Las fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento. Raul Zaldivar

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Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 26

      Ya la pregunta de los fariseos nos deja ver claro que existía en esa época un halaká que en este caso específico viene del midrash de los fariseos y que es parte de lo que se conoce como la ley oral.27 Lo interesante es que Jesús no refuta directamente el argumento de los fariseos, sino que, esgrimiendo un argumento fundamentado en otra estipulación oral de su halaká, prueba que su ordenamiento jurídico fundado en la ley oral invalida al mandamiento de Dios que en este caso es la ley escrita o Torah. La acusación que hace al final de la perícopa es sencillamente mordaz y lapidaria, dejando establecido que su halaká había invalidado a la ley de Dios plasmada en la Torah.

      Otro ejemplo de las controversias entre Jesús y los fariseos por el tema del halaká de los fariseos fundamentado en la ley oral se encuentra en Marcos 2:23-28

       Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.

      En este interesante pasaje vemos que Jesús sigue la misma metodología de la perícopa analizada anteriormente: no refuta la argumentación basada en la violación del día de reposo, sino que realiza una analogía con la violación de la ley escrita que hizo David al comer un pan que por derecho divino no le estaba permitido comer, sin embargo comió y no incurrió en culpa. Luego remata su refutación aseverando que el ser humano tiene más importancia que una prescripción ritual para luego ponerle la guinda al pastel adjudicándose el papel de Mesías y declarando su señorío, no solo del día de reposo, sino de todo lo que existe. De esta manera, Jesús redujo al absurdo la pretensión de los fariseos.

      Existen muchos encuentros controversiales en los Evangelios entre Jesús y los fariseos, pero estos dos ejemplos nos clarifican que existía una discrepancia entre el midrash de Jesús y la forma en que los fariseos hacían su midrash, tanto de la ley escrita como de la ley oral. Al final, Jesús deja claro que el halaká fariseo está fundamentado en aspectos exteriores y superficiales del ser humano y hace a un lado los aspectos internos como la misericordia, el amor, la solidaridad, donde el hombre tiene tanto valor que si es necesario romper con una ley oral, hay que hacerlo, y en algunos casos incluso con la ley escrita, porque el hombre es el supremo bien de la creación y está por encima de cualquier formulismo humano.28

      La teología de los fariseos no está del todo lejos de los principales dogmas del cristianismo, v.g. la resurrección del cuerpo, los fariseos sí creían en esta doctrina, de tal manera que un fariseo como Pablo no tuvo ningún problema para escribir una teología tan clara sobre la resurrección como la que escribió en I de Corintios 15. Otra de las doctrinas teológicas de los fariseos era la creencia en la figura del Mesías per se, aunque había una discrepancia sobre qué clase de mesías iba a ser este y quién iba a serlo. Los fariseos creían en la canonicidad no solamente de la Torah (Ley), sino de los libros del Nəḇî’îm (Profetas) y Ketuvim (Escritos),que son los que forma el Tanaj, que para nosotros es el AT. También creían en la predestinación, que estimaban compatible con el libre albedrio puesto que sostenían que el hombre tenía la responsabilidad de escoger entre el bien y el mal. En relación con el alma de los malvados, estas quedaban apresadas, en tanto que la de los justos revivirían en cuerpos nuevos. Finalmente, los fariseos creían en el día del juicio y por lo tanto en la recompensa de las almas: unos para vida eterna y otros para condenación. 29 Ahora bien, esta teología en realidad no era lo que caracterizaba a los fariseos, sino que lo era su apego a la observancia a la ley, tanto escrita como oral, enseñando que Dios solo otorga su gracia a las personas que viven conforme a estos preceptos.30

      A simple vista todo está en orden, y si no pusiéramos en la redacción la palabra fariseo podría pasar lo que hemos escrito como dogmática cristiana; sin embargo, hay factores torales que a pesar de la similitud son a la vez muy diferentes. En primer lugar, porque en la ecuación teológica de los fariseos hace falta la figura de Jesucristo y este solo hecho le da un vuelco de 180 grados al midrash que hacen los fariseos. No se puede hablar de la resurrección si no se habla de Jesucristo, que fue hecho primicia de los que durmieron y no se puede sacar de la ecuación porque Él es la resurrección y la vida. No se puede hablar de un Mesías si no se identifica a Jesús con este personaje. En resumen: el problema de la teología de los fariseos es que Jesús no es el centro de la misma, y en ese mismo momento esta se vuelve fútil. En segundo lugar, el celo por la observancia de la ley —lo cual per se no es malo— sin embargo, cuando despojamos a la ley de Dios de su espíritu y nos volvemos legalistas e intérpretes literales de la ley, entonces nos volvemos fanáticos y perdemos la esencia de la ley, que es alcanzar la justicia a través de la misericordia. El mejor ejemplo para darnos a entender sobre este tema es la perícopa de la mujer adúltera. En esta historia había dos cosas en juego: la ley y la misericordia. Los judíos preguntan a Jesús en 8:45 … maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?... Si vamos a observar la ley al estilo de los fariseos, solo hay un camino posible, lapidar a la pobre mujer y hundir a su familia en el dolor y la ausencia, o aplicar la misericordia y darle una oportunidad de arrepentirse para el bien de ella y de su familia. La segunda opción obedece a los más caros intereses de Dios que vino a salvar el mundo, no a perderlo. Este fue el error de los fariseos: desnaturalizar la ley y privarla de su más cara aspiración que es alcanzar la justicia y el bienestar del ser humano.

      Una vez visto lo relacionado con la teología de los fariseos, toca estudiar todo lo relacionado con su producción literaria.

      Después de la destrucción del segundo templo en el año 70,31 cambia radicalmente todo el panorama socioreligioso de Israel.32 En primer lugar, porque con la destrucción del segundo templo cesó todo lo relacionado con los rituales religiosos y, en segundo lugar, porque si no se hacía algo se iba a perder la identidad religiosa de un pueblo que había recibido un golpe certero de los romanos al haber estos destruido no solo el templo, sino la ciudad de Jerusalén. En este contexto de desolación y desesperanza se establece en la ciudad de Yavne o Jamnia un grupo de religiosos a los que se les va a llamar sabios, mayormente de extracción farisea, que van a normar la vida religiosa del pueblo.33 Estos personajes iban a tener la sagrada responsabilidad de mantener la identidad religiosa milenaria del pueblo, fundamentada en su creencia en YHWH revelado en todo un cuerpo literario que ellos consideraba la Palabra misma de Dios. Desde la época de Esdras se venía desarrollando un cuerpo de leyes al que se le denomina en el NT como la tradición de los ancianos, y que ahora era necesario poner por escrito para que sirviera de base no solamente para el pueblo confundido y derrotado por los romanos, sino para las generaciones futuras. Todo esto es el Sitz im Lebem de lo que el mundo conoce el día de hoy como el Talmud.

      El Talmud es la obra principal del judaísmo y está formado por dos instrumentos muy importantes: El Mishná34 y la Gemara.35 El Mishná es un cuerpo legal y religioso que se mueve en dos direcciones bien marcadas: por un lado, contiene disposiciones que aclaran y precisan la ley de Moisés y, por otro lado, contiene sentencias de rabinos


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