Diseño creativo: manual de ideas. Juan Diego Ramos Betancur

Diseño creativo: manual de ideas - Juan Diego Ramos Betancur


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       Las personas innovadoras son exitosas

      porque llevan a la práctica sus ideas,

       a pesar de algunos fracasos, pero especialmente

      porque nunca se dan por vencidas.

      Las habilidades para explorar lo estético hace la diferencia en un diseñador. Son cualidades realmente importantes para las soluciones finales en las que esté trabajando. Y si tiene una amplia cultura y conocimiento en el campo específico de su trabajo, buena recursividad y agilidad para enfrentar y superar obstáculos, aportará enormemente a las soluciones.

      El dibujo dinamiza el proceso creador. Saca lo que está oculto en nuestra mente y lo pone en el mundo. Lo imaginado, lo visualizado, al dibujarse y representarse gráficamente, también se va transformando a medida que emerge de las manos. Las ideas, no importa el nivel de abstracción que tengan, hacen su metamorfosis. Como proceso mental, adquieren su estructura, pero en el papel adquieren otra.

      Dibujar es sintetizar, concretar la multiplicidad de ideas y abstracciones mentales. En el diseño de productos, se resuelven los problemas de las formas y las funciones de los artefactos usando gráficos, diagramas, esquemas y dibujos de varios tipos. Al observarlos ya en la superficie del papel, la imagen misma los explica. El dibujo nos da puntos de partida y nos muestra las direcciones en las que estamos o deseamos estar trabajando. Transforma los problemas en ideas y de allí genera soluciones. Un dibujo nunca es el punto de llegada realmente. Es un recurso, un medio, un signo.

      El cerebro y la mano son quizá los dos elementos más claves en este proceso creativo. Algunos no lo saben, pero el cerebro está diseñado específicamente para controlar y generar el movimiento en el cuerpo: caminar, contornearse, golpear, etc., además de controlar las manos y brazos para escribir, dibujar y modelar. Adicionalmente, la actividad manual y la atención centrada en ello permiten producir un estado de conciencia intenso (deseos, propósitos, motivos, finalidades), obtener información del mundo que nos rodea a través de los sentidos (identificar referentes) y, finalmente, crear, diseñar.

      Cada persona ya tiene una experiencia acumulada y enriquecida en el trayecto de su vida. Dibujar es un proceso tan natural como caminar. Así, que no hay disculpas para decir, yo no sé dibujar. Algo sale del cerebro y de las manos. Eso es lo más importante. No el cómo. Ese cómo, esa técnica, se aprende paulatinamente, como todo lo humano. Si se siente el deseo de dibujar y expresar gráficamente algo, con eso basta.

      Con esa “actitud”, ya puede enfrentarse con entusiasmo a dibujar y a sacar de él las formas y sus intenciones, los cuentos, las explicaciones. De ese mundo interior construido por cada persona, con sus imaginarios y sus experiencias, una vez definidas y clarificadas las ideas en el lenguaje, en palabras comprensibles; y los conceptos, expresados en los dibujos, enriquecidos de formas y colores, sale todo natural y fluidamente.

      Se busca al dibujar no hacer siempre un objeto que preste una función específica, sino que más bien, exprese una idea, un concepto, una intención, una exploración. Esto es, en sí mismo, un excelente lugar de paso, como un hostal. Se busca entonces desarrollar un método que libere a la mente de la urgencia de hacer un artefacto. Nada funcional, nada artístico u ornamental: algo conceptual. Cada uno dibuja como dibuja. Esto es clave.

      De allí, de tales conceptos, se busca generar el mayor número de ideas. El hemisferio derecho del cerebro tiene especialmente una vocación por la intuición, el arte, el pensamiento lateral, la orientación espacial, entre otras habilidades. Además, parece que domina mejor el tema de las emociones que el izquierdo. En cambio, el hemisferio izquierdo domina la lógica, la razón, el análisis, las habilidades matemáticas y el lenguaje, entre otros. El dibujo creativo debe explorar ambos.

      El dibujo creativo siempre sigue una lógica: buscar que cada uno exprese su “yo”, su soñar, su propio hablar y pensar, su dibujar y su hacer. Solo desde su interior puede emerger el sueño y la imaginación creativa para plantearle nuevas ideas al mundo, a su mundo. Y esa lógica está almacenada en la memoria de cada participante. Todos sabemos que la memoria humana requiere repetición para poder aprovechar todo el potencial y, en la medida en que se explore, se generarán más y mejores ideas. Una persona con problemas para memorizar determinada información (lingüística, gráfica o tridimensional), tendrá problemas para resolver las situaciones-problema que se le presenten en su oficio.

      El dibujo creativo está relacionado con las emociones. La palabra emoción viene del latín motere, es decir, mover, moverse. Las emociones conducen generalmente a la acción. Es un estado de la mente que opera casi todo el tiempo. La insatisfacción o el deseo de hacer que las cosas se adapten a una nueva condición imaginada o sentida es uno de los motores de la creatividad. Y se halla en el sistema límbico del cerebro, donde está el aprendizaje, la memoria y, por supuesto, las emociones.

      El dibujo busca desarrollar competencias en un aprendizaje por proyectos, por problemas, por retos, por diversión. Y se encuentran dos esenciales:

      1. Despertar la sensibilidad ante las situaciones confusas, problemáticas, ver oportunidades donde solo hay vacío. Se espera poder percibir oportunidades a nuevos proyectos o ideas a elaborar, iniciativas personales o grupales.

      2. Potenciar la tenacidad, la perseverancia, la persistencia y voluntad de buscar, de tener una idea propia y defenderla con argumentos y datos, llevarla a cabo y dejar claro que los creativos poseen mentes ganadoras por excelencia y no desfallecen a pesar de los obstáculos o los fracasos que se presenten.

      Las competencias se desarrollan a partir de retos y problemas, de proyectos. El estudio por proyectos es lograr el aprendizaje, como una meta que se alcanza al cabo de una serie de actividades que pueden ser en serie o en paralelo. Inclusive, si es necesario regresar, deshaciendo los pasos (iteración), será algo inevitable y necesario. Volver a escribir, a dibujar o a fabricar, lo que significa que el perfeccionamiento se logra con trabajo.

      En el desarrollo del proyecto del dibujo creativo se trabaja con los conocimientos previos de los asistentes, ya que los conocimientos nuevos son emergentes y van apareciendo en el camino. No lo hacen a priori. Se requiere desplegar las habilidades latentes, desarrollar las inexistentes, potenciar las capacidades de operación y expresión individual y colectiva, para lograr cumplir las metas previstas en el tiempo establecido, con los recursos disponibles.

      El proyecto del dibujar creativamente es orientado por personas con más trayectoria y entrenamiento, pero es de forma inapelable propiedad y dominio del aprendiz. El dueño es él, quien recorre el camino es él. Son sus músculos, sus emociones y sus neuronas las que trabajan en sí mismo. No tiene que rendir cuentas a un maestro, sino más bien, contar con él, confiar en él, sentirse apoyado por él. Y el maestro debe demostrar interés al proyecto de dibujo creativo, involucrarse como si fuese un experto más dentro del equipo, motivar con su sabiduría, su experiencia, apoyar la gestión y el desarrollo de la idea del otro.

      El maestro posiblemente sepa algunas respuestas, pero no las da enteras, pues hay un propósito también en el descubrimiento por parte del aprendiz. El propósito es llegar a un resultado; a una solución, ojalá inesperada, desconocida, atrevida y novedosa. No una solución que estaba oculta. Allí hay un compromiso nuevo, diferente, ambicioso.

      El proyecto de dibujo creativo es un espacio para traer al contexto del proceso de diseño, los conocimientos y la información obtenida en otros escenarios. El proyecto plantea una situación que requiere conocimientos nuevos, que arrastra los que ya se tienen en otras áreas, aplica métodos y metodologías en el proceso de diseño, manejo de herramientas y equipos; si es necesario, para obtener la materialización de la idea, se estructuran competencias lingüísticas, de representación, de trabajo individual y en equipo, entre muchas otras.

      El dibujo creativo es una construcción en el proceso. Es entender la incertidumbre y apreciarla. Es allí donde pensar, buscar, indagar toma más tiempo. Y en esto, el tiempo, es un aspecto que requiere la mayor atención, porque la mente puede producir ideas y soluciones extraordinariamente rápido o tomar semanas y meses incubándolas, porque le faltan datos, experiencias, analogías, decisiones,


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