Videojuegos y conflictos internacionales. Antonio César Moreno Cantano

Videojuegos y conflictos internacionales - Antonio César Moreno Cantano


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a los principales responsables de las Naciones Unidas tras descubrir que extremistas hutus estaban distribuyendo armas y organizando el exterminio de tutsis y hutus moderados. Dallaire proponía utilizar el contingente de más de 2000 cascos azules desplegados sobre el terreno para frenar el reparto de armas y prevenir las matanzas. La respuesta desde la sede de la ONU fue clara: la misión debía mantenerse al margen y limitarse a cumplir su mandato. Solo tres meses después de la alerta de Dallaire, la violencia se desataba cuando el avión del presidente Habyarimana era derribado, tal y como ya mencionamos. Al día siguiente, diez cascos azules belgas que protegían a la primera ministra, Agathe Uwilingiyimana, fueron asesinados junto con la dirigente, lo que llevó a Bruselas a ordenar la retirada de su contingente. A partir de ese momento se inició la matanza indiscriminada sobre los tutsis. Todo ello, ante la inacción de la ONU, que tras el inicio de la violencia optó por evacuar prácticamente a toda la misión, dejando a poco más de dos centenares de efectivos. El Consejo de Seguridad tardó luego más de un mes en reconocer que había un genocidio en marcha y en aprobar el envío de 5500 soldados, cuya llegada aún se retrasó hasta bien entrado el verano, cuando Francia ya había enviado sus propias fuerzas y cuando la guerrilla opositora del Frente Patriótico Ruandés (FPR) había tomado el control del país y puesto fin al genocidio. En los años posteriores, el mea culpa fue entonado por muchos de los responsables de la ONU, entre ellos el que era entonces responsable de las operaciones de paz, Kofi Annan, que posteriormente ocupó la Secretaría General de las Naciones Unidas (Villar, 2014).

       2.2. Recordar para no olvidar. Una visión emocional del genocidio de Ruanda en Hush

      En la resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 23 de diciembre de 2005, se instaba a todos los Estados miembros a que elaborasen programas educativos que «inculcasen en las generaciones futuras las enseñanzas del genocidio de Ruanda con el fin de ayudar a prevenir actos de genocidio en el futuro» (ONU, 2005). El Programa de divulgación sobre el genocidio de Ruanda y las Naciones Unidas proporcionó desde su constitución todo tipo de materiales impresos y audiovisuales para profundizar en este tema. A tenor de esta iniciativa, y bajo el patrocinio de la propia ONU, el estudio canadiense de medios interactivos, 23 YYZee, creó en 2007 el simulador educativo Pax Warrior, que de manera inmediata se incorporó a los planes educativos de institutos de Gran Bretaña, Sudáfrica y Canadá debido a sus potencialidades para el aprendizaje. El alumnado, que tomaría el papel del comandante de la UNAMIR, el general Romeo Dallaire, debía tomar una serie de decisiones trascendentales para intentar salvar al mayor número de personas de la persecución hutu (Carpenter, Lundell y Rubin, 2007). Toda la información se plasmó en forma de documental interactivo, adelantando el formato que adquirirían en el futuro títulos como la serie On the Ground Reporter (Butch and Cassidy Media), de la que nos ocuparemos en el tercer capítulo. Otro juego educativo online sobre Ruanda fue el que desarrolló ActionAid Hellas, bajo el título de Mission:Rwanda (2013), del que poco podemos añadir ya que no es accesible en la actualidad. Era una herramienta digital bajo el paraguas del programa educacional de dicha ONG.

Illustration

      Interfaz de Pax Warrior extraída de la propia web del juego.


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