Las fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento. Raul Zaldivar

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que ellos habían hecho de la literatura canónica y pseudoepígrafe de la época. Esta literatura formaba el cuerpo doctrinal de esta secta de la cual se cree que Juan el Bautista fue parte y, por lo tanto, tiene implicaciones directas sobre hechos narrados en el NT, así como de doctrinas que en él se mencionan.

      Para un mejor conocimiento de la literatura de origen esenia y su conexión con el NT, hemos seleccionado ciertos libros que a continuación son objeto de análisis.

       La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas

      El libro56 comienza diciéndonos que la guerra comenzará cuando los hijos de la luz, liderados por el “Príncipe de la Luz” (al que en ocasiones se denomina Arcángel Miguel), lancen un ataque contra los hijos de las tinieblas; confrontación dualista en siete etapas contra el ejército de Belial y pueblos que históricamente fueron enemigos de Israel. Los hijos de la luz sostienen una gran batalla en la cual derrotan el poder de Belial y aniquilan eternamente a todos sus seguidores. Dicha confrontación habría de durar 49 años y concluiría con la victoria de los “Hijos de la Luz” y la restauración del servicio del templo y los sacrificios. El Rollo del Templo describe con profusión órdenes de batalla, armamento, tácticas de combate, edad y características físicas de los combatientes, recordando así los tratados bélicos helenísticos y romanos.

      Este será el tiempo de salvación para el pueblo de Dios,el cual asumirá el dominio. El texto deja claro que todo esto es una venganza de Dios, de quien viene todo el poder para luchar contra los hijos de las tinieblas.

      El contexto sociopolítico que da origen a este documento es la dominación romana sobre el territorio de Israel. El poder avasallador de los gentiles es sencillamente incompatible con la doctrina religiosa de un pueblo que se consideraba a sí mismo el depositario de la revelación divina. En tal sentido, era una necesidad imperativa que una comunidad como la de los esenios produjera escrituras de esta naturaleza que, en términos generales, obedece a la verdad, puesto que sí existen los hijos de luz y los hijos de las tinieblas y la lucha es real entre ambos bandos. No está en el tapete de la discusión el triunfo final de los buenos sobre los malos y la derrota eterna de Belial. Toda esta trama está en consonancia con la doctrina que subyace en el NT; lo que no está de acuerdo con la ortodoxia de la Iglesia es el midrash que hacen los esenios. Es aquí donde tienen que intervenir los redactores del NT, quienes sí le hacen el midrash correcto a esta realidad de lucha que se nos presenta en dicho libro.

      Una vez visto lo relacionado con este libro, La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas, es menester comentar otro de los libros de la producción literaria esenia.

       La Regla de la Comunidad o Documento de Damasco

      La Regla de la Comunidad57 o Documento de Damasco es un manual de disciplina58 que regula hasta los más mínimos aspectos de la vida comunitaria de los miembros de la secta de los esenios. Representa el legalismo en su máxima expresión59 y ¡ay de aquel individuo que fallara en una sola prescripción! puese volvía reo de culpa y, por lo tanto, sujeto a una pena. La estructura jurídica de esta manual era la siguiente: (1) Normas de acceso a la comunidad, (2) Normas de comportamiento,60 (3) Formas en las que se organizaba el grupo, (4) Las penas que se aplicaban a los infractores y (5) Los himnos.

      En este interesante manual de disciplina encontramos una teología sólida, que es una síntesis de la efervescencia literaria del PI y que influye, no solamente en la mente de personajes como Juan el Bautista, sino en el pueblo y los redactores de los evangelios. Entre las doctrinas teológicas que encontramos en este tratado se puede mencionar el dualismo, la predestinación, los ángeles buenos y malos, el doble mesianismo, la importancia del sacerdocio, inter alia.

      El dualismo esenio afirma que Dios era el creador y que había puesto en el hombre dos espíritus: uno de verdad y otro de mentira. El hombre tiene que decidir cual de los dos espíritus sigue. El que sigue el espíritu de verdad tiene una vida de gozo y vida eterna, en contraste con el que sigue la mentira, que es castigado en el fuego eterno. Los espíritus están en lucha hasta que Dios venga y el espíritu de mentira sea arrancado del hombre recto.61

      Este dualismo esenio no está alejado del espíritu de la teología cristiana que nos habla de los dos hombres. Pablo, por ejemplo, menciona el dualismo de anthropos sarkinos y el anthropos pneumatikos, es decir, el hombre carnal y el hombre espiritual, o del hombre nuevo y el hombre viejo. La exhortación paulina es despojarse del hombre viejo que representa el pecado porque el final de este es la muerte. Un sector muy importante de los cristianos, al igual que los esenios, cree que esta lucha solo puede ser erradicada o con la muerte o con la parusía del Señor.62

      En relación con la predestinación. En el 1QS 3,15-17 se afirma que Dios ha creado todo con un plan concreto en mente conocido como el espíritu de verdad, donde Dios elige a los hijos de la luz para una alianza eterna. Este plan preconcebido lleva al mundo hacia un final que es inevitable. Existe una contradicción cuando afirma que el hombre puede elegir el camino del bien por el que podría alcanzar la libertad humana.63

      La predestinación o el determinismo —como también se le llama— es una doctrina inherente a la fe judía y cristiana. La elección de Abraham y su descendencia y el pacto hecho con estos está en consonancia con esta doctrina que aparece plasmada en el NT donde queda claro que el Dios creador hizo todo con un propósito y que todo obedece a un plan que Él mismo ha diseñado, donde no existen las coincidencias ni los accidentes, sino la realidad de un determinismo puro.

      En relación con el fin del mundo, en el 1Q 4,15-26 se puede ver que los esenios esperaban el fin de los tiempos, momento en que Dios hará desaparecer el espíritu de mentira representado por Belial, que es el gobernador del mundo. En el 1Q 1, 17-18; 2,19 habla del juicio en el cual los elegidos serían purificados del espíritu de mentira y pasarían a vivir en la presencia de Dios eternamente, y los no elegidos, que recibirían la condena en el fuego del infierno. En el 1QS 5,12-13 se señala que la condena es eterna, aunque en 1Q 4,14; 5,13 parece tener un fin de destrucción.64

      Al efectuar una revisión de la doctrina escatológica esenia podemos ver mutatis mutandi, una concordancia con lo que Jesús dice en los sinópticos, con lo que Pablo expone en sus cartas y con lo que nos revela el Apocalipsis: que habrá un juicio en el cual se realizará una separación del bueno y del malo, unos disfrutaran de la gloria y otros del infierno; en el NT esta doctrina está muy bien establecida.

      Y, finalmente, es muy importante traer a la atención del lector el concepto de Mesías que tenían los esenios.

      Este documento nos muestra la creencia de los esenios en la existencia de dos mesías (1QS 9,11), un mesías sacerdote y otro de origen real.65 En el 1QSa2, 11 se específica que el mesías sacerdotal está por encima del mesías real. Es importante señalar que en el Testamento de los Doce Patriarcas se habla de los dos mesías también.

      De la vasta literatura esenia,66 los dos documentos que hemos analizado son suficientes para mostrarnos el pensamiento teológico de esta secta que se divorció del mundo socioreligioso de su época y se enclaustró en un área geográfica cercana al mar Muerto: las cuevas de Qumrán. Los esenios hicieron su propio midrash de los libros del AT que hoy son considerados canónicos y de los pseudoepígrafes para originar su propia literatura, que a decir verdad, no presenta mayores diferencias ni con la literatura del PI ni con la literatura cristiana propiamente dicha. Los temas teológicos que se manejaban en esa época: Mesías, juicio, infierno, ángeles, destrucción del poder de los gentiles, entre otros,son comunes al halaká de cualquiera de los grupos religiosos de la época. Claro está que cada midrash hace aportes nuevos, y de esto se valieron los redactores del NT para efectuar un midrash partiendo de todo este milieu literario y poner a Jesucristo en el centro del universo. Es en realidad la figura de Jesucristo como el Mesías lo que le da un giro único a la literatura cristiana. Como es obvio, este midrash fue enfáticamente rechazado por el judaísmo hasta el día de hoy y por todos aquellos grupos que no aceptaron la mesianidad de Jesucristo. En conclusión, existe una conexión


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