Tras medio siglo. Ramón Rosal Cortés
extremadamente fuertes. Desea conquistar honores, poder, fortuna, gloria y amor de las mujeres; pero le faltan los medios para procurarse estas satisfacciones. En consecuencia, como todo hombre insatisfecho, se aparta de la realidad y transfiere todos sus intereses, e igualmente su libido, a los proyectos y los deseos engendrados por sus fantasmas, camino que podría conducirle a la neurosis (Freud, 1963, p.376, cit. en Storr, 1974, p. 18).
3) Estudio de las personas con un alto grado de crecimiento personal o autorrealización, y no sólo de las patologías
Es conocida la contribución de Maslow (1983a) en esta cuestión. Por otra parte, es característico, en la práctica de las terapias humanistas, poner mucha atención en la parte sana del paciente, en aquellos potenciales psicológicos de los que puede disponer con fluidez (se trate de pensamiento intuitivo, o capacidad visualizadora, o actitud nutricia, etcétera) para utilizarlos como aliados en los ejercicios que se proponen en las sesiones terapéuticas.
4) Reconocimiento de las limitaciones de la metodología científica convencional
Para May, el ser humano se encuentra ante un dilema que “emerge de la capacidad del hombre para vivir a la vez como sujeto y como objeto. Ambas vivencias son necesarias, para la ciencia psicológica, para la terapia, y para la vida placentera” (May, 1978, p. 21). Un error frecuente consiste, según él, en la actitud simplificadora por la que se trata de evitar el dilema negando uno de sus extremos. En psicoterapia este dilema se manifiesta en que puede percibirse al paciente desde dos puntos de vista: o como organismo que, según los diagnósticos, se adecúa en mayor o menor grado a determinado modelo, o como un sujeto singular e irrepetible –como ya he señalado antes– con el que se establece una relación interpersonal y con el que se ejercita una actitud de empatía que facilita comprender mejor el significado de su lenguaje verbal y no verbal. Esta complementariedad de actitudes y percepciones se requiere, según May, tanto en el terapeuta, como en el científico de la psicología, como en todo ser humano que quiera respetar en su vida cotidiana la complejidad de la realidad humana, sin negar ni su vertiente condicionada y manipulable, ni la zona de su libertad o creatividad. Según May la libertad equivale a la capacidad de vivenciar de forma dialéctica ambas vertientes en uno mismo.
Notemos que May recalca la complementariedad de ambos enfoques como un requisito también en el trabajo científico, acercándose mucho su posición conciliadora a la de Rogers. Una vez más no aparece ningún menosprecio a la posible aportación científica objetivadora del psiquismo humano. Este autor se sitúa, según su propia declaración, dentro de la tradición del filósofo y psicólogo William James, en cuyo pensamiento se encuentran grandes afinidades con el enfoque existencial compaginadas con una actitud respetuosa de la objetividad científica.
5) Actitud de escuela como “sistema abierto” y facilitación de la actitud integradora entre teorías y técnicas terapéuticas
De hecho la P.H. se materializó no en la búsqueda de una teoría psicológica y un modelo terapéutico común –se respetó plenamente el pluralismo y la inventiva en la gestación de nuevos modelos terapéuticos, lo cual no impidió constatar las afinidades y coincidencias señaladas arriba– sino en la promoción de asociaciones, congresos, simposios y publicaciones que constituyesen plataformas para el encuentro, intercambio, e influencia recíproca, con actitud integradora, de aportaciones procedentes de las más variadas metodologías y al servicio de la salud mental y el crecimiento personal. Aparte de los integrantes de movimientos procedentes de los paradigmas psicoanalítico, conductista y cognitivo (que no faltaron), confluyeron representantes de muy variadas escuelas recientes –a las que me refiero en 2.1.– entre ellas las que estaban utilizando como procedimientos prioritarios de su trabajo terapéutico las intervenciones con imágenes y fantasía, y las psicocorporales, en vez de limitarse a la utilización del canal verbal.
6) Desentendimiento respecto a las luchas de poder entre escuelas
En este colectivo prefirieron desmarcarse de las actitudes autosuficientes y exclusivistas y de luchas de poder en las que se implicaron con frecuencia –como he dicho antes– los psicoanalistas y los conductistas. No tenían en general la intención de conseguir el predominio, en el mundo académico, de una escuela o de un paradigma. Dieron las máximas facilidades a la creatividad en el surgimiento y desarrollo de nuevas vías para la salud mental, el crecimiento personal, o el logro de experiencias y cosmovisiones que den sentido a al vida. De ahí el pluralismo –algo caótico en ocasiones– que se fue manifestado en los sucesivos congresos que se fueron celebrando inicialmente en los Estados Unidos, y a continuación en Europa, América latina y Asia. Calculo que cerca de unos cincuenta modelos diversos pudieron darse a conocer en estos ámbitos de comunicación e intercambio.
A partir de la constatación de estas coincidencias fue como estos autores –americanos y europeos residentes en Estados Unidos, algunos de ellos huidos de la Alemania nazi– decidieron reunirse y –manteniendo su vinculación a teorías de la personalidad o escuelas psicoterapéuticas diversas– crear la que denominaron American Association for Humanistic Psychology, que ocho años después, al internacionalizarse, pasó a denominarse la Association for Humanistic Psychology.
1.4. Datos para una cronología
Para una cronología de los inicios de la Psicología Humanista considero de interés señalar las fechas siguientes:
1956: Abraham Maslow publica el artículo “Towards a Humanistic Psychology” en A review of General Semantics, 13, 10-22.
1957: John Cohen en Inglaterra publica su libro Humanistic Psychology.
1958: Abraham Maslow y Antony Sutich fundan el Journal of Humanistic Psychology. En él escribirán autores como Rollo May, Kurt Goldstein, Aldous Huxley, James Bugental, Carl Rogers, y Charlotte Bühler.
1961: En primavera de este año se publica el primer número del Journal of Humanistic Psychology.
En agosto, un comité compuesto por Abraham Maslow, Antony Sutich, Dorothy Lee, Joe Adams, y Clark Moustakas crean oficialmente la Asociación en la que participan desde el primer momento psicólogos de distintas tendencias, entre los que destacan, junto con Abraham Maslow, Carl Rogers y Rollo May. La Asociación se forma por un conjunto de psicólogos que se aglutinan en torno a Maslow y que proceden de diversas corrientes. Básicamente podemos señalar: a) psicólogos de orientación existencial; b) autores independientes dedicados al estudio de las teorías de la personalidad; c) psicólogos procedentes del neopsicoanálisis.
En este mismo año se abre en California el Centro Esalen, que daría lugar al movimiento del Potencial Humano. Participan durante los seminarios de los tres primeros años personas como Alan Watts, Abraham Maslow, Arnold Toynbee (filósofo de la historia), Carl Rogers, Paul Tillich, Rollo May y Carlos Castaneda.
1962: Tiene lugar el Primer Encuentro Nacional de la American Association for Humanistic Psychology.
James Bugental redacta el primer manifiesto del movimiento humanista.
1964: En noviembre se celebra la Old Saybrok Conference, que tiene un carácter de autorreflexión y que servirá como punto de referencia a la hora de definir las bases del movimiento y de exponerlas al exterior. Participan en ella, junto con los que ya pertenecían al movimiento, autores como George Kelly, Murphy, Allport y Murray.
1965: Aparece una obra colectiva dirigida por Frank T. Severin: Puntos de vista humanistas de la Psicología
1967: Editada por James F.T. Bugental se publica la obra colectiva Challenges of Humanistic Psychology. De los autores de los capítulos señalaré aquí, aparte de Bugental, a Bertalanffy, Ch. Bühler, Koestler, Maslow, Moustakas, Rogers, Sargent y Severin.
1968: La APA (American Psychological Association) elige como presidente a Abraham Maslow.
1970: La APA acepta como miembro a la American Association for Humanistic Psychology. Esta asociación adquiere carácter internacional y se convierte entonces en Association for Humanistic Psychology.
Se celebra la Primera Conferencia Internacional, en la Haya.
1977: A partir de este año se organizan con regularidad Congresos Europeos de Psicología