Tu familia como Dios la quiere. Wayne A. Mack

Tu familia como Dios la quiere - Wayne A. Mack


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Estudia los siguientes versículos acerca de mujeres, esposas, madres, fruto, y ser fructífera. Escribe lo que dicen y la aplicación a tu propia vida. Nota lo que sugieren acerca de los privilegios, las responsabilidades, el papel y el valor de las mujeres.

      a. Gén. 1:26-28

      b. Éx. 20:12

      c. Josué 16:3-6

      d. 2 Reyes 4:8-10

      e. Prov. 1:8, 9; 6:20; 11:16; 12:4; 14:1; 18:22; 19:14; 20:20; 21:9, 19; 23:22-25; 31:10; 31:11, 12; 31:26; 31:28-31

      f. Eze. 24:16

      g. Mat. 26:13; 27:55, 56

      h. Luc. 1:30-38; 2:36-38; 8:3; 10:42

      i. Juan 15:1-16; 20:11-18

      j. Hechos 1:14; 2:17, 18; 9:36-39; 16:14-15; 21:9

      k. Rom. 16:1-2; 16:3; 16:6; 16:14-15

      l. 1 Cor. 7:2-5

      m. Efe. 5:22-24, 33

      n. Fili. 4:3

      o. 1 Tim. 5:1-2; 5:9-14

      p. 2 Tim. 1:5; 3:15

      q. Tit. 3:2-5

      r. 1 Ped. 3:1-6

      3. Reflexiona en todo lo que acabas de estudiar y trata de recordar las impresiones más importantes que has recibido para ser una mujer satisfecha y que satisface. ¿Cuáles principios amplios y generales encontraste? Haz una lista.

      4. Completa el siguiente inventario. (Como este inventario fue diseñado tanto para esposas como para esposos, los esposos harán bien en usar el mismo inventario). Una evaluación honesta debe resultar en alabanza a Dios por el bien que ha producido en tu vida; confesión a Dios y a otros por pecados revelados; dedicación renovada de construir tu familia como Dios quiere, y buscar la ayuda de Dios en cambiar aquellas cosas que necesitan cambiar.

      INVENTARIO DE VID FRUCTÍFERA O CONYUGE DIGNO

      Basado en Gál. 5:22, 23; 1 Ped. 3:1-7; Prov. 31:10-31; y otros pasajes bíblicos.

      Lee cada declaración con cuidado y luego pregúntate, ¿Es esto verdad de mí, siempre (=4), con frecuencia (=3), a veces (=2), poco (=1), nunca (=0)? Haz un círculo en el número que refleja honestamente lo que es verdad en tu vida. No sobreestimes ni subestimas (Rom. 12:3). Haz de esto una experiencia de aprendizaje.

      1. Tengo una relación profunda y significativa con Dios.____

      2. Soy amoroso(a). ____

      3. Estoy gozoso(a). ____

      4. Soy apacible. ____

      5. Soy pacificador(a). ____

      6. Soy benigno(a). ____

      7. Soy paciente, sufrido(a). ____

      8. Soy bondadoso(a). ____

      9. Soy fiel, confiable, cumplidor(a). ____

      10. Tengo dominio de mí mismo(a). ____

      11. Tengo carácter noble. ____

      12. Me respeta mi familia. ____

      13. Estoy dedicado(a) mi familia. ____

      14. Cumplo con la familia que Dios me dio. ____

      15. Fortalezco a mi familia; soy animador. ____

      16. Me dedico a ministrar a otros. ____

      17. Soy consistente y constante en hacer lo correcto. ____

      18. Soy industrioso(a), trabajador(a). ____

      19. Me importan más el carácter, los motivos y actitudes correctos buenos que la hermosura externa. ____

      20. Soy agradable. ____

      21. No soy trabajador(a) empedernido(a). Puedo gozar de la vida, sonreír y relajarme. ____

      22. Básicamente estoy contento(a) y satisfecho(a). ____

      23. Soy flexible y aguantador(a). ____

      24. Soy considerado(a) con los demás. ____

      25. Hago que otros se sientan bien con mi presencia. ____

      26. Honro y respeto a los demás. ____

      27. Mi manera de hablar es constructiva y sana. ____

      28. Practico la prudencia y planeo mis actividades. ____

      29. Manejo con sabiduría el dinero; practico la buena mayordomía. ____

      30. Estoy dispuesto a sacrificarme por los demás. ____

      31. Soy ordenado(a) y organizado(a). ____

      32. No soy impulsivo(a). ____

      33. Soy accesible a la súplica. ____

      34. Soy sincero(a) y honesto(a). ____

      35. Soy agradecido(a). ____

      36. Estoy comprometido profundamente con Jesucristo. ____

      37. Reconozco que necesito constantemente la gracia y la misericordia de Dios. ____

      38. Reconozco que cualquier cosa buena que hay en mí es el resultado de la labor de Dios en mí. 43210

      5. ¿Qué aprendiste de ti mismo por medio de este estudio? ¿Cuáles son tus puntos fuertes y débiles? ¿Qué diferencia debe hacer todo esto en tu propia vida y en tus relaciones familiares?

      Notas:

      1 Puedes encontrar información adicional con lineamentos para mujeres en la familia en tres libros de Wayne Mack; Reforzando Tu Matrimonio, Un Manual de Tareas para Vivir Bíblicamente, vol. 2, y Preparando para Matrimonio Como Dios Quiere. Puedes obtener un cassette enfocado en cómo ser una esposa satisfecha y cumplidora. Puedes conseguir estos materiales para estudio en Biblical Counseling and Living Supplies, 2299 Brodhead Road, Bethlehem, Pa. 18017.

      CÓMO CULTIVAR LAS RELACIONES

      ENTRE PADRES E HIJOS

      A LA MANERA DE OLIVO

      Si te pidiera que describieras las relaciones entre padres e hijos en una familia como Dios la quiere, ¿cuáles palabras usarías? Mejor todavía, ¿cuáles palabras crees que Dios usaría?

      No tenemos que especular sobre esto, el salmo 128, la canción de la familia, describe la opinión que Dios tiene de las relaciones entre padres e hijos en la clase de familia que Él quiere: “Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa” (Sal. 128:3). Si sigues los conceptos contenidos en estas palabras te ayudarán a hacer que tu familia funcione efectivamente. Por el contrario, serias dificultades entre padres e hijos emanarán si las verdades contenidas en esta oración son malentendidas o ignoradas.

      UNA CASA DIVIDIDA

      Enrique y María Brown y su hija Susan (seudónimos) son ejemplos vivos de lo que pasa cuando el concepto del olivo es ignorado. Cuando buscaron asesoria, estaban experimentando una gran disfunción familiar.

      En algún tiempo todos profesaron su fe en Cristo pero Susan, de 14 años, ya no reconocía ser cristiana. “Si ser cristiana me va a convertir en alguien como mi mamá, es lo último que quiero,” me explicaba. Susan odiaba a su madre y no tenía ningún interés en el Cristo que pensaba que su madre representaba. Evitaba lo más que podía tener contacto y comunicación con su mamá.

      La actitud de Susan hacia su padre, en cambio, era lo opuesto. Normalmente lo respetaba y amaba, y compartía con él libremente lo que pasaba en su vida. Estaba dispuesta a escucharlo, y tomaba en serio sus sugerencias. Susan parecía admirar a su padre por la manera en que aguantaba el abuso de su madre; y al mismo tiempo, lo despreciaba por no tener la voluntad o habilidad de enfrentar tal maltrato. “No sé porqué la aguanta,” solía decir.

      Al progresar la consejería surgían más datos, fue evidente que padre e hija habían


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