México obeso. Antonio López Espinoza

México obeso - Antonio López Espinoza


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APOVIAN, C. M., KUSHNER, R. F., ET AL. (2005). Obesity in older adults: technical review and position statement of the American Society for Nutrition and NAASO, The obesity society. Obes Res., 13(11), 1849-1863.

      WORLD HEALTH ORGANIZATION (WHO) (1997). The global epidemic of obesity. Geneva.

       (2000). Obesity: preventing and managing the global epidemic. Report of a WHO consultation. Technical Report Series, 894, 1-203.

      CAPÍTULO 4

      Entender la obesidad en México. Un acercamiento desde la perspectiva de la descolonización de los “cuerpos obesos”

      claudia rocío magaña gonzález

      nadia xochiquetzalli gonzález briseño

      juana maría meléndez torres

      fátima ezzhara houssni

      El presente capítulo aborda de una manera general la relación entre prácticas alimentarias y obesidad en México con la finalida de reflexionar sobre cómo es percibida la obesidad en un proceso que Gracia-Arnaiz (2007) denomina “la medicalización de la salud”. Particularmente, el proceso aquí descrito permite vislumbrar el origen de una serie de percepciones sociales negativas acerca de la obesidad, desvinculadas de sus significados culturales y que, en algunas ocasiones, se asume como parte de un sistema cultural homogéneo, mejor conocido como el paradigma biomédico. Para este capítulo las prácticas alimentarias son un aspecto constitutivo del sistema alimentario, por lo que se retoma el concepto que Silvia Carrasco (1992) propone:

      Un conjunto de normas y creencias que un grupo de personas comparten en relación con los alimentos y su manipulación, englobando las prácticas de decisión, elección, formas de almacenaje y preparación, orden y combinación de las comidas y formas de consumo, así como las pautas de organización, intercambio y participación individual o colectiva (p. 30).

      La importancia de utilizar dicha noción es que las prácticas “se construyen social y colectivamente a través de un proceso sociohistórico que distingue a cada grupo –o a cada clase– con base en su relación con el capital económico y el capital cultural que posee cada uno” (Baltazar-Rangel y Zárate, 2014: 64). Además, esta conceptualización pone de manifiesto que la alimentación contemporánea responde a una interrelación entre naturaleza y cultura, pero también incluye la variante política (Meléndez, 2014).

      Más adelante, en el segundo apartado, se describen los procesos de mercantilización y mundialización de la alimentación, los cuales han coadyuvado a la perpetuación de la obesidad como una enfermedad que recae sobre la capacidad de transformación del individuo y sus recursos, descontextualizado de sus sistemas sociales, así como de sus creencias y prácticas de salud (Ibáñez y Huergo, 2012). En dichos procesos sociales, tanto la obesidad como las prácticas alimentarias asociadas a esta epidemia reproducen un sistema de creencias e ideologías de poder, que desvinculan al ser humano de su cultura, su sociedad y el medio ambiente en el que se desarrolla.

      En el último apartado se propone repensar estas relaciones de poder (prácticas e ideologías de la alimentación) en el contexto de las poblaciones rurales mexicanas, a partir de entender los procesos de medicalización, mercantilización y mundialización de la salud y alimentación. Dichos procesos están interrelacionados y constituyen una paradoja en la cual los individuos quedan en medio de un entorno que estigmatiza al “obeso”, lo culpabiliza y lo considera enfermo. Aunado a ello, las políticas de salud están desarticuladas de las políticas económicas y que privilegian a la industria alimentaria (Chapela y Cerda García, 2010). A partir de algunas reflexiones propuestas por los estudios latinoamericanos sobre la descolonización buscamos repensar cómo los sistemas de creencias, prácticas, acciones, estrategias y tácticas de y sobre la salud en México, pueden articularse como sistemas integrados y complementarios, si eliminamos las dicotomías y oposiciones binarias que el modelo de pensamiento occidental propone. Como conclusión se habla de la importancia de reconciliar la mente y el cuerpo del individuo y eliminar la escisión de las colectividades y sus sistemas culturales, modelo de pensamiento que ha abordado el problema de la obesidad. La propuesta epistémica y metodológica reflexiona sobre la importancia de ubicar social e históricamente la obesidad en contextos particulares. Es posible que se puedan plantear soluciones de intervención y prevención en salud y alimentación más adecuadas para atender la obesidad en el México actual (Arispe, Mazorco y Rivera, 2007).

      La medicalización de los cuerpos obesos y sus análisis contemporáneos

      Hoy en día, la salud, la estética y el hedonismo, impregnan ideológicamente una parte importante del comportamiento alimentario contemporáneo (Meléndez, Cañez y Frías, 2012). Estas nociones dan cabida a una idea en la que los cuerpos obesos deben ser atendidos y modificados, ya que estos son percibidos como la antítesis de los valores orientados a la perfección corporal. Si se analiza lo anterior, podemos observar, por un lado, que en los actuales estilos de vida, tanto en los contextos urbanos como en los rurales, una gran cantidad de prácticas alimentarias y de salud que llevamos a cabo nos conducen a presentar estados de sobrepeso y obesidad; y por otro lado, están aquellas prácticas relacionadas con alcanzar y controlar un determinado peso corporal. Un tanto contradictorio.

      Así pues, dentro de las prácticas alimentarias relacionadas con el sobrepeso y la obesidad, se incluye un elevado consumo de alimentos densamente energéticos, a partir de grasas y azúcares principalmente, así como de alimentos industrializados y de comida rápida; y, de manera opuesta, un bajo consumo de alimentos ricos en fibra, como cereales, frutas y verduras, y de alimentos regionales y de preparaciones tradicionales. Todo ello, enmarcado en un entorno de inactividad física.

      En lo que corresponde a las prácticas alimentarias centradas en la reducción y el control de peso, destaca la restricción de uno o varios alimentos; el “eterno estar a dieta” que hace referencia a los múltiples cambios en el patrón de consumo de alimentos y el cual puede ser instruido por algún especialista en la materia, por recomendación de un amigo, familiar o conocido; o por voluntad propia, que puede incluir además el consumo de sustitutos alimenticios, así como alimentos “naturales” o producidos orgánicamente.

      Ahora bien, en cuanto a la actividad física que realizan algunas personas con sobrepeso u obesidad, se puede decir que hay un auge en diversas prácticas, tales como fitness, workout o danza, las cuales son adaptadas por el individuo debido a una condición física, médica o por alguna inconformidad personal que modifica su constitución corporal.

      Si bien este resumen descriptivo no es exhaustivo, sí nos muestra las tendencias generales en las cuales las personas realizan prácticas cotidianamente que les permiten controlar o no el incremento de su peso, aunado a que posibilitan vislumbrar las prácticas de decidir, elegir, almacenar y preparar los alimentos o combinar las comidas y sus formas de consumo (Carrasco, 1992). Es importante aclarar que el hecho de presentar una síntesis de esta naturaleza no permite entender del todo el significado y el contexto en el cual una persona decide, elige o prefiere realizar dichas prácticas; sin embargo, estos ejemplos de prácticas nos dan la opción de reconocer que la alimentación actualmente no está desvinculada de la salud, sino que, al contrario, existen en una relación estrecha que no puede ser separada en el individuo. Por lo tanto, para entender por qué en México se han incrementado las cifras de obesidad, es necesario conocer cómo se ha estructurado la noción de obesidad y cómo se ha visualizado desde la perspectiva medicalizada de la salud.

      La caracterización de la obesidad como una enfermedad y la relación entre alimento y salud pueden remontarse varios siglos atrás. Al respecto, Foz (2005) hace una síntesis histórica sobre la misma, donde destaca que Hipócrates señalaba que “la


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