Tratado de natación. José Mª Cancela Carral
se pierden, se tendrá que emplear un tiempo considerable para recuperar lo perdido en vez de para mejorar.
2.12. Principio de continuidad
Este principio está basado en la necesidad de acciones repetidas para mejorar el rendimiento bajo la influencia del entrenamiento. Sólo la repetición garantiza la fijación de los hábitos y conocimientos, la estabilidad de la técnica y los resultados deportivos, y la adquisición de experiencias. Sin repetición de las sesiones de entrenamiento, de ejercicios físicos y de otro tipo, no puede haber desarrollo ni perfeccionamiento en dicho deporte.
2.13. Principio de sobrecarga
La base de este principio es que las adaptaciones tienen lugar sólo cuando las demandas del entrenamiento son mayores que las demandas normales que se producen en un mecanismo fisiológico en particular, en otras palabras, cuando el mecanismo concreto está sobrecargado. Por ejemplo, cuando el entrenamiento crea una demanda de mayores cantidades de metabolismo aeróbico, las mitocondrias musculares aumentarán de tamaño o número hasta cubrir la demanda.
Este principio, aunque simple en definición, es bastante complejo en la aplicación, porque aunque las demandas de entrenamiento deben ser suficientes para estimular la adaptación, no pueden ser excesivas ya que el efecto del entrenamiento se perderá a causa de una lesión o sobreentrenamiento. Si la cantidad de sobrecarga excede la tolerancia de un sistema fisiológico en particular, ese sistema simplemente acabará averiado.
2.14. Principio de adaptación
El propósito de los programas de entrenamiento es producir adaptaciones metabólicas, fisiológicas y psicológicas que les permitan a los nadadores rendir más. El término adaptación está relacionado con cambios que ocurren en respuesta al entrenamiento. El proceso de entrenamiento se produce en parte por un incremento de las mitocondrias musculares. Cuando el entrenamiento incrementa la demanda de energía aeróbica, el número y tamaño de las mitocondrias musculares aumenta; por lo tanto, esas «factorías químicas», en las que tiene lugar el metabolismo aeróbico, se vuelven más grandes y numerosas. Esto le permite al atleta disponer de más energía por el metabolismo aeróbico, por el que puede nadar más tiempo sin cansarse.
El proceso de adaptación tiene lugar cuando los tejidos son estimulados al máximo, o casi. Esta estimulación causa algún catabolismo, o destrucción de tejidos, durante el trabajo. Sin embargo, esos tejidos serán reconstruidos para que sean más grandes, más fuertes y más funcionales durante el período de recuperación, si hay suficientes nutrientes disponibles. El proceso de reparación se llama anabolismo. Siempre habrá un equilibrio entre los procesos anabólicos y catabólicos durante el entrenamiento. Si el entrenamiento no es lo suficientemente intenso como para causar algún catabolismo, no habrá estimulación para la reconstrucción. Por otra parte, si el porcentaje de catabolismo excede al de anabolismo, los sistemas fisiológicos del atleta se deterioran con el tiempo, y con ello sus resultados.
Hay tres pasos, por lo menos, en el proceso de adaptación:
1 Crear la necesidad de un mayor aporte de energía para el entrenamiento.
2 Aportar los nutrientes necesarios para reconstruir y reparar los tejidos.
3 Darles a los atletas el tiempo necesario de descanso para construir y reparar los tejidos.
Finalmente, una vez que el proceso de adaptación ha sido completado, será necesario incrementar la duración y/o intensidad del entrenamiento para crear mejores adaptaciones.
capítulo 2
Camiña Fernández, Francisco
Cancela Carral, José Mª Pariente Baglietto, Sonia
El coste energético de la natación
1. INTRODUCCIÓN
La acción de desplazarse en el medio acuático es efectuada gracias a las contracciones voluntarias de la musculatura. A su vez la musculatura se contrae gracias a la liberación de energía almacenada en ciertos compuestos químicos presentes en el cuerpo. La energía proporciona la fuerza necesaria para el nado, sin energía el músculo no se contrae y por lo tanto no nos podremos desplazar. Este capítulo realiza un breve análisis de los diferentes medios fisiológicos que proporcionan energía para efectuar la contracción muscular.
2. METABOLISMO DE LA ENERGÍA. FUENTES ENERGÉTICAS
El término metabolismo hace referencia al proceso de almacenar y liberar energía procedente de nutrientes químicos. Por otra parte, el término energía es definido como la capacidad de realizar un trabajo. La principal fuente de energía es el sol, que irradia energía a la tierra. Cuando la energía alcanza las plantas, es transferida a ellas y almacenada como energía química a través de la fotosíntesis. Cuando comemos estas plantas o la carne de los animales que las comieron, almacenamos esa energía dentro de nuestros cuerpos para usarla más tarde. La energía se almacena en las plantas y en los animales en forma de hidratos de carbono, grasas y proteínas. Al ser descompuestos por nuestro organismo, estos sustratos energéticos producen niveles bajos de energía, inadecuados para la actividad muscular. En cambio, las células convierten estas fuentes de baja energía en un compuesto de alta energía (ATP) que provee la inmediata actividad muscular.
El ATP es un elemento químico presente en las fibras musculares. Este compuesto molecular está representado por una molécula de creatina (C) y una de fosfato (P), que constituye la fuente más rápida para administrar ATP. La PC (fosfocreatina) se utiliza para reconstruir la molécula de ATP, manteniendo un suministro relativamente constante de esta fuente energética.
2.1. Glucógeno
Representa la fuente de energía más rápida para administrar ATP. Tiene el inconveniente de ser una reserva de energía muy limitada; sólo se mantiene unos segundos durante la natación de máxima velocidad.
Figura 2.1.
Glucógeno
(Fruton y Simmonds, 1961).
Cuando la PC está casi acabada, los músculos deben obtener la energía y el fosfato que necesitan para reciclar el ATP de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.
2.2. Hidratos de carbono
Los hidratos de carbono (en forma de glucosa sanguínea y glucógeno muscular) suministran la energía primaria necesaria para formar ATP durante las competiciones de natación y los entrenamientos. La glucosa es el azúcar simple que se usa para reciclar ATP. Aunque parte de la glucosa se emplea directamente como combustible, cierta cantidad queda almacenada en las células musculares en forma de glucógeno, por lo que es fácilmente accesible para la producción de ATP. Cuando se inicia el ejercicio, el glucógeno se convierte otra vez en glucosa.
2.2.1. Ventajas
El glucógeno muscular es la fuente primera de energía para reciclar ATP en todas las pruebas de natación.
Después de la PC (fosfocreatina), es el recurso más rápido para reciclar ATP.
La energía procedente del glucógeno muscular puede ser utilizada más rápidamente que otros hidratos de carbono ya que se almacena en los músculos y no necesita ser transportada hasta ellos. La glucosa sanguínea y el glucógeno hepático reemplazan el glucógeno muscular durante el período de recuperación que sigue al ejercicio, permitiendo sustituir esta fuente de energía entre sesión y sesión de entrenamiento.
2.2.2. Inconvenientes
Tanto la glucosa sanguínea como el glucógeno hepático no juegan ningún papel a la hora de suministrar energía durante la competición.
Ambos pueden complementar al glucógeno muscular durante el ejercicio de resistencia, aunque no pueden reemplazarlo completamente. Sólo sirven como complemento, no como sustitutos