Querido Timoteo. Группа авторов

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liderazgo espiritual personal es un fundamento para tu familia. Deuteronomio 6:5-7 dice esto bien claro: “Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón.”

      Tu familia debe ver las riquezas de tu caminar espiritual fuera de tus deberes ministeriales. Tu gozo en Cristo, tu vitalidad como un hombre de Dios, tu amabilidad ante la oposición, tu claro enfoque en la gracia de Cristo (no solo en el perdón sino también en el fortalecimiento) serán los lentes a través de los cuales ellos verán tus esfuerzos para ministrarles la gracia de Dios.

      Diariamente, introduce a tu esposa e hijos en lo intimo de tu consuelo y fortaleza en Cristo. Permite que te vean leer y meditar la Palabra de Dios. Que te vean como un hombre de oración y humilde debilidad delante de un Dios de poder. Nada le dará a tu familia un sentido de bienestar como tu amor y devoción a Dios.

      Otro aspecto importante del liderazgo espiritual es el comunicar a tus hijos una imagen acertada del mundo. Deuteronomio 6 también habla de esto en forma penetrante:

      “…estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes.”

      Tus hijos necesitan entender la naturaleza de la realidad. Más allá y debajo de este mundo de vistas y sonidos hay un mundo de realidades espirituales que le da significado al mundo que vemos y tocamos. Ese árbol en el patio que da sombra y cobijo a las aves y ardillas y que es un lugar para escalar y hasta sirve para construir un fuerte, existe por la voluntad del Dios invisible. Es su creación. Existe como un himno de alabanza a su creatividad, sabiduría y talento. Nos lo ha dado para disfrutarlo, de forma que conozcamos sobre él, le adoremos y le gocemos. Mira, Timoteo, uno no puede verdaderamente entender el árbol sin atisbar lo invisible en lo visible.

      Ayudar a los niños a comprender la naturaleza de la realidad requiere imaginación. Nuestros hijos deben ver lo invisible. Nosotros los cristianos somos un Pueblo, cuyo compromiso con el mundo invisible de la realidad espiritual controla nuestra respuesta e interpretación de lo que sí vemos.

      La palabra “imaginación” no se usa en Deuteronomio 6, pero usar la imaginación es esencial. Tu hijo vendrá a ti y preguntará, “¿Qué significan los testimonios, estatutos y decretos que seguimos?” (Deut 6:20). Para responder a esta pregunta, el padre debe capturar la imaginación del hijo con eventos del pasado, con la esclavitud en Egipto y la osada y maravillosa liberación por medio del brazo extendido del Señor. ¿Pueden ser contadas estas historias de maneras que impresionen a los hijos sin apelar a su imaginación?

      El capturar la imaginación de tus hijos les ayudará a ver lo invisible. Eugene Peterson lo dice así:

      La imaginación es la capacidad de hacer conexiones entre lo visible y lo invisible, entre el cielo y la tierra, entre el presente y el pasado, entre el presente y el futuro.12

      Piensa en esta tarea de ayudar a los hijos a ver la naturaleza de la realidad como instrucción formativa. Les estas dando formas de pensar y entender su mundo, que están fundadas en la Biblia. Nuestros hijos no basan su vida en los eventos y circunstancias de esta vida, sino en como los interpretan y responden a ellos. La clave de la interpretación es el ser y existencia del Dios vivo y verdadero.

      Todos los días, pasa tiempo en la Palabra junto con ellos. Ayúdalos a ver las glorias y maravillas de Dios. El salmo 145 provee una descripción maravillosa de este aspecto del ser padres, “Generación a generación celebrará tus obras y anunciará tus poderosos hechos. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia.” (Salmo 145: 4, 7). Tus hijos están hechos a la imagen de Dios; están diseñados para la adoración; ayúdalos a ser maravillados por Dios.

      Naturalmente, tienes que adecuar los tiempos de adoración familiar a las limitaciones conceptuales y físicas de tus hijos. Sé fiel en la adoración familiar y asegúrate que conecte a tus hijos al mundo invisible de la realidad espiritual. Es lo invisible y eterno lo que nos permite interpretar con exactitud lo visible.

      Sé un Esposo y un Padre

      No tengo que recordarte Timoteo, que debes entregar tu vida por María. En Efesios 5:25, Dios te llama a amar a María con el mismo amor sacrificial que llevó a Jesús a ofrecer libremente su vida por la iglesia.

      El ser tu esposa ha puesto muchas presiones en la vida de María. Ella vive en una vitrina. Se espera mucho de ella. La gente la mira a ella, para poder entender intuitivamente sus propias esperanzas, sueños y temores. Ella debe estar dispuesta a dar un consejo sabio o simplemente a escuchar con atención. Otras mujeres la miran como si fuera una colección de consejos para vivir exitosamente. Otros esperan que ella dé validez a sus vidas. Otras le tendrán envidia o la ignorarán. A la menor indicación, ella debe tener listo el hogar para la hospitalidad. Cada momento en la crianza de tu hijo está sujeto al escrutinio de los ojos analíticos de un critico o de un imitador. Ella se apuntó para todas estas presiones cuando se volvió la esposa de un pastor.

      María necesita un esposo. Necesita un hombre que este casado con ella, no con la iglesia. Ella está diseñada para florecer bajo el cuidado de su esposo. El apóstol inspirado, Pedro, dice que debes darle honor, vivir con ella sabiamente. Pedro dice que a medida le das honor como el vaso más frágil, tu vida de oración prosperará.

      Lee la Biblia y ora con María todos los días. Toma un tiempo todos los días para pastorearla. Dale oportunidad para hablarte de sus preocupaciones, dudas y preguntas así como de sus sueños, metas y alegrías. Métete dentro de estas cosas. Facilita la conversación haciéndole saber que las cosas que la conmueven, también te conmueven a ti. Ayúdala a encontrar refugio y esperanza en la gracia de Cristo. Recuérdale que Gracia significa más que perdón; también significa fortalecimiento.

      Deléitate en ella, nota su nuevo peinado o su nuevo vestido, tomate el tiempo para mirarla a los ojos todos los días, como lo hacías cuando recién se habían enamorado. Expresa tu gratitud por la manera amable en que María atiende y hace sentir como de la familia a los huéspedes. Hazle saber que te agradan sus esfuerzos en embellecer el hogar. Una esposa es como una flor llena de vida. Florecerá con un hermoso color llenando la habitación con un aroma agradable de gozo a medida tú creas un ambiente que anima el crecimiento. Llena su vida con luz de sol, a medida te deleitas en ella y la riegas con un tratamiento amable y tus oraciones. Cuando la cuidas a ella, estás cuidando a la iglesia.

      Cuando Pedro habla de la esposa como el vaso más frágil, está declarando que Dios ha ordenado que sea el esposo el que realice el levantamiento de cargas pesadas en la familia. El está hablando, no simplemente de llevar las bolsas de las compras u otros paquetes, sino de que el hombre debe ser el llevador de las cargas. Los pesos pesados de las cuestiones familiares, la educación de los hijos, las preocupaciones y cosas de la iglesia, las limitaciones económicas de estar viviendo con el salario de un pastor, todas estas cosas deben ser cargadas por el hombre de la casa. Claro que ella las compartirá contigo, pero eres tu el que debe cargar con lo pesado. Su conciencia de las cargas de la vida no la derrotará si sabe que tú, como un hombre digno, estas compartiendo la carga.

      Sé que ya sabes estas cosas y estás bien establecido en estas verdades, pero como Pedro, te estoy motivando a recordar (2 Pedro 1:12-13).

      Al amar y proteger a tu esposa, creas un ambiente estable y saludable para tus hijos. Recuerdo que mi hija, Heather, se acercó a mi una vez cuando era muy pequeña. Me dijo: “Papi, soy feliz porque me amas”. Yo respondí jugando: ¿Cómo sabes que te amo? Y ella contestó con mucha más sabiduría que la de sus siete años: “porque amas a mami”. ¡Oh, que pudiera grabar esa comprensión en la mente de cada esposo y padre! El amar a tu esposa hace que tus hijos se sientan amados.

      A decir verdad, lo opuesto también es verdad. El amar a tus hijos hace que tu esposa se sienta amada. Recuerdo una noche cuando los niños eran muy pequeños, estaba gateando en el suelo jugando con ellos. De la nada, Margy se acercó desde atrás y me rodeo con sus brazos diciendo “te amo tanto”. Yo respondí, “bueno, yo te amo también, pero ¿por qué esta muestra de amor? Ella respondió “Simplemente


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