Querido Timoteo. Группа авторов
y la oración. Con regularidad y fanfarronería se mercadean sermones “poderosos” y programas “garantizados”. Un hombre con poco de ingenio, aun menos integridad y buenos recursos financieros puede mantenerse bien abastecido de un constante flujo de ese tipo de recursos. Pero él niega su llamado al vivir del trabajo de otros en lugar de hacer por si mismo la obra del ministerio.
Un Ayudador
Además de estos cuatro llamados en mi vida, también estoy involucrado en ayudar en otras causas de valor. Mi trabajo con el ministerio Founder Ministries (la edición del Periódico Founders, otras publicaciones, etc.) y mi participación en conferencias para pastores locales son todos importantes. Tú probablemente no has tenido mucho tiempo para estar muy involucrado todavía en el compañerismo con los pastores locales. Espero que no descuides hacer esto. No es sólo que el compañerismo será bueno para ti (aun cuando no te gusten algunos programas y planes que son promovidos), sino que también necesitas reconocer que Dios te ha dado dones en formas que pueden ser una bendición a tus colegas pastores.
Por ejemplo Timoteo, aprovecha el hecho que Dios te ha dado tanto el amor como la oportunidad de comprar muchos buenos libros. Tú puedes ser una gran bendición a otros pastores (y a sus congregaciones) simplemente buscando y aprovechando las oportunidades de recomendar buenos libros. No asumas que todos están tan familiarizados como tú con comentarios sanos, biografías inspiradoras y buenos textos de teología. Sin ser entrometido, trata de animar la lectura de buenos libros.
No dudes que otras oportunidades más amplias de ministerio vendrán a ti en su tiempo. Espero que estés abierto a ellas y que las veas como maneras en las que puedes ser útil en el gran trabajo del reino. Pero en términos de prioridades te animo a mantenerlas clasificadas bajo las cuatro cosas que anteriormente mencioné. Trato de mantener esto en mente yo mismo, y cuando lo hago, me evito muchos dolores de cabeza y confusión.
Manteniendo el Equilibrio
¿Como funcionan estas prioridades? Bueno, los que me conocen mejor son los que fácilmente pueden testificar que no siempre practico lo que he escrito aquí. Aunque mi deseo e intención es nunca desviarme, he tenido que hacer correcciones repetidamente a la mitad del camino durante los años. Pero eso es lo valioso de tener claramente las prioridades definidas. Proveen un mapa confiable para hacer tales ajustes.
Cada prioridad descansa sobre la que le precede. Es decir, es solo en la medida en que soy fiel a las prioridades más altas que puedo honestamente conectarme con las otras, que son más bajas. Por ejemplo, quiero ser fiel en mi trabajo con los ministerios Founders Ministry. Pero no puedo ser fiel, sin importar su éxito por medio de mis esfuerzos, si hago este trabajo a expensas de mis responsabilidades pastorales en la iglesia, Grace Baptist Church. Si mi labor con Founders u otro ministerio más amplio me impide ser un pastor fiel en la iglesia local en la que sirvo, entonces necesito librarme de esos trabajos más amplios. .
No es necesaria esta labor en otros ministerios para desarrollar mis trabajos pastorales fielmente. Pero, no puedo ser un pastor fiel si descuido las prioridades más altas de cuidar a mi esposa y mis hijos. De hecho, de acuerdo a 1 Timoteo 3:4-5, un hombre es descalificado si ese descuido caracteriza su vida. El debe ser un hombre que “gobierne bien su propia casa, tener sus hijos en sumisión con toda reverencia (por que si un hombre no sabe como gobernar su propia casa, ¿como puede apacentar la iglesia de Dios?).”
Además, no puedo ser un padre fiel si le fallo a mi esposa como esposo. Por lo contrario, una de las mejores cosas que puedo hacer por mis hijos es amar muy bien a su madre. No importa que tan buen padre pueda pensar que soy, si no demuestro un amor como el de Cristo por mi esposa, estoy haciendo un grave perjuicio a mis hijos. Parece que si el enemigo no puede engañar a los padres en descuidar a sus hijos, los tentara para convertir a los hijos en el centro de su atención. Mis hijos tienen que aprender desde temprana edad que su madre tiene el lugar más alto en mis afectos que ellos. Esto no es despreciarlos. Más bien al conocer su lugar en el hogar que Dios ha ordenado, llega a ser un fundamento de seguridad para ellos.
Tal como no puedo ser un ministro verdaderamente útil fuera de mi iglesia local si no estoy siendo un pastor fiel, y no puedo ser un pastor fiel si no estoy siendo un padre responsable, y no puedo ser la clase de padre que debo ser si no amo sinceramente a mi esposa, tampoco puedo ser un esposo fiel si descuido mi relación con Cristo. Como ya he sugerido, todo lo demás se origina esta raíz principal.
Todas estas prioridades se relacionan una con la otra como si fueran los niveles de una pirámide. A cada una le puedo asignar la atención debida, siempre y cuando la mantenga en su lugar apropiado. Pero cuando una prioridad más baja salta por encima de una más alta, entonces estoy llevándome a mi mismo a una vida inestable. Es espiritualmente desastroso el colocar a mi esposa por encima de mi Señor, o a mis hijos por encima de mi esposa o a mi ministerio pastoral por encima de algunos de estos tres. No es menospreciar a la iglesia que sirves el clasificarla como de una importancia menor después de tu devoción a Cristo y a tu familia. Al contrario, la iglesia obtendrá más de lo que necesitan de ti cuando tú ministres con un compromiso deliberado de acuerdo a estas prioridades.
Como mencioné, no siempre mantengo estas prioridades en un balance correcto, pero en mi vida, las he convertido en una meta fija. Al recordar las prioridades de estos llamados, estoy más apto para establecer y mantener el balance de mis obligaciones. Quizás la disciplina más útil para facilitar este equilibrio es aprender a decir, “no.” Spurgeon dijo que para un ministro, ¡aprender a decir “no” tiene más grande valor que el aprender Latín! Tenía razón. Sin importar cuanto trate de hacer el pastor, siempre habrá más. A menudo encuentro cosas muy buenas que están gritando por mi atención, y se deben dejar de hacer para ocuparme en aquello que es mejor. Cuando un pastor tiene que hacer estas difíciles decisiones, debería hacerlas basándose en la prioridad de sus llamados. Entonces puede animarse en saber que ha actuado por fe basado en los deberes que Dios ha puesto en su vida.
Timoteo, oro para que Dios te ayude a comprender firmemente tus prioridades mientras aun eres joven en el ministerio. Dale mis gratos saludos a María y a tu pequeño. Sigue adelante en tu buen trabajo.
En Cristo,
Tom
PS, te recomiendo mucho los siguientes tres libros:
1. Hermanos, No Somos Profesionales, por John Piper (Viladecavalls, España; Editorial CLIE, 2006).
2. The Christian Ministry, [El Ministerio Cristiano], por Charles Bridges (Edinburgh: The Banner of Truth Trust, 1980).
3. Discursos a Mis Estudiantes por Charles H. Spurgeon (N. Bergen, NJ; Publicaciones Aquila, 2014).
Capítulo 2
Ten Cuidado de Ti Mismo
Conrad Mbewe
Querido Timoteo,
Estoy emocionado por ti, por el inicio de tu nuevo pastorado. Estaba yo pensando mucho acerca de lo que el Señor tiene preparado para ti. Recuerdo hace algunos meses cuando había varias iglesias llamándote para tomar sus pastorados. Estaba muy ansioso por ti porque una elección errónea podía traerte resultados muy costosos. Estoy feliz que al final aceptaste el llamado de la Primera Iglesia Bautista. Humanamente hablando, tienes el perfecto ambiente para alguien que está empezando su pastorado. Durante los pasados seis meses en que has iniciado tu nuevo ministerio, te he mantenido en oración. He orado para que el Señor te dé un ministerio largo y fructífero. Mientras oraba, ha nacido en mi corazón una carga de escribirte unas cuantas palabras de consejo. Si no fuera por el hecho que te conozco hace muchos años, lo que estoy a punto de escribir parecería presuntuoso. Sin embargo, debido a que nos hemos unido tanto en los últimos diez años de conocernos, dudo que lo tomes como ofensa el darte un consejo desde mi corazón en una ocasión como esta. En algunas áreas seré muy personal, sabiendo que tu sobrellevaras mi agudeza en el espíritu de las Escrituras cuando dice que, “Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece” (Proverbios 27:6).
Como he dicho antes, y no titubearé en decirlo de nuevo, tu nivel de talento en el manejo de la Palabra ciertamente está