Yoga y medicina. Timothy McCall
de la hemorragia normal no es preocupante. Si muestras algún síntoma, lo más inteligente es detener el ejercicio.
Figura 5.3
La postura del puente con apoyo sobre un cojín tiene los mismos efectos relajantes que la postura sobre la cabeza o sobre los hombros sin influir en el flujo menstrual.
Yoga durante y después del embarazo
Lo mejor es asistir a clases (o estudiar en privado) con un profesor que tenga experiencia trabajando con mujeres embarazadas, o ir a una de las cada vez más numerosas clases especiales para embarazadas. Es fundamental para la salud del feto evitar la deshidratación y el exceso de calor. Por eso, si una mujer embarazada practicaba habitualmente bikram o “hot yoga” antes de quedarse embarazada, tendrá que cambiar a una práctica más suave hasta después del parto.
Una preocupación principal del yoga durante el embarazo tiene relación con los niveles más altos de la hormona relaxina. La relaxina ayuda a relajar los ligamentos que conectan los huesos del pubis para favorecer el parto, pero también causa el estiramiento de otros ligamentos del cuerpo. Si haces yoga en ese momento, descubrirás nuevos niveles de flexibilidad de tu cuerpo, pero esta flexibilidad puede tener cierto precio –inestabilidad de las articulaciones. Esto significa que no es seguro esforzarte al máximo, como antes de quedarse embarazada. En su lugar, es mejor practicar de forma suave y sin objetivos concretos. Concéntrate en la calidad de la experiencia, mantén la respiración suave y olvida toda lucha para ir más allá. Esto puede ser difícil para muchas mujeres, pero es lo mejor para una y para el bebé.
Aunque los profesores no coinciden en qué posturas consideran más adecuadas durante el embarazo, aquí tienes algunos consejos. Si el riesgo de aborto es alto, algunos profesores recomiendan evitar las asanas durante el primer trimestre. Después del primer trimestre, evita las rotaciones activas o flexiones hacia delante con las piernas juntas, ya que puedes presionar el útero. Las flexiones se harán casi siempre con la espalda cóncava (figura 5.4) para evitar llevar el borde inferior de la caja torácica hacia el útero. Las posturas que estiran el abdomen, como las extensiones, también pueden estirar la línea alba, la estructura fibrosa que separa los músculos rectos en la parte delantera del abdomen, que ya está siendo estirada por el embarazo. Los ejercicios que superan las extensiones moderadas están contraindicados. Evita los saltos para colocarte en una postura o cualquier otro movimiento forzado durante todo el embarazo, pero especialmente en el tercer trimestre. La mayoría de los profesores creen que las mujeres sólo deberían hacer inversiones como la postura sobre la cabeza y la postura sobre los hombros si ya las practicaban antes de quedarse embarazadas, y algunos profesores recomiendan saltárselas del todo. Si se hacen posturas cabeza abajo, quizá haya que dejar de practicarlas en las últimas fases del tercer trimestre.
Figura 5.4
Una pranayama suave es adecuada en todas las etapas del embarazo. Judith Hanson Lasater recomienda que nunca se contenga ni se fuerce de ningún modo la respiración. También desaconseja ejercicios de respiración rápida como la kapalabhati y la bhastrika. La meditación es buena durante los tres trimestres.
Figura 5.5
a) Savasana lateral. Esta alternativa a la savasana es más relajante y segura que la postura normal cuando se está embarazada. Una manta o un cojín situados entre las rodillas la hace más cómoda. b) Colocar cojines y mantas para conseguir inclinación evita la compresión de la vena cava en posturas generalmente hechas en supinación.
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