Yoga y medicina. Timothy McCall

Yoga y medicina - Timothy  McCall


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espalda y el cuello, lo que potencialmente mejora males como los dolores de cabeza, el síndrome del túnel carpiano y la artrosis.

      Aunque muchos occidentales (y actualmente, muchos indios) optan por el yoga para reducir su estrés o mejorar su salud, éstos no eran los objetivos de los yoghis. Ellos concebían el yoga como un camino a la iluminación espiritual. Para ellos, gozar de una mejor salud era simplemente un efecto secundario por tratar el cuerpo como un regalo sagrado de Dios. Vivían una vida moral, comprometidos con sus ejercicios de estiramientos y fortalecimiento, sus pranayamas y su meditación. Todo eso era parte de su camino hacia un mayor conocimiento. Las enfermedades se consideraban obstáculos hacia la iluminación espiritual y por eso había que fortalecer el cuerpo y librarse de ellas.

      Herramientas de la terapia del yoga

      Cuando los occidentales hablamos del yoga, normalmente nos referimos sólo a la práctica de diferentes posturas físicas. Esta confusión es natural, ya que las asanas se realizan para las fotografías más interesantes de los libros, las revistas y otros documentos. Sin embargo, Patanjali, el gran recopilador del conocimiento del yoga, lo definió hace más de mil quinientos años en función de ocho partes que lo constituían. Las ocho ramas del yoga, según el Yoga Sutras de Patanjali, son:

      1. Los yamas. Guías éticas (ver la siguiente tabla).

      2. Los niyamas. Cumplimientos espirituales (ver la siguiente tabla).

      3. Asana. Postura física. La asana constituye un modo sistemático de que el cuerpo alcance su pleno rango de movimiento. A medida que va aumentando la libertad de movimiento, las asanas crean flexibilidad, fuerza y equilibrio en todas las partes del cuerpo. Las posturas pueden dividirse en varias categorías con diferentes efectos. Están las posturas de pie, con flexión, extensión, estiramientos laterales, rotaciones, inversiones, de meditación y de relajación (figura 1.3).

      Ejemplo de las principales categorías de asanas:

      a) flexión,

      b) extensión,

      c) estiramiento lateral o inclinación,

      d) rotación,

      e) de pie,

      f) de equilibrio,

      g) inversión,

      h) de relajación,

      i) de meditación.

       TABLA 1.2ANÁLOGA A LOS 10 MANDAMIENTOS

       LOS CINCO YAMAS Y LOS CINCO NIYAMAS CONSTITUYEN LAS REGLAS DEL YOGA

YAMAS
AhimsaNo dañar
AsteyaNo robar
SatyaSinceridad
BrahmacharyaCastidad
AparigrahaNo acumular riquezas
NIYAMAS
SaucaLimpieza, pureza
SantoshaAlegría
TapasDisciplina
SvadhyayaEstudio de uno mismo
Ishvara PranidhanaDevoción a Dios

      En muchas posturas se combinan varios de estos elementos. La parsvottanasana (figura 1.4), por ejemplo, es una postura que se realiza de pie en la que hay que realizar una flexión de las caderas desplazando el tronco y la pelvis hacia delante. Es una postura en la que se invierte la posición de la cabeza en relación con el tronco y en la que se pone a prueba el equilibrio.

      4. Pranayama. Ejercicio de respiración. Incluye una gran variedad de prácticas que pueden tanto dar energía como relajar. Las prácticas de pranayamas pueden sosegar la mente, calmar el sistema nervioso y ofrecer un estado de meditación. Hay un ejercicio llamado bhramari (BRA-mar-ee) que aprendí en el ashram Vivekananda de Bangalore, India. El significado literal de la palabra bhramari según el profesor de yoga tántrico Rod Stryker es “el sonido de las abejas”. Según el Hatha Yoga Pradipika, un texto tántrico clásico y la obra que primero se descubrió sobre el hatha yoga, como resultado de esta práctica, “la mente es absorbida en éxtasis”. Así recomienda Rod que se haga el bhramari.

      EJERCICIO EXPERIMENTAL: BHRAMA-RI. Siéntate en el suelo con las piernas cruzadas y la columna recta. Si lo prefieres, puedes sentarte en una silla. Cierra los ojos y respira varias veces lenta y profundamente. Tras una inspiración completa, comienza a hacer un suave zumbido espirando lentamente. El sonido ha de provenir de la parte más baja posible de la garganta y ser fuerte. Al espirar, siente la vibración del sonido subir por la parte posterior de tu garganta, por el paladar y hasta el mismo cerebro. Poco a poco, deja que el sonido de la vibración absorba completamente tu atención. Si te vienen pensamientos, relájate más profundamente con el sonido. Cuando te quedes sin aire, inspira lenta y profundamente. Repite el ciclo. Si sientes que te quedas sin aliento en algún momento, vuelve a respirar de forma normal hasta recuperarlo. Entonces puedes reanudar la práctica. Si te sientes cómodo haciéndolo, puedes ir aumentando la longitud de la espiración. Continúa con la práctica entre uno y cinco minutos.

      5. Pratyahara. Aunque normalmente se traduce como “retracción de los sentidos”, puede que el pratyahara sea lo que se acerque con más precisión a meter hacia dentro los sentidos. Es la capacidad de desconectar los mensajes externos que ofrecen los ojos, los oídos y otros órganos de los sentidos y sintonizar con el mundo interior. En lugar de escuchar los sonidos de la habitación en la que te encuentres, por ejemplo, céntrate en el sonido interno de tu respiración igual que en el zumbido del bhramari. Éste es el ejercicio de la respiración ujjayi (oo-JAI-ee). Se puede emplear como pranayama por sí solo o practicarse dentro de una serie de asanas.

      EJERCICIO EXPERIMENTAL: RESPIRACIÓN UJJAYI. Siéntate en una posición cómoda o túmbate boca arriba, con la cabeza apoyada sobre una manta o una almohada. Inspira y espira por la boca imitando la respiración profunda y sibilante del personaje Darth Vader de la película La guerra de las galaxias. Si no estás seguro de cómo hacerlo (o no has visto la película), imagina que estás intentando empañar unas gafas para limpiarlas. Mantén la boca abierta y respira lenta y profundamente varias veces haciendo ese sonido tanto al inspirar como al espirar. No cierres nunca la boca y continúa haciendo ese fuerte sonido respirando por la nariz. Siente el aire pasar por la parte posterior de la garganta. El estrechamiento de las cuerdas vocales es lo que permite controlar la cantidad de aire que entra y sale, igual que la boquilla de una manguera regula el flujo del agua. Ahora, cierra los ojos y concéntrate en el sonido de la respiración en tu garganta. Céntrate en tu respiración para que no te despisten los sonidos que te rodean. Imagina que tu respiración es tan fuerte como si estuvieras en una cámara de eco. Cuando aprendes el ujjayi, respiras haciendo un sonido audible. A medida que vas progresando con la práctica, el sonido se va haciendo tan sutil que si alguien se sentara a tu lado no podría escucharlo. Incluso con esta versión más silenciosa y sutil, tendrás que centrarte en ese sonido para mantener el sentido del oído en tu interior. Continúa con la práctica uno o dos minutos.

      6. Dharana. Concentración, la capacidad de mantenerla. Lo que normalmente llamamos concentración en Occidente es una leve imitación de lo que ocurre en el yoga. Si has hecho este último ejercicio, habrás notado que te olvidas del sonido de tu respiración y te pones a pensar en otras cosas. En sólo un minuto o dos, puedes haberte dado cuenta de cuánto necesitas mejorar.

      7. Dhyana. Meditación; concentración relajada en la que disminuye el flujo de pensamientos que acuden


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