Yoga y medicina. Timothy McCall
clínica es que estos alumnos obtuvieron enormes beneficios.
Patricia enseña un estilo de yoga conocido como el método Iyengar, que recibió su nombre del anciano maestro B. K. S. Iyengar y es el estilo que empleamos en el trabajo terapéutico que llevamos a cabo juntos. En mi papel como escritor y científico interesado en investigar este campo, no obstante, he asistido a talleres, he tenido sesiones de terapia privadas y he aprendido de profesores con multitud de estilos diferentes. Una de las cosas más sorprendentes que he observado es que todos los sistemas de yoga terapéutico que he visto parecen ayudar a la gente a curarse.
Este libro, que refleja multitud de buenas opciones del yoga terapéutico, ofrece un enfoque pragmático. Retrata a los profesores de yoga de diferentes tradiciones con un gran abanico de enfoques y herramientas. Cada uno de estos terapeutas del yoga lleva a sus espaldas décadas de experiencia.
No todos los estilos de yoga aparecen representados en este libro. Existen muchos enfoques y profesores que son imposibles de investigar o incluir. Algunas omisiones son deliberadas porque no creo que todos los sistemas del yoga, particularmente aquellos que demandan un físico más fuerte, sean apropiados para gente con enfermedades graves. No pretendo criticar estos estilos de yoga para gente sana y en forma; a muchas personas les encantan y los practican.
Como este libro está dirigido a un público occidental y yo soy médico, empleo la lengua y la perspectiva de la ciencia lo máximo posible. Sé que es el mejor modo de mostrar a los médicos y otros profesionales de la salud que el yoga como medicina puede beneficiar a sus pacientes, incluidos muchos de los que no responden bien a las terapias convencionales, pacientes que pueden encontrarse entre los más frustrados de los pacientes que tratamos.
Los médicos más tradicionales no saben casi nada sobre las aplicaciones médicas en potencia del yoga. Pero esto no es un fallo. No recuerdo haber oído una sola palabra sobre yoga en la facultad de Medicina, en los tres años de estudios posteriores en medicina interna o en los muchos seminarios y conferencias a los que asistí en mis más de diez años de práctica médica en un despacho. Si miro hacia atrás, me entristece pensar en todos esos pacientes que he visto antes de descubrir el yoga que se podrían haber beneficiado de él, muchos de los cuales no encontraron alivio en lo que se les ofrecía.
Aunque hay más de cien estudios científicos que revelan que el yoga constituye un tratamiento efectivo para diversos problemas médicos, desde enfermedades del corazón hasta el síndrome del túnel carpiano, el médico medio desconoce gran parte de este trabajo. Aunque algunos de estos estudios, la mayoría realizados en Occidente, han atraído a los medios de comunicación, la gran mayoría de las investigaciones científicas sobre el yoga se llevan a cabo en la India. La mayoría de estos estudios indios son difíciles o imposibles de conseguir en este país, lo cual es en parte la razón de que la mayoría de los médicos y muchos practicantes de yoga nunca hayan oído hablar de ellos. Para aprender más, en 2002 pasé algo más de dos meses viajando a diferentes clínicas de terapia del yoga e instituciones de investigación en la India. Compartiré algunos de mis descubrimientos de ese viaje contigo en este libro. Desde entonces, he vuelto dos veces para continuar con mi investigación, centrándome en particular en las conexiones entre el yoga terapéutico y el antiguo sistema de la medicina india, el ayurveda, que también trataré.
No obstante, no hay artículos de investigación, visitas a clínicas o estudios de médicos expertos suficientes para entender el yoga. Para aprovechar realmente el yoga, uno tiene que experimentarlo por sí mismo. Por eso te insto a considerar que realices un acto de fe, como el que hice yo. Mi experiencia me dice que el yoga funciona, además, evidentemente, de mis pruebas científicas y lo que he observado directamente y escuchado de otros.
Sugiero suspender la incredulidad durante el tiempo suficiente para probar algunas sesiones de yoga y dejar que la experiencia dicte si continuar o no. Si descubres que el yoga no te aporta nada, no habrás perdido mucho. Sin embargo, si la experiencia te abre los ojos como a mí, tienes todo un mundo que ganar.
El yoga es algo que hay que aprender a hacer. Yo lo he practicado durante doce años, pero hay gente que lo ha hecho durante varias décadas y me supera con creces en el yoga. Sin embargo, creo que como médico y como estudiante serio de yoga puedo ofrecer una perspectiva útil a las personas que esperan curarse, que trabajan curando a otros o que simplemente sienten curiosidad sobre los beneficios saludables del yoga; al contrario que la medicina occidental, el yoga puede ayudar tanto a los sanos como a los enfermos a sentirse mejor.
Si la ciencia es la contribución más grande del mundo moderno al conocimiento, el yoga es la joya del mundo antiguo. Yo creo que estos dos modos de sabiduría –que parecen tan diferentes, incluso contrarios– pueden reconciliarse y hacer que nuestro entendimiento avance más que cualquiera de las dos disciplinas por separado. Si se combinan las destrezas de estos dos grandes sistemas, el resultado puede ser un aumento de las posibilidades de gozar de una mejor salud, reducir síntomas molestos y aliviar el sufrimiento.
El yoga no es una panacea, sino una potente medicina para el cuerpo, la mente y el espíritu. Sobre todo, el yoga es un camino. Cuanto más se esté con él y más corazón se ponga en el viaje, más lejos se llegará.
1 Managed-care. Sistema sanitario cuyo fin es reducir costes ofreciendo calidad bajo el control de una compañía de seguros. N. de la T.
PRIMERA PARTE
EL YOGA COMO MEDICINA
El yoga es un 99% de práctica
y un 1% de teoría.
—PATTABHI JOIS
CAPÍTULO 1
EL YOGA COMO MEDICINA
No importa que estés enfermo o débil, que seas joven, viejo o muy viejo, puedes tener éxito con el yoga si practicas con diligencia. —SVATMARAMA (HATHA YOGA PRADIPIKA)
Como doctor en medicina durante más de veinte años, puedo decir que el yoga es simplemente el sistema más poderoso de salud y bienestar en general. Incluso si te encuentras entre los que actualmente pueden llamarse temporalmente sanos, como medicina preventiva, el yoga es lo más cercano a un centro comercial de la medicina que podrás encontrar. Este complejo sistema puede reducir el estrés, aumentar la flexibilidad, perfeccionar el equilibrio, disminuir el sobrepeso, fortalecer los huesos, evitar lesiones, mejorar el humor, optimizar la función inmune, aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos, elevar el funcionamiento y el cumplimiento sexuales, favorecer la integridad psicológica y promover el bienestar espiritual. Y esto sólo es una lista parcial.
El yoga observa desde un punto de vista diferente al de la medicina occidental sobre lo que constituye la salud; esto puede ser en parte la razón de que sea tan efectivo. La ausencia de síntomas no es igual a salud en el yoga. La salud en los que lo practican se extiende más allá de no tener dolor de cabeza o de rodilla; incluso de haber superado un cáncer. Se trata de optimizar la función de todos los sistemas del cuerpo, desde los músculos hasta la digestión, la circulación y el sistema inmune. Se trata de un bienestar