Cómo enseñar ajedrez. Ernst Bönsch

Cómo enseñar ajedrez - Ernst Bönsch


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de 1966 en Leningrado, su padre le enseñó a jugar al ajedrez a los seis años. Su primer entrenador fue Vassili Bibshev y, más tarde, Gennadi Nesis. Consiguió el título de gran maestro en 1990. En 1996 ganó el Campeonato de Rusia, celebrado en Elistá. Con sus entrenadores actuales fundó, en su ciudad natal, la Grandmaster Chess School, con el lema “Ajedrez = Intelecto + Carácter”.

      A comienzos del siglo XXI parece apropiado realizar un análisis histórico del desarrollo del ajedrez, con la nueva orientación hacia organizaciones comerciales y una promoción al más alto nivel profesional del Campeonato del Mundo. Gerald Schendel realizó ese estudio y lo publicó en la revista especializada Rochade Europa (4/2000, págs. 62/65).

       Alexander Jalifman

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      Es la anterior una tabla resumen de todos los encuentros por el Campeonato Mundial, tanto los tradicionales como los producidos tras el proceso de escisión (desde 1993, según Bouton y Rodríguez, en RE 7/93, pág. 7). Entre paréntesis se indica la edad de los contendientes.

      En negrita el campeón. R = match-revancha.

      En 1927 comenzó a disputarse el Campeonato Mundial Femenino, en forma de torneo, para pasar más tarde a la modalidad de match (en negrita, la vencedora).

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      El ajedrez femenino ha experimentado una nueva dimensión en los últimos años, gracias a la aparición en el panorama de las tres hermanas Polgar. Judit y Zsuzsa son las mejores jugadoras a nivel mundial, y Sofía se encuentra entre las mejores.

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       WM Xie Jun

       El experimento Polgar

      ¿Cómo surgió la idea? En 1967, Laszlo Polgar (el padre) inició en Budapest un experimento orientado al rendimiento deportivo, con el objetivo de inculcar en sus hijas el máximo nivel ajedrecístico posible: “Llevamos a cabo un experimento de tipo psicológico, consistente en la transmisión de conocimientos aislándonos del entorno... A medida que pasaba el tiempo, crecía el interés de nuestra hija pequeña que quería participar en lo que estaba pasando. Cuanto mayor era el interés, mayores eran los vínculos familiares, y así fue surgiendo la genialidad.” “Yo quería demostrar que las mujeres podían conseguir buenos resultados contra los hombres...” (Polgar: Proyecto de Genios, 1988, págs. 62-64). Su principio motor era: ¡Cuánto más duro sea el entrenamiento, mejores serán los resultados! “El nivel de las jugadoras es considerablemente inferior al de la mayoría de los hombres... Cuando me planteaba que nuestras niñas consiguieran jugar al nivel de los hombres, me asaltaba la duda de que estuviese convirtiéndome en una especie de demente en un experimento psicológico; trataba de buscar los fundamentos y directrices específicos a seguir. Cuando les decía a mis hijas, por ejemplo, que en lugar de con agua caliente debían ducharse con agua fría, y no lo hacían, ¿cómo conseguir que lo hicieran? Que Portisch, Fischer o Kasparov se encontrasen en sus torneos con mujeres, ése era el estadio de desarrollo ajedrecístico que quería para Zsuzsa y ése es su nivel actual. Se trata de un importante fundamento psicológico, que tiene que ver con el éxito y la derrota y que los jugadores más débiles nunca experimentarán.Además, no es indiferente el tipo de entrenamiento, según se trate de jugadores más fuertes o más débiles.” (Citado, pág. 67.)

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       Las hermanas Polgar. De izquierda a derecha: Judit, Zsuzsa y Sofía.

      El experimento del desarrollo se convirtió en una absoluta prioridad para los padres. La familia es el primer campo de interacción, de manera que se plantea como modelo de vida y como primera toma de conciencia del mundo infantil. Para el desarrollo mental de los niños es importante inculcarles estímulos tempranos. Entre los 3 y los 6 años desarrollan una gran capacidad de asimilación. Por eso es tan importante que se aproveche oportunamente. Según L. Polgar, las cualidades y capacidades más valiosas que pueden desarrollarse son: confianza, valor, energía, perseverancia, entusiasmo, exactitud, además de las dotes de observación, resistencia ante el éxito y el fracaso, asimilación de la fatiga, y estimular la tolerancia y la creatividad. Se ha podido comprobar, por ejemplo, que los niños de 4/5 años que tienen la ocasión de realizar actividades estructuradas se toman en serio los juegos.

      Las tres hermanas tuvieron el privilegio de no tener que ir a la escuela. Desde sus primeros años aprendieron de forma independiente. Además de su trabajo, los padres asumieron la tarea de instruir y educar a sus niñas, a base, sobre todo, de paciencia.

      Acerca de la biografía de la familia:

      Laszlo Polgar (el padre), pedagogo y psicólogo. Klara Polgar (la madre), profesora de ruso, alemán y esperanto. Zsuzsa: nacida el 19/04/1969, aprendió a jugar al ajedrez con su padre, a los 4 años. Con cuatro años y medio ganó el Campeonato de Budapest (femenino) para menores de 11 años, con el 100% de la puntuación. A los 12 años ganó el Campeonato Mundial Femenino sub 16.A los 16 años hablaba cinco idiomas extranjeros: búlgaro, alemán, inglés, esperanto y ruso. En 1996 conquistó el título mundial femenino, al superar a Xie Jun. Elo, en julio de 2000: 2.565. Sofía: nacida el 02/11/1974. Ganó, con sus hermanas, la medalla de oro de la Olimpiada Femenina, en Salónica, 1988, y Novi Sad, 1990. Elo, en julio de 2000: 2.501 (10ª en la lista mundial femenina). Judit: la más joven y con mayor éxito de las tres hermanas. Nació el 23/07/1976. A los 8 años jugó su primer torneo internacional. A los 12 años, ganó el Mundial de la categoría (con chicos). ¡A los 15 años, el título de gran maestro internacional! En 1988 jugó 14 torneos. Con 12 años ocupaba la primera plaza de la lista mundial femenina. Elo, en julio de 2000: 2.656. Según el padre, Judit no es la de mayor talento, sino Zsuzsa, pero, según él, ¡Judit tuvo la fortuna de asimilar la rica experiencia de sus dos hermanas mayores!

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       La mejor jugadora del mundo: Judit Polgar

      Acerca del estudio y entrenamiento en casa: se levantaban a las seis de la mañana, un rato de tenis de mesa, unas 8-10 horas diarias de estudios y práctica (a menudo 12-14): teoría de aperturas, finales, ajedrez rápido y a la ciega, algún otro deporte. Repartidos por la casa, unos 30 tableros murales con piezas magnéticas, con posiciones de estudio y análisis. La biblioteca de ajedrez cuenta con unos 5.000 libros. Dice el padre Polgar:“Cada día tenía un sentido rutinario: el entrenador había terminado; las niñas salían a jugar algún torneo; cada mañana jugaban una hora al tenis de mesa...” Klara, la madre: “...su programa es muy variado. Tratamos de que saquen el máximo provecho de su tiempo. Los entrenadores siempre son hombres. Ya no reciben instrucción convencional. Se cuentan chistes o historias, y se cuentan sus propias experiencias en los torneos. A veces, las chicas remodelan su forma de vida.Tratan de disfrutar a su gusto. Confiamos en ellas y no sospechamos que hagan nada indigno. Son serias y siguen su instrucción con gran sentido de la responsabilidad.” El padre: “Todos los días es lo mismo: trabajar, trabajar y trabajar...” (Citado, págs. 65, 67.)

      Con 6 años, Sofía y Judit disputaban partidas con reloj a la ciega. Echaban un vistazo a las mesas del club de ajedrez MTK, en Budapest. Regularmente, contaban con un entrenador profesional en casa y, a lo largo de los años, la nómina de los que por ella desfilaron es impresionante: Paul Benkö, Laszlo Szabo, Ivan Farago, Milorad Knezevic, Tibor Florian, Levente Lengyel, Peter Lukacs, Joszef Pinter y Peter Szekely. Su principal mentor fue Laszlo Hazai.

      El credo del experimento Polgar para la alta consecución de resultados deportivos reza así:

       Sólo con un duro trabajo de entrenamiento en ajedrez pueden


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