejército del virrey del Perú, y las tropas revolucionarias se retiraron a Jujuy. En segundo lugar, la flota española seguía bloqueando el puerto de Buenos Aires como una forma de ayudar al gobierno realista de Montevideo a resistir el asedio de la ciudad por las milicias de Artigas. Estos hechos fortalecieron la posición de los partidarios de Moreno en el Cabildo de Buenos Aires y forzaron una negociación con la Junta Grande.

      Los triunviratos

      Moreno falleció en el mar en su camino a Gran Bretaña, pero sus ideas continuaron influyendo en los acontecimientos en Buenos Aires. Cornelio Saavedra dejó la ciudad para dirigir el Ejército del Norte y el Cabildo forzó la creación de una autoridad ejecutiva tripartita compuesta por un presidente y dos secretarios. El llamado Primer Triunvirato se creó en septiembre de 1811. Bernardino Rivadavia, uno de sus secretarios, fue el miembro más influyente de la nueva autoridad ejecutiva.

      Artigas entró en conflicto con el Primer Triunvirato en octubre de 1811 cuando Portugal envió tropas a Montevideo y Buenos Aires decidió negociar una tregua con De Elío. Esta negociación significaba reconocerlo como el gobernante de Montevideo y levantar el sitio. Así, Artigas organizó un éxodo de la población campesina de Uruguay y trasladó sus tropas a Salto Chico (hoy Concordia) en la provincia de Entre Ríos. Artigas interpretó que el Primer Triunvirato estaba traicionando la causa revolucionaria y priorizaba el interés de Buenos Aires.

      La Junta Grande continuó como asamblea legislativa hasta su disolución en diciembre de 1811, cuando los soldados y oficiales del Primer Regimiento de Infantería Patricios se rebelaron contra la decisión del triunvirato de transformar la milicia en un ejército regular con Manuel Belgrano al mando.

      Los delegados de las provincias fueron expulsados de Buenos Aires y acusados de insurgencia. A Cornelio Saavedra se le prohibió regresar a la ciudad y se exilió en Chile. Diez de los oficiales y soldados que habían dirigido la rebelión fueron fusilados. Este fue el segundo episodio, después de la ejecución de Liniers y de los líderes de la contrarrevolución de Córdoba, que signó el carácter violento y sangriento de las luchas dentro de la revolución.

      Por su parte, el ejército de Manuel Belgrano debía impedir la ocupación por las fuerzas realistas de las ciudades desde Jujuy a Córdoba, y retomar la región del Alto Perú para la causa revolucionaria. Entre abril y septiembre de 1812, dedicó sus esfuerzos a reorganizar el ejército. Luego, desobedeció la orden del Primer Triunvirato de retirarse con sus tropas a Córdoba. En cambio, organizó el Éxodo Jujeño y ordenó quemar lo que quedaba de la ciudad para impedir que el ejército realista encontrara apoyo humano y material en su camino hacia el sur. Finalmente, enfrentó a los realistas en Tucumán y Salta, donde obtuvo dos victorias importantes. Continuó hacia el norte para reocupar Potosí en junio de 1813.

      Mientras Belgrano emprendía la difícil misión de reconquistar la región del Alto Perú, se intensificaron las luchas entre facciones locales en Buenos Aires. De hecho, a mediados de 1812 el Primer Triunvirato pensaba que los antiguos partidarios de Moreno, liderados por Martín de Álzaga, estaban organizando una revuelta, de modo que Bernardino Rivadavia los condenó a muerte.

      Hacia marzo de 1812, un grupo de militares que había luchado contra los franceses en el ejército español, con José de San Martín y Carlos María de Alvear como los miembros más prominentes, llegó a Buenos Aires para apoyar la revolución. Ofrecieron sus servicios al gobierno y crearon la Logia Lautaro en un intento de dar nueva vida a la revolución.

      El Primer Triunvirato se hallaba en un dilema: o declaraban la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata o permanecían bajo el mando de España, ya que el Parlamento de Cádiz acababa de aprobar una constitución que daba a los virreinatos de América los mismos derechos que a las provincias en los territorios europeos.

      La decisión del Primer Triunvirato de ordenar el retiro del ejército comandado por Belgrano a Córdoba desagradó a los miembros de la Logia Lautaro que bregaban por la independencia. En octubre de 1812, Juan José Paso fue el único miembro del Primer Triunvirato que permaneció en el cargo junto a dos miembros civiles de la Logia Lautaro. El Segundo Triunvirato se vio obligado a convocar una Asamblea General Constituyente con representación de todas las provincias que se comprometiera a declarar la independencia y redactar una Constitución.

      La Asamblea Constituyente del Año XIII

      La Asamblea se inició en Buenos Aires en enero de 1813, con representantes de Buenos Aires, Salta, Córdoba, Corrientes, San Juan, Mendoza, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, Tucumán, San Luis, Jujuy, Entre Ríos, Santa Fe y las ciudades del Alto Perú que designaron delegados mientras Belgrano las ocupaba en su camino a Potosí.

      Luego de dos años de tensión entre Artigas y el gobierno de Buenos Aires, en los inicios de 1813, el lider oriental reanudó su participación en la lucha contra los realistas y envió delegados a la Asamblea. Lo hizo desde el sitio de Montevideo que se había reiniciado cuando gracias a la mediación de Gran Bretaña los portugueses abandonaron Montevideo. La Asamblea no aceptó a sus delegados, porque pretendían declarar la independencia y transformar a las Provincias Unidas del Río de la Plata en una Confederación Federal. De hecho, una de las primeras decisiones de la Asamblea fue que los delegados representaran al pueblo de las Provincias Unidas y no a las provincias mismas, una clara indicación de que su intención residía en organizar un gobierno unitario.

      El rechazo a los delegados de Artigas aumentó el clima de confrontación entre los caudillos de las provincias que abogaban por el federalismo, y las élites de Buenos Aires que favorecían la creación de un gobierno unitario. A pesar de las tensiones, la Asamblea desempeñó un importante rol legislativo: apoyó la representación política y la soberanía del pueblo en lugar de la soberanía de la corona española; ordenó la eliminación de todos los símbolos de España y los reemplazó con el escudo de armas argentino; ordenó la acuñación del primer dinero nacional de plata y oro en Potosí; dio término a diversas formas de esclavitud eliminando la obligación de los nativos de prestar servicios personales y pagar tributos; acabó con el sistema de encomienda, el sistema de mita heredado y el yanaconazgo; declaró que los recién nacidos hijos de esclavos serían libres, y también proclamó la libertad de prensa y de religión.

      Además, decidió concentrar el poder ejecutivo en una sola persona y reemplazó al Segundo Triunvirato por el Directorio.

      El Directorio

      Tras el nombramiento de Gervasio Posadas como primer director supremo, el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata se volvió indiscutiblemente unitario, liderado por Buenos Aires. Fue en este tiempo cuando la lucha entre el gobierno central y los caudillos federales de las provincias se transformó en una guerra civil.

      Posadas tomó dos decisiones cruciales para derrotar a los rea­listas en Montevideo y para sentar las bases de las campañas de San Martín para liberar a Chile y Perú. Ordenó la organización de la primera marina nacional bajo la dirección de Guillermo Brown y designó a San Martín como gobernador de Cuyo. Posadas acusó a Artigas de sedición; como consecuencia, se creó la Liga de los Pueblos Libres de las Provincias Unidas, una coalición formada por la Banda Oriental, Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, que defendió con firmeza el federalismo.

      Una revuelta en el Ejército del Norte y el regreso de Fernando VII al trono debilitaron el liderazgo de Posadas y en enero de 1815 Carlos María de Alvear reemplazó a su tío como director supremo. Alvear gobernó apenas durante unos meses. Una revuelta militar en abril lo desplazó del poder luego de que se enfrentara a San Martín en la proximidad de la campaña


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