Cómo enseñar ajedrez. Ernst Bönsch
alt=""/>xf7 cxb4 las negras resistían. 25
Sin duda alguna, Kasparov tiene un lugar de privilegio en la historia del ajedrez por su personalidad sobresaliente. Su mente combativa y su incansable capacidad de ataque han dejado grabada su huella en los torneos internacionales. Sus grandes resultados a lo largo de los años significan una interminable tensión. El experto berlinés Dirk Poldauf realiza un análisis característico de sus actuaciones en torneo de 1999: “Las actuaciones de Kasparov en Wijk aan Zee y Linares se cifraron en un Elo de 2876 y 2918, respectivamente, lo que merece una gran admiración. Su Elo actual es de 2839. Su permanente conquista de resultados (gracias a un intenso entrenamiento y a una activa práctica) paga, no obstante, el correspondiente tributo corporal, y el campeón del mundo acaba de cumplir 35 años completamente encanecido.” (Schach 4/1999, pág. 6.) En el 2000 Kasparov volvió a participar en Wijk aan Zee y de nuevo salió triunfador, con punto y medio de ventaja (!) sobre Kramnik, Leko y Anand. El segundo clasificado, Kramnik, realizó esta elogiosa declaración: “Tal como sucedió, me resultó absolutamente inexplicable. Normalmente, estás satisfecho cuando consigues ventaja con blancas. Sin embargo, él conseguía ventaja en cada partida con cualquier color. Es muy difícil luchar contra él en esas condiciones. En mi caso, luché duramente, pero no pude hacer nada en las posiciones que consigue plantear.” (F. Friedel, CBM 75, Multimedia-Base de datos.)
Las actividades de Kasparov no se limitan al juego de reyes. Su espíritu emprendedor irradia creatividad en todo lo que toca. Su íntimo amigo Yuri Vasiliev lo explica así: “Gari era oficialmente, en 1999, millonario en dólares. Desde entonces, su fortuna se ha multiplicado. Es propietario, por ejemplo, de una compañía de vuelos charter, con su propia flota de aviones, que promueve viajes entre los jóvenes. Es asesor de un importante banco occidental acerca de la situación en Rusia, y tiene una columna en el Wall Street Journal. Además, y como es sabido, llegó a pronunciar un discurso ante el Senado norteamericano. Por esi eso fuera poco, también juega al ajedrez... ¡y no lo hace mal del todo!” (Schach, 1/1999, pág. 8.)
Se suceden los acontecimientos en lo que respecta a la organización del ajedrez mundial. En diciembre de 1997, el presidente de la FIDE, Kirsan Ilyumzhinov, anunció en Groninga el advenimiento de una nueva era, que ponía fin a los 110 años de historia del Campeonato Mundial, desde Steinitz a Kasparov/Karpov. Según una nueva fórmula, los 100 mejores ajedrecistas del mundo competirían en un sistema de eliminatorias (K.O.), del que resultaría el aspirante oficial al título, que se enfrentaría al vigente campeón de la FIDE, Anatoli Karpov. El torneo tenía un fondo de premios de ¡5 millones de dólares! Con el nuevo sistema, todos tendrían una posibilidad. Kasparov y Kramnik declinaron participar, sobre la base de que tenían otros compromisos. El indio Viswanathan Anand venció en la final (en el desempate) al inglés Michael Adams. Así pues, Anand se enfrentó a Karpov en Lausana y tras un marcador de 3-3, el campeonato se decidió en dos partidas rápidas de 25 minutos/jugador, de las que resultaría vencedor Anatoli Karpov.
En 1999 se reanudaría el ciclo por el Campeonato Mundial. El segundo evento tuvo lugar en Las Vegas. En la final se impuso el GM petersburgués de 33 años Alexander Jalifman, al vencer a su colega armenio Vladimir Akopian por 3,5-2,5. En el camino hacia la final quedaron eliminados jugadores del calibre de Gata Kamsky, Boris Gelfand y Judit Polgar. El poseedor del título, Anatoli