1968: Historia de un acontecimiento. Álvaro Acevedo
en la emergencia de nuevos discursos, antes silenciados, los que tienen un lugar en la universidad brasileña.
A pesar de que es una hipótesis sugerente, el autor se limita a desarrollarla en el apartado de conclusiones, en tanto que dedica el grueso del artículo a construir el contexto mundial en varias dimensiones: capitalismo transnacional; bipolaridad y Guerra Fría; carrera armamentista de tipo nuclear y desarrollo de la industria espacial; influencia de la Revolución cubana e impulso de la guerra de guerrillas; procesos de descolonización en África y Asia; resquebrajamiento de la Cortina de Hierro y la Primavera de Praga. Por último, caracteriza el papel de la juventud de los años sesenta, su racionalidad y su utopía revolucionaria. La referencia a tantos eventos lleva al autor a construir una reflexión un tanto deshilvanada que deja sin desarrollo la sugerente hipótesis que cita al principio del texto.
En el apartado conclusivo, Romão sugiere dos preguntas para comprender lo sucedido a finales de los sesenta e inicios de los setenta en Brasil: ¿por qué un movimiento joven?, y ¿por qué se expande por todo el mundo, más allá de las opciones políticas existentes? La respuesta que ofrece no deja de ser polémica y sugerente. El autor considera que el movimiento de rebelión juvenil es un eco distante del largo conflicto mundial que se da en la primera mitad del siglo XX. La pérdida de una generación joven en las dos grandes guerras, además del pesimismo que se deriva de estas dos conflagraciones mundiales, lleva a la juventud de posguerra a un desencanto con la irracionalidad adulta y su apuesta civilizatoria.
En este desencanto los jóvenes resuelven tomar el mundo en sus manos, y de esta manera emerge un ‘poder joven’ con su propia racionalidad. El reto de la juventud de los años sesenta es la crítica al estado de cosas existentes. La tarea no es otra que crear un proceso civilizatorio propio y, con este, otro mundo. La fuerza que toman la ‘razón femenina’ y la ‘razón negra’ son la evidencia del posicionamiento de unas racionalidades contrahegemónicas. En este orden de ideas, el autor considera que la juventud brasileña y su resistencia a la dictadura son la expresión palpable de esas nuevas formas de ver el mundo que posibilita el 68, lo que hace que la psicodelia o el jipismo no sean las maneras como los jóvenes de esta generación asumen su lugar en el mundo, como sí ocurre en otras latitudes.
Como en otros lugares del continente y del mundo, 1968 representa en Brasil el momento histórico fundamental para la figuración del movimiento estudiantil, de ahí que la historiografía sobre esta temática se especialice en ese año. Como renovación del enfoque sociopolítico, la profesora Victoria Langland propone una mirada particular a la explosión de la movilización estudiantil del 68: el papel de la mujer en la resistencia a la dictadura y las transformaciones en las relaciones de género que se dan con fuerza en todo el planeta y en Brasil. La autora propone incorporar a los estudios sobre el movimiento estudiantil la participación del activismo femenino, una lectura que significa explicar la mutación de las tareas que esta viene desempeñando como auxiliar de los jóvenes, para pasar a ser protagonista de reivindicaciones igualitarias entre los sexos y de compromisos políticos e ideológicos con las nuevas tendencias de la izquierda. La liberación femenina en la sociedad brasilera también afecta las filas internas del estudiantado en temas como la práctica más libre de la sexualidad, tema que propicia debates en diferentes escenarios sociales139.
Para cerrar este apartado, vale hacer mención de algunos trabajos que si bien no abordan directamente el tema del movimiento estudiantil brasileño, posibilitan un diálogo con investigaciones que se desarrollan al respecto. La investigación de Maria Helena Moreira Alves, titulada Estado y oposición en Brasil 1964-1984140, desarrolla una interesante entrada al significado de las condiciones históricas en las que se enmarca el movimiento estudiantil de 1968. La autora considera que la dictadura que se instaura en el poder en 1964 crea un proyecto social denominado Doctrina de Seguridad Nacional y Desarrollo, en el que intervienen élites militares, civiles y empresariales, que, con ayuda de funcionarios norteamericanos, propician la caída de João Goulart. En oposición a la dictadura se movilizan sectores de la sociedad brasileña, los estudiantes, la iglesia de base, el sindicalismo y las organizaciones campesinas.
La dictadura es el acicate para las luchas estudiantiles en el año 68. Un régimen que hace parte de un proyecto más amplio para América Latina y que modela la sociedad brasileña durante dos décadas. Este plan, agenciado por sectores de élite, representa en el fondo las relaciones entre el capitalismo de Estado, el capital privado brasilero y el capital transnacional, estructuradores de unas relaciones de dependencia en un dinamismo de modernización experimentado por Brasil entre las décadas de los años sesenta y ochenta. El enfoque empleado por Moreira busca explicar el proyecto social, económico, político e institucional de la dictadura en relación con las tendencias generales del capitalismo, más concretamente con la implementación y puesta en marcha de un desarrollo dependiente. En este marco es en el que la autora referencia la participación estudiantil en 1968 como punta de lanza de la resistencia a la dictadura. Esa resistencia parte de causas gremiales que atacan directamente la política educativa del régimen y todo su proyecto político.
Móviles como el rechazo a la injerencia de agencias de cooperación americanas [caso Usaid] en la universidad, la privatización de los comedores y la respectiva alza en la alimentación para los universitarios más pobres o la brutal represión de la que son víctima los estudiantes son visibles en el 68 brasileño. Moreira dedica algunas páginas de su trabajo a describir los principales acontecimientos protagonizados por las movilizaciones estudiantiles: el asesinato de un estudiante en confusos hechos, lo que desata una gran solidaridad de los sectores populares y medios, o las alianzas y los apoyos que se establecen con los obreros y la Iglesia católica por la feroz represión y la marcha de los cien mil.
Por otra parte, la obra colectiva a cargo de Daniel Aarão Reis, Marcelo Ridenti y Rodrigo Patto Sá Motta, titulada O golpe e a ditadura militar 1964-2004141, aunque no trata el movimiento estudiantil de este periodo, da espacio para pensar la oposición, las expresiones de resistencia política y cultural y la experiencia del exilio en una generación de brasileros perseguidos por la dictadura. La reconstrucción de estas experiencias y de las atmósferas sociales en que se desarrolla la acción estudiantil constituye una pertinente mirada sobre los años sesenta y setenta. Mención aparte merecen los trabajos de Carlos Bauer, quien amplía la reflexión historiográfica al mundo de los estudiantes de secundaria desde mediados del siglo XX, específicamente el estudio de las organizaciones estudiantiles y su figuración política142. En el mismo sentido, y con un valor documental particular, es necesario nombrar una publicación que incluye un registro fotográfico muy interesante sobre el 68 brasileño. Una de las grandes virtudes de esta breve obra es la puesta en imágenes de este trascendental año, asociando los acontecimientos nacionales con los más importantes en el mundo143.
Poesía de Chucho Peña, estudiante y activista santandereano asesinado por el grupo MAS [Muerte a Secuestradores] en 1986. Mural. Edificio Camilo Torres, Universidad Industrial de Santander. Fotografía de Saúl Meza. 2003.
El libro de José Alfredo Vidigal y Maria Lucia Carneiro144 realiza una compilación de las noticias publicadas en la prensa y una cronología sobre el movimiento estudiantil brasileño que emerge con más fuerza hacia 1968, y que muestra que los estudiantes brasileños tienen el mismo sueño que la mayoría de jóvenes alrededor del mundo: reformar la educación y las instituciones. Ellos se manifiestan en contra de las pésimas condiciones de alimentación ofrecidas a los universitarios y los temas del acuerdo MEC-Usaid, que tiene lugar entre el Ministerio de Educación de Brasil [MEC] y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional [Usaid], para reformar la enseñanza brasilera de acuerdo con las normas impuestas por Estados Unidos. La recopilación de fotografías y noticias muestra que la reacción es inmediata: líderes estudiantiles brasileños no están de acuerdo con la interferencia de un país extranjero en los asuntos educativos del país, lo que origina diversos movimientos reivindicativos que serán reprimidos por la máquina dictatorial de Brasil.
Hay que hacer mención especial de la obra de Elio Gaspari, quien publica una serie de cuatro libros sobre la dictadura militar brasileña que inicia en 1964 y finaliza en 1985. Publicados