Santiago. Fragmentos y naufragios. . Luisa Eguiluz
sigue así vigente.
Fragmentos de cuerpo y de ciudad: Eugenia Brito
Eugenia Brito nació en 1950. Es poeta y ensayista. Académica de la Universidad de Chile. Presenta a la ciudad de Santiago como protagonista en su obra Vía Pública, aparecida en 198428, dedicada en primer lugar a la Virgen del Carmen, patrona de Chile; en segundo, a un soldado muerto en la Segunda Guerra Mundial, que le escribe una carta a Dios, (re)citada en el texto; y en tercer lugar, parafraseando un título de Eduardo Galeano, y así, de paso, instalando la intertextualidad propia de una escritura culta de la modernidad, a Las venas abiertas de América Latina.
La primera dedicatoria de Vía Pública ofrecida a la Virgen del Carmen adelanta ese ámbito simbólico en que se mueve el texto.
En el primero de los poemas, “Parque Central”, se da una estructura de cruces entre expresiones contrapuestas, antitéticas y que, a la vez, logran amalgamarse en una analogía.
Abandonada de ti, te llevo en mí como la antigua Venus su belleza en los brazos rotos sabiendo que al final de mí me esperas tú para cortármelos.
Fuera de ti (en el exilio afectivo), abandonada. La situación enunciativa se funde con el estado de ánimo, mostrando un polo a través del participio, y en el otro, el presente vivo “llevo”. Fuera de algunos ecos que traen los finales de versos: ti y mí del conocido soneto atribuido a Santa Teresa: “Vivo sin vivir en mí (…)” y de un parentesco mistraliano, se usan versos impares que le confieren una alta musicalidad y ritmo. Muy interesante es cómo se reconstruye una sutil, pero no por eso menos efectiva relación de los tres momentos de la temporalidad: el pasado del participio “abandonada”, el presente “llevo” y el futuro implícito en “al final de mí me esperas tú para cortármelos”. Por otra parte, el corte nos remite a la carencia, a lo que falta, al cuerpo mutilado.
La Virgen del Cerro, monumento erigido en 1929, es una estatua hueca, por tanto, carente de materialidad interior. Pero esa misma oquedad, con el procedimiento de inversión caro a Brito (no olvidemos sus constantes imágenes de espejo invertido, por ejemplo), se transforma o se trasviste de regazo acogedor, sobre todo de los sin voz.
Así, la estatua deviene cuerpo. Magda Sepúlveda vincula esto a la teoría feminista, uniendo la lucha política con la reivindicación de género29. Esto se produce, a juicio de Sepúlveda, con la sanación del cuerpo de la abandonada, unida a la recuperación de la Virgen como cuerpo. Su tesis apunta asimismo al rescate de mitos, de “saberes” indígenas para posicionarse contra las prácticas de la ciudad. Sabemos de la tentativa latinoamericana de tratar de fundir las dos herencias maternas: la de la Virgen católica hispana y la de la Pachamama, madre tierra de la vertiente indígena, en el llamado “marianismo”, tema tratado, entre otras investigadoras, por la antropóloga Sonia Montecino. Entonces, se encuentran también ideas de Montecino, en que la Virgen, al ser refugio de abandonados, lo es para los huérfanos de padre, un problema endémico que aquejaba (aqueja) a Chile desde los albores de su historia, motivo del libro De madres y huachos30.
La Virgen, construida, erigida e instalada por Brito a través de la escritura, cumple uno de sus propósitos, y, creo, el de muchas/muchos poetas de construir imaginarios y mundos más aceptables. En este caso se construye patria a través de la construcción de la ciudad de Santiago, que es parida por el cuerpo recuperado de una Virgen:
Parí entonces las suaves colinas de Santiago Que quisieron ser árboles del cielo. Parí a la insolente la sorprendida erótica nieve de los Andes.
Brito es una autora de gran nivel intelectual, premunida de las armas teóricas del estructuralismo, de la desconstrucción, de las teorías feministas, de las lecturas atentas de poesía de los grandes, a los cuales cita y con los que establece un diálogo extendido al lector para su recepción y complemento. Entre estos, Montale:
Y los ángeles serán imborrables erratas (En “Underground”, p. 11)
Y Mistral, cuyo epígrafe abre Filiaciones, reconociendo el vínculo con la poeta mayor.
En el Primer Congreso de Poesía Chilena, realizado en la Universidad de Chile, en noviembre de 2006, Brito, en su ponencia, se refirió a la literatura como un territorio en que la mujer “ha marcado lugar”. Insiste en la idea de la recepción, instaurando el cuerpo también en quien lee ese otro cuerpo incluido en la producción del texto.
Lo teórico, en ocasiones, permea el tejido escritural. Entre las imágenes, las intertextualidades y los procesos de identificación con el contexto histórico social de Chile, y particularmente de Santiago, que involucran sin duda al lector o a la lectora, aparecen de continuo los términos del feminismo, no menos que los de la modernidad y posmodernidad. Como ejercicio de análisis, pueden detectarse y cuantificarse como palabras clave.
En la frecuencia de palabras, lleva la delantera cuerpo, que en el texto “Diseños para un cuerpo ignorado” aparece cinco veces, incluyendo el título, en veintitrés versos.
Las partes del cuerpo, que unen a este con lo fragmentario son fundamentales, especialmente el ojo (la mirada), los brazos.
En el ámbito de la teoría del fragmento, también de alta utilización en las teorías acerca de la posmodernidad, y que encontramos en la escritura de mujeres, entresacamos: cortes, grietas, fragmentos, rupturas, residuos...
Estas perspectivas corresponden asimismo a la mirada de la sujeto sobre la ciudad. El cuerpo madre, el que parió las suaves colinas de Santiago, fue cortado, su boca fue cortada (“Historia”, p. 14):
Como la luz del día me fui llenando de grietas mis piernas conocieron infinitas historias también fui cortada Y así cortada Desmesuradamente abierta, el agua me penetró y Me penetró la luz
Como vemos, también los cortes se manifiestan en cortes en la espacialización de los versos.
Cabe hacer notar que la mayoría de las secciones del libro obedecen en su significación, a fragmentos o a sus separaciones. Nótense Muros, Fotografías (siempre encuadres o fragmentos de la realidad), Guiones (un fragmento de lo que ha de realizarse en el filme), “Diario de Estrella” (un tiempo en fragmentos). Especial significación tiene, a estos propósitos, para el tema de la ciudad, la parte dedicada a guiones, evidente en los títulos de algunos textos: “Guión del pensamiento desdibujado y sus fragmentos”, “Guión de los reencuentros fragmentados”. No se olvida que la Obra de los pasajes de Walter Benjamin, importante para la modernidad, que por lo demás quedó inconclusa a su muerte, estaba constituida por fragmentos.
La fragmentación, la falta de unidad de las partes o elementos de la ciudad que se vive dramáticamente en el período de la dictadura, se da claramente en la expresión poética de Brito en que la sujeto recibe la luz de los muertos y se hace voz (“Historia”, pp. 14-15). La ciudad florece en los labios del suicida. La ciudad aparece herida, es necesario envolverla en gasa, sanarla (“Guión del pensamiento desdibujado y sus fragmentos”, p. 63).
La experiencia urbana del desarraigo se encuentra por doquier: en las muertes, los suicidios, las desapariciones que van dejando a su paso los atropellos, las violaciones. Se da en el desencanto y en la búsqueda de escapes que la sujeto encontrará en los bares y en las calles. Esos espacios que, enfocados en la filosofía de Humberto Giannini, en La Reflexión cotidiana31, eran los espacios públicos del encuentro que se hacen aquí inhóspitos, la figura de luto de la hablante es negada por las vitrinas.