Diseño creativo: manual de ideas. Juan Diego Ramos Betancur

Diseño creativo: manual de ideas - Juan Diego Ramos Betancur


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Maestre Merinus, conocido como el último gran navegante, en aquella tarde de verano sin sufrir nuevos achaques, aspiró el aire sereno y tibio de la nostalgia de antiguos viajes, tras haber completado la última misión en su ya larga vida. La escribió para celebrar las crueles victorias del olvido. Era el año de 1765.

      Llenó su copa de cristal de Budapest con un rebosante vino italiano. La levantó al aire, mirando el mar. No lo sabía, pero estaba brindando con la ineludible muerte que lo esperaba detrás de las escaleras de madera carcomida, por las que bajaba escalón tras escalón, la certeza de pisar un puerto desde el cual jamás zarparía.

      Orbis, el veterano navío de las noventa y cinco vueltas a la tierra, guardaba una de las colecciones de objetos y manuscritos más sobrecogedores y completos del mundo. Era, en las propias palabras del Maestre Merinus, "la nave de las artes y las ciencias".

      J.D.R.

      Subyace en este proyecto de diseñar creativamente una experiencia racional con la existencia misma de los individuos, bajo el dominio del hemisferio izquierdo del cerebro: lógica, razón, intelecto. Esta parte es natural en la especie, pero también muy implantada por los modelos culturales, educativos, las normas y el seguimiento de protocolos. Y en el hemisferio derecho, lugar desde donde emerge lo creativo, lo inspiracional, el arte, lo lúdico, el humor, etc., se halla esa fuerza interior de la energía psíquica humana, que irá emergiendo a medida que avanza el proyecto de vida.

      Quizá por eso, el asunto que quiero plantear acá,1 al intentar unificar el Diseño Creativo, provenga de una necesidad de combinar magistralmente los dos hemisferios del cerebro, para tratar de fusionar dos campos que han sido separados por la ciencia para estudiarlos, como si fueran dos funciones cognitivas independientes. Lo racional y lo emocional hablan, se comunican, crecen, se aman. El primero quizá es “Diseño”, metódico, estructurado y convergente; y la segunda sería “Creatividad”, intuitiva, desestructurada y divergente. Juntos son la delicia del existir en todo lo que nos rodea: arquitectura, jardinería, computación, física cuántica, repostería, baile, equitación, arte, finanzas, etc.

      Veamos por qué a menudo separamos los diferentes campos del saber. La filosofía es la rama que está dirigida al conocimiento de todas las cosas, y la ciencia, más bien a explicar las partes o parcelas de los fenómenos de la realidad. Etimológicamente, la palabra ciencia está compuesta de tres letras: ski. Esta raíz significa separar, dividir, distinguir. La ciencia separa de lo general a lo particular para conocer la instancia última. Este es, finalmente, el método que los científicos han desarrollado.

      Ahora bien, para explicar el Diseño Creativo hay que tomar insumos de conocimientos provenientes de la psicología y la antropología, del arte y la estética, de la tecnología y de los modelos económicos, de los diferentes intangibles de las culturas y muchísimas disciplinas más. No vamos acá a acotarlos (este texto es una aproximación personal más de tipo filosófico que metodológico).

      La creatividad no es un discurso. Es un camino personal, al igual que acceder a la sabiduría, a la iluminación y al Nirvana; también al Tao, ya que cada uno deberá caminar su propio camino. El Diseño Creativo no se hereda. Se logra con un 99% de transpiración y un 1% de inspiración, como decía Thomas Alva Edison.

      El Diseño Creativo puede compararse con un explorador, a quien lo habita el deseo de algo, una intuición, pero enfrenta más incertidumbres que certezas. Es un soñador inspirado por aprender de lo desconocido. Siente un goce inmenso por iniciar un proyecto donde converjan todas las ideas existenciales desde diferentes disciplinas y entra en un encuentro consigo mismo. Cuando se vive el instante del Diseño Creativo, no existe nada más, emerge la felicidad interior, llega todo lo que hemos aprendido mediante el estudio, la sabiduría acumulada y decantada del vivir, y se da una sensación profunda, en la cual la mayoría de las experiencias que hemos vivido cobran sentido.

      Para nuestro caso, el asunto del “crear” o despertar el “ser” de un diseñador creativo, no es un asunto exclusivo del hacer exterior, del hacer nuevas las apariencias de las cosas que percibimos en el mundo. Ese es solo el resultado material concreto. No se trata solo del afuera. Es, a mi juicio, estratégicamente, un asunto del transformar los modelos del pensamiento. ¿Qué es un pensamiento? La psicología lingüística establece que el pensamiento es “habla sin sonido”. La palabra sería la exteriorización y manifestación del pensamiento. Manipulamos “algo” en nuestra mente, y sabemos que realizamos ciertas representaciones abstractas con el lenguaje: las emociones, las imágenes que recordamos, símbolos, etc., que nos permite traducirlas mediante lo gestual, lo oral o lo escrito y comunicarnos con nosotros mismos y con otros.

      También sabemos que, en nuestra mente, acumulamos paradigmas, formas de pensar que no cambian fácilmente ni por cualquier motivo. Despertar al ser que somos requiere redirigir el sentido que tenemos de la realidad para explorar nuevos sentidos, reconocer el centro verdadero de nuestras estructuras cognitivas (qué sabemos) y de las estructuras emocionales (qué, cómo y cuánto sentimos), del qué y cómo percibimos nuestro entorno, del cómo pensamos cuando pensamos, para qué y de qué modo hacemos lo que hacemos. Todo ello, va a dar como consecuencia, la construcción de nuevas respuestas a las situaciones o ideas de conflicto, que se presentan o que reconocemos como tales, en nuestra vida.

      ¿Crees que tienes mucho más potencial interior del que hasta ahora has mostrado? ¿Confías en que lograrías la mayoría de tus metas si te lo propusieras? Podemos inferir de lo que menciona Csíkszentmihályi y otros más (como Sternberg, Mumford, Wallas, Lambert), que todo esto tiene que ver más con factores internos que externos de cómo gestionamos nuestras propias habilidades, capacidades, destrezas y talentos. Cada individuo es quien en definitiva asume los retos de la vida de una cierta manera. Cada uno cuando piensa en la vida que vive, la diseña creativamente. ¿Sabes cuáles son tus verdaderas competencias en la vida?

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      Detalle del diseño con guadua del arquitecto Simón Vélez.

      Recinto del Pensamiento. Manizales

      Cuando busques la verdad y, si la encuentras, verás tu Yo total, tu Ser pleno. No hay nada más.

      Y acá no podría dejar de mencionar las sabias palabras del filósofo y economista hindú Amartya Sen,2 en su libro Desarrollo y Libertad3 que, me parece, habla de factores exógenos que contribuyen al desarrollo de un Diseño Creativo. Si un individuo, o mejor una colectividad, desea lograr estados de bienestar solidario de manera suficiente, debería considerar las siguientes premisas:

      1. La expansión de las libertades: un sistema de gobierno democrático y solidario deberá permitir la expresión de la libre personalidad y la búsqueda de la felicidad. Y allí, mediante el agenciamiento personal (hacerse cargo de sí mismo), reconocer y aprovechar las oportunidades, viviendo en un adecuado contexto de libertad personal y colectiva, para el desarrollo humano integral.

      2. El agenciamiento personal: con la adecuada expansión de las libertades individuales y conociendo las particularidades de cada uno (talentos, capacidades, aptitudes, habilidades, etc.) lograr el agenciamiento personal y ayudar a la comunidad en el mismo propósito, para alcanzar la autonomía en la mayor medida posible, en diferentes campos.

      3. El potencial singular individual: el aprendizaje es uno de los componentes nucleares del desarrollo humano (cambiar hacia lo mejor y más digno). De este modo, cada uno puede alcanzar en su existencia la forma de vida que más valora y que desea vivir, asumiendo la responsabilidad del agenciamiento personal individual, dentro de las condiciones propias de una colectividad.

      La adecuada participación de estos factores puede hacer que el Diseño Creativo pase a los escenarios de la innovación en cualquier país o colectividad. De un lado, un individuo con todas las disposiciones intrínsecas de habilidades, actitudes y conocimientos, y de otro, las condiciones de libertad, de oportunidades, de recursos y de capacidades, lo cual permite llevar a cabo su proyecto de Diseño Creativo.

      Este escenario


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