Yoga y medicina. Timothy McCall
de gozar de una buena salud y alcanzar la curación.
El yoga imagina una red de casualidades mucho más compleja que el número limitado de factores que la mayoría de los médicos consideran. En el caso de las enfermedades coronarias, por ejemplo, hay que mirar más allá del colesterol y la presión sanguínea; la intención de la mente de perpetuarlo, el temperamento emocional, las conexiones con otras personas y si se vive en función de algún propósito mayor. La idea es que existen multitud de factores que pueden afectar a tu bienestar y que la forma más eficaz de remediar los problemas de salud consiste en trabajar con las diversas áreas simultáneamente. Precisamente, esto es lo que hace el yoga.
En el yoga, se realiza un trabajo espiritual que afecta al cuerpo. Se estiran y fortalecen los músculos, lo cual afecta a la circulación, la digestión y la respiración. Se calma y se fortalece el sistema nervioso, y eso afecta a la mente. Se cultiva la paz mental, y eso afecta al sistema nervioso, al sistema inmune y al sistema cardiovascular. El yoga dice que si miras con claridad verás que todo lo que hay dentro de ti está conectado con todo lo demás. Desde el punto de vista terapéutico, se observa que se puede mejorar el funcionamiento de un órgano o sistema si se intenta mejorar todo.
Una diferencia crucial entre el yoga como medicina y la medicina convencional es el énfasis holístico del yoga del fortalecimiento que consigue sobre el cuerpo y la mente. La mayoría de los médicos a los que acudas diciendo que te encuentras mal pero sin un dolor específico u otros síntomas, además de mandarte algunas pruebas para descartar las posibilidades de padecer diferentes enfermedades, no tendrán mucho que ofrecerte. Si te interesa que tu sistema nervioso sea más elástico, optimizar tu inmunidad o mejorar tu capacidad respiratoria, poco podrán sugerirte.
Lo contrario es la verdad del yoga. En lugar de competir con la medicina convencional, el yoga puede completarla. Verdaderamente, en mi experiencia, el yoga puede ayudarte a aprovechar más cualquier cuidado que estés recibiendo, alternativo o convencional. Como adjunto a otros cuidados, el yoga tiene una ventaja por encima de otras modalidades que suelen etiquetarse como medicina alternativa. Puede ampliar los beneficios, y como el yoga puede ofrecernos el uso de menos medicamentos o hierbas o emplearlos en menores dosis, los efectos secundarios son menores. Además, al contrario que los tratamientos que pueden interferir con otros –del modo que las vitaminas pueden interferir en la quimioterapia o algunas hierbas con los anestésicos–, es totalmente imposible que una buena elección del yoga pueda interactuar negativamente con cualquier otro tratamiento.
El yoga parece ser efectivo en el tratamiento de una amplia variedad de enfermedades. Examinaremos las pruebas científicas más adelante, pero de momento veamos lo que tienen que decir las personas que han probado el yoga terapéutico. En 1983 y 1984, el Yoga Biomedical Trust con sede en Londres, dirigido por el Dr. Robin Monro, estudió a 2.700 personas, la mayoría de edades comprendidas entre los 31 y los 60 años, que empleaban el yoga de forma terapéutica. Para participar, tenían que haber practicado yoga al menos dos horas a la semana durante un año como mínimo. Aunque el número de personas con alguna enfermedad concreta era pequeño, los resultados (ver tabla 1.1) eran impresionantes: el 98% de los que sufrían dolor de espalda, el 90% de los pacientes con cáncer, el 82% de las personas con insomnio y el 100% de los alcohólicos consideraban que el yoga era útil. El menor índice de éxito del estudio se registró en mujeres con “problemas menstruales”: dos de cada tres consideraban que el yoga las había ayudado.
TABLA 1.1ENFERMEDADES QUE MEJORARON CON EL YOGA, DATOS RECOGIDOS POR EL AUTOR
PROBLEMA MÉDICO | NÚMERO DE PERSONAS ESTUDIADAS | PORCENTAJE DE AYUDADOS POR EL YOGA |
Alcoholismo | 26 | 100 |
Ansiedad | 838 | 94 |
Artrosis y problemas reumáticos | 589 | 90 |
Asma o bronquitis | 226 | 88 |
Problemas de espalda | 1.142 | 98 |
Cáncer | 29 | 90 |
Diabetes | 10 | 80 |
Úlcera duodenal | 40 | 90 |
Enfermedades coronarias | 50 | 94 |
Hemorroides | 391 | 88 |
Hipertensión | 150 | 84 |
Insomnio | 542 | 82 |
Trastornos de la menopausia | 247 | 83 |
Problemas menstruales | 317 | 68 |
Migrañas | 464 | 80 |
Trastornos neurológicos y neuromusculares | 112 | 96 |
Obesidad | 240 | 74 |
Síndrome premenstrual | 848 | 77 |
Tabaco | 219 | 74 |
Fuente: The Yoga Biomedical Trust, Londres.
Imagina cuánto se oiría hablar sobre una nueva medicina que pudiera funcionar aunque fuera sólo una parte. Sin embargo, mi experiencia me dice que pocos en la comunidad médica o el público general saben lo que el yoga les puede ofrecer. Estoy convencido de que parte del problema se debe a que mucha gente que puede beneficiarse del yoga no se atreve porque no entiende bien lo que es, quién puede hacerlo y quién no debería. Por tanto, antes de adentrarnos más profundamente en la esencia de cómo se usa el yoga como medicina, me gustaría tratar estos temas.
Malentendidos comunes sobre el yoga y su terapia
EL YOGA NO ES… SÓLO PARA GENTE FLEXIBLE Y EN FORMA
Hay gente que evita el yoga porque piensa que es sólo para gente que se puede doblar como una goma. Creen que es para gente joven, fuerte y atlética, y si te fijas en las fotos de las revistas o en algunas clases fuertes de yoga, seguramente te llevarás esa impresión.
Es bastante curioso que cuando uno siente que no sería capaz de hacer yoga, el yoga puede resultarle especialmente útil. Los terapeutas del yoga saben bien que la gente que no tiene experiencia con el yoga suele hacer mayores progresos con sus problemas de salud que los estudiantes con años de experiencia. De hecho, son éstos los que encuentran en el yoga un mayor desafío, creen que son buenísimos en su práctica y piensan constantemente que tienen mucho que ganar.
EL YOGA NO ES… SÓLO PARA PERSONAS SANAS
Durante mis investigaciones en la India, visité centros en los que se trataba a gente con todo tipo de problemas físicos, mentales y emocionales: ancianos, personas con rigidez, con enfermedades crónicas que arrastraban durante años, con dolores, con depresiones tan fuertes que no les permitían levantarse de la cama… El yoga ha sido muy útil con esquizofrénicos y con niños con síndrome de Down, parálisis cerebral y autismo. Los que están atados a una cama o una silla de ruedas pueden hacer un tipo de yoga adaptado a sus necesidades y capacidades. Hay gente con más de 80 o 90 años que hace yoga y estoy convencido de que si tú lo practicaras, aumentarías tus posibilidades de llegar a esas edades y sentirte bien cuando las hayas alcanzado.
El yoga ha ayudado a pacientes con cánceres y problemas cardíacos tan avanzados que se les recomendaban operaciones urgentes. En casi todos los casos, los terapeutas del yoga animan a sus alumnos a continuar con su tratamiento médico convencional. Sin embargo, muchos estudiantes de yoga advierten pasado algún tiempo que lo necesitan menos: la medicación puede reducirse y algunos medicamentos llegan a ser completamente innecesarios, la cirugía puede retrasarse y luego cancelarse. En la India, hablé con pacientes cuyos signos de artritis reumatoide o diabetes del tipo 2 habían desaparecido con la práctica regular. No es la experiencia de todo el mundo, pero demuestra que puede ser muy posible.
EL YOGA NO ES… UNA RELIGIÓN
El yoga no es una religión. Aunque el yoga proviene de la antigua India, no es una forma de hinduismo. De hecho, el yoga lo practican alegremente cristianos, budistas, judíos, musulmanes, ateos y agnósticos (ver página 277). Es cierto que el yoga tiene un lado espiritual, pero no pertenece a ninguna creencia en particular que se beneficie de él. Quizá lo más apropiado sea observar el yoga como algo semejante a Alcohólicos Anónimos. Al igual que Alcohólicos Anónimos, el yoga tiene una dimensión en la que te puedes centrar o ignorar totalmente, depende de lo que te resulte más útil. Al igual que Alcohólicos Anónimos, el yoga es compatible con