Las fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento. Raul Zaldivar
puede afirmar que las enseñanzas halákicas de los sabios de Yavne eran relativamente bien aceptadas por el pueblo37 y, sobre todo, percibidas como exégesis autorizadas del texto revelado.38 En resumen: en Yavne se trabajó principalmente en la consolidación y aclaración de los principios del halaká, constituyendo un cuerpo de dogmática jurídica39 que dio como resultado el Talmud.
Hasta aquí la pregunta es: ¿qué relación tiene todo esto con el tema que estamos discutiendo? Bien, es de suprema importancia porque fueron los sabios de Jamnia o Yavne los que proscribieron o excomulgaron de una forma definitiva y contundente a los judeocristianos sobre los que lanzaron una de las más álgidas maldiciones o Birkat ha-minim.40 La doceava petición es simplemente mordaz e imprecatoria: “Que no haya esperanza para los apóstatas; desenraiza en nuestros días prontamente el reino del orgullo. Que los nazarenos y heréticos perezcan en un instante, que sean borrados del libro de los vivos y que no sean inscritos con los justos. Bendito seas, tú, Yahvé, que doblas a los orgullosos”.41
Después de esta declaración, la separación entre la halaká judía y la halaká judeocristiana sobre la Torah y la adopción por parte de los judeocristianos de un nuevo cuerpo literario con el grado de canónico, hace irreconciliable para siempre a dos hermanos hijos de un mismo padre y de una misma madre, los primeros que guardan la pureza étnica, y los segundos que se lanzan en una obra misionera de conquista a un mundo que sencillamente estaba excluido del judaísmo.
Los fariseos han sido el sector del judaísmo que ha estado ligado con los escribas o soferim42 que son los responsables directos de la redacción de los libros sagrados, tanto canónicos como deuterocanónicos y pseudoepígrafes, y también han estado ligados con el poder político en algún momento de su existencia o simplemente han ejercido una poderosa influencia sobre los gobernantes de turno. Como se ha afirmado anteriormente, ellos reconocían y aún reconocen la inspiración de la tanaj que estaba formada por la Torah, los Nəḇî’îm y los Ketuvim. En el siglo II pusieron por escrito la tradición oral en el libro que se conoce como el Talmud y que es posterior a Cristo; sin embargo, en los sinópticos vamos a encontrar referencias a esa ley oral que después fue escrita en el Talmud. Lo que se quiere decir es que la tradición de los ancianos fue una fuente para que los redactores de los evangelios hicieran un midrash y sirviera para fundamento de los principios cristianos.
Ahora bien, aparte de esta literatura, está la literatura deuterocanónica que es parte de lo que llamamos el canon griego —que también es producción judía— así como la vasta literatura pseudoepígrafe del PI, que será objeto de estudios en capítulos posteriores. Todo este milieu literario fue lo que dio origen a la teología farisea.
B. La escuela de los saduceos
Con el regreso del los judíos del cautiverio babilónico y la reconstrucción del templo de Salomón, se va a requerir un personal religioso que maneje todo el tema cultual y que administre los rituales del judaísmo. Es así como se va formando una casta religiosa a la que se le conoce con el nombre de saduceos.43 Sobre este grupo religioso Karl Kutsky se expresa en los siguientes términos:
Los saduceos eran los representantes de la nobleza sacerdotal que había ganado el control del Estado judaico, y que ejerció este control, primero bajo la dominación persa y después bajo la de los sucesores de Alejandro Magno. Este clero era el amo absoluto del Templo. Por medio del Templo gobernaba a Jerusalén y, además, a todo el judaísmo…44
En las sociedades orientales de aquella época, la clase sacerdotal era una casta privilegiada e Israel no era una excepción. La nobleza sacerdotal de Israel adquiere un auge muy importante bajo el dominio de la dinastía hasmonea que gobernó Israel durante un período de alrededor de 150 años,45 en los cuales, este pueblo gozó de independencia política gracias a la revuelta de los macabeos contra Antíoco Epífanes. Como muy bien señala Kutky, el que gobernaba el templo, gobernaba el Estado o ejercía una gran influencia. Quien quiera que sea que gobernaba el templo, manejaban gran cantidad de recursos económicos, pues eran los receptores de todas las ofrendas que el pueblo traía a Dios. En muchos casos, estas no eran ofrendas, sino impuestos que ellos habían inventado para sostener el grandioso andamiaje religioso que habían montado. Por lo anteriormente expresado es que resulta propio afirmar que la clase sacerdotal, es decir, los saduceos, eran la aristocracia religiosa de Israel.
A pesar de lo dicho anteriormente, los sumos sacerdotes pertenecían a la dinastía de los hasmoneos, quienes tenían que gobernar con dos grupos antagónicos a su alrededor como eran los fariseos, de quienes el hasmoneo Juan Hircano se distanció, y los saduceos, que eran los sacerdotes empero proclives a identificarse con el helenismo, es decir, apoyaban una serie de aspectos de la cultura griega que era considerada por los fariseos así como por la población nacionalista y religiosa como una cultura pagana y espuria.46
1. Literatura religiosa de los saduceos
A diferencia de los fariseos o de los esenios, los saduceos no creían sino en la Torah solamente. Rechazaban categóricamente el resto de la literatura que era considerada como canónica entre los judíos. También se opusieron de una forma tenaz a la tradición oral, es decir, al Talmud.47 Todo lo anterior nos lleva a la obvia conclusión que rechazaron también toda la literatura apócrifa y apocalíptica que se desarrolló en su época.
Este hecho los llevó a dos cosas: primero, a no desarrollar ningún cuerpo literario como hicieron los fariseos y los esenios, y segundo, y como consecuencia lógica, a tener una concepción teológica bien limitada, puesto que al no tener una infraestructura literaria amplia su midrash se centró en la Torah y su teología es simplemente muy pobre.
En el siguiente aparatado veremos algunas de las posturas teológicas de los saduceos que encontramos en los libros canónicos del NT.
2. La teología saducea
Al reducir los saduceos sus fuentes para hacer teología a la Torah, estos tenían un pensamiento teológico estrecho que fue ampliamente refutado por Jesús cuando hubo encuentros entre ambos por disputas teológicas. En este apartado será objeto de estudio algunos de esos encuentros. A continuación, el tema de la resurrección:
Entonces los saduceos, que dicen que no hay resurrección, fueron a verlo y le plantearon un problema: 19 —Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que, si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia. 20 Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar descendencia.21 El segundo se casó con la viuda, pero también murió sin dejar descendencia. Lo mismo le pasó al tercero.22 En fin, ninguno de los siete dejó descendencia. Por último, murió también la mujer. 23 Cuando resuciten, ¿de cuál será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella? 24 —¿Acaso no andan ustedes equivocados? —les replicó Jesús—. ¡Es que desconocen las Escrituras y el poder de Dios! 25 Cuando resuciten los muertos, no se casarán ni serán dados en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo. 26 Pero, en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? 27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos. ¡Ustedes andan muy equivocados!
Esta perícopa es extraordinaria, puesto que nos muestra aspectos claves, no solamente de la teología de aquella época, sino de las fuentes de cómo se formaron los evangelios. En primer lugar, hablemos de lo teológico: los grupos religiosos de aquella época estaban polarizados en los que creían en la resurrección de muertos y los que no. No nos extrañe que los saduceos no creyeran, puesto que ellos no aceptaban ningún libro como sagrado excepto la Torah y el pasaje que ellos están citando es precisamente de la Torah. En segundo lugar, la respuesta que da Jesús … desconocen las Escrituras y el poder de Dios… en primer lugar, los saduceos tenían razón de negar la resurrección, puesto que no reconocían ninguna otra revelación escrita y la Torah no nos dice nada al respecto, sin embargo,