Tratado de natación. José Mª Cancela Carral

Tratado de natación - José Mª Cancela Carral


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a la calma.

      10 Principio del entrenamiento a largo plazo.

      11 Principio de acción inversa.

      12 Principio de continuidad.

      13 Principio de la sobrecarga.

      14 Principio de adaptación.

      Este principio contempla una preparación y conducción del entrenamiento y una actividad tal entre el entrenador y sus alumnos que permitan a cada deportista saber por qué y para qué actúa. Del principio del consciente se desprende la siguiente regla: el nadador debe conocer el resultado de su actividad, así como la valoración que se le da a los ejercicios realizados. Cuando un nadador, después de realizar un ejercicio de técnica de un estilo, analice sus movimientos, juzgue sus errores y sepa cómo superarlos, está en condiciones de repetir el ejercicio con más éxito. Este conocimiento de resultados se efectuará tanto en fase de aprendizaje como a lo largo de cualquier ejercicio de entrenamiento. Ritter y Reh (1971) sugieren que pueden derivarse de este principio las siguientes reglas:

      • El entrenador debe elaborar los objetivos del entrenamiento junto con los deportistas.

      • El deportista deberá participar activamente en la planificación de los programas de entrenamiento.

      • El deportista debería pasar continuamente tests y controles con el fin de obtener una información más objetiva de su progreso.

      • El deportista debe introducir entrenamientos sin la supervisión del entrenador.

      Es necesario exponerse a un desarrollo multilateral con el fin de adquirir los fundamentos para una especialización posterior, en el momento adecuado y nunca de forma prematura. Una base multilateral amplia de desarrollo físico es uno de los requerimientos básicos necesarios para alcanzar un nivel altamente especializado de la preparación física. El principio de desarrollo multilateral comprende la interdependencia entre todos los sistemas y órganos humanos y entre los procesos fisiológicos y psicológicos. Los grupos musculares, la flexibilidad de la articulación, la estabilidad y la activación de todas las partes que están afectados por los futuros requerimientos del deporte seleccionado deben ser el punto principal de atención.

      Se refiere a la aplicación de ejercicios específicos en el entrenamiento de un deporte determinado. Esta aplicación lleva consigo unas alteraciones morfológicas y funcionales del organismo, altamente relacionadas con aspectos fisiológicos, técnicos, tácticos y psicológicos.

      Sin embargo, la relación entre entrenamiento multilateral y entrenamiento especializado tiene que ser cuidadosamente planificada. Actualmente, existe la tendencia a bajar la edad de maduración atlética, con las consiguientes consecuencias que esto trae consigo: por un lado, rápidos éxitos deportivos, pero, por otro, la reducción de la capacidad de trabajo, el agotamiento del sistema nervioso central y otras alteraciones funcionales.

      Cada persona responde de forma diferente al mismo entrenamiento por alguna de las siguientes razones:

      1 Herencia.

      2 Maduración.

      3 Nutrición.

      4 Descanso y sueño.

      5 Nivel de condición.

      6 Motivación.

      7 Influencias ambientales.

      Según Ozolin (1983), «el principio de individualización exige que los objetivos y tareas de la preparación del deportista se seleccionen teniendo en cuenta el sexo y la edad de los practicantes, el nivel de sus objetivos y tareas de las posibilidades funcionales, su preparación deportiva y estado de salud, teniendo en cuenta las peculiaridades de su carácter, las calidades psíquicas, etc.».

      La base fundamental para realizar este principio es la confección de planes individuales de entrenamiento.

      El entrenamiento contemporáneo exige muchas horas de dedicación. Un alto volumen de entrenamiento conlleva que ciertos elementos técnicos o ejercicios sean repetidos muchas veces. Esto conduce a la monotonía y al aburrimiento, lo cual es más determinante en aquellos deportes, como la natación, en los que predomina el factor de resistencia y el repertorio de elementos técnicos es mínimo.

      La necesidad de adecuar los entrenamientos a los requisitos, características y particularidades de la competición hace posible optimizar el sistema de entrenamiento. Esto se hace mediante la modelación, es decir, la imitación, la simulación de la realidad. El modelo debe ser sencillo y realista, incorporando sólo aquellos elementos de entrenamiento que sean idénticos a la naturaleza de la competición.

      Llamado también principio de aumento progresivo de la carga de entrenamiento o principio de la gradualidad. Marca la elevación gradual de las cargas en el entrenamiento, el aumento del volumen y la intensidad de los ejercicios realizados, la complejidad de los movimientos y el incremento de nivel de tensión psíquica.

      El ritmo de mejora va unido al ritmo y forma de aumentar la carga en el entrenamiento. Debe tenerse en cuenta que cuando las cargas se mantienen iguales, éstas pierden paulatinamente su efecto de entrenabilidad.

      La carga debe ser mayor y más intensa a medida que aumente la capacidad de rendimiento. Sin embargo, se ha comprobado que en los jóvenes se logra una adaptación más estable y, por consiguiente, un mayor aumento del rendimiento cuando se aumenta progresivamente la carga y se utilizan las reservas para entrenar más (Harre, 1973).

      Las medidas más importantes a aplicar son:

      • Aumento de la frecuencia de entrenamiento.

      • Aumento del volumen de carga por unidad de entrenamiento con igual intensidad de estímulo.

      • Aumento de la intensidad de estímulo en la unidad de entrenamiento.

      Los efectos son específicos del tipo de estímulo de entrenamiento que se utilice en las tareas, del sistema de energía, del grupo muscular y del tipo de movimiento de cada articulación. El rendimiento mejora más cuando el entrenamiento es específico de la actividad. Correr no es la mejor preparación para nadar, y viceversa.

      El calentamiento debe preceder toda actividad intensa con el fin de:

      • Aumentar la temperatura corporal.

      • Aumentar el ritmo de respiración y del corazón.

      • Prevenir lesiones.

      La vuelta a la calma es tan importante como el calentamiento. Una ligera actividad después del trabajo intenso favorecerá la acción de bombeo de los músculos sobre las venas, ayudando a que la circulación transporte los productos de desecho en sangre.

      No se debe acelerar el proceso de entrenamiento. Mucho entrenamiento demasiado pronto puede llevar al fracaso por causas físicas y/o psicológicas. El buen camino se basa en un programa de entrenamiento a largo plazo, sin presiones ni especialización prematura.

      Los efectos del entrenamiento son reversibles. La mayoría de las adaptaciones que se logran en muchas horas de trabajo pueden perderse. Se necesita tres veces más tiempo para ganar resistencia


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