Osteopatía y oftalmología. Léopold Busquet

Osteopatía y oftalmología - Léopold Busquet


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el VII nervios craneales;

      c) Un movimiento automático en la expresión de los estados emotivos y en el reflejo psicopalpebral.

      d) Un movimiento voluntario que permite cerrar ambos ojos o uno solo.

      Observación: la actividad del músculo elevador está asociada a la de los músculos recto superior y oblicuo menor. Cuando miramos hacia arriba, el párpado superior se eleva; de la misma manera, cuando llevamos la mirada hacia abajo, el párpado inferior desciende.

      Datos clínicos

      – La ptosis del párpado superior aparece como consecuencia de la afección o parálisis del nervio oculomotor (asociada a un estrabismo) o del plexo ortosimpático cervical (asociado a miosis), como en el síndrome de Claude-Bernard-Horner o el de Rheder.

      – En el niño puede existir ptosis congénita (algunas veces familiar) debida, en ciertos casos, a una lesión congénita del músculo elevador del párpado.

      – La imposibilidad de cerrar los párpados es signo de parálisis facial por afección del nervio facial.

      – La imposibilidad de hacer descender el párpado inferior cuando el sujeto mira hacia abajo es frecuente en el bocio exoftálmico.

      – Algunas lesiones del párpado producen astigmatismo por presión irregular sobre la córnea.

      Relaciones osteopáticas

      Recordemos que en todo espasmo, fibrilación o tic del párpado, habremos de verificar:

      – La articulación entre el frontal y el ala menor del esfenoides, habida cuenta de la inserción posterior del músculo elevador del párpado superior sobre esta sutura.

      – La posición y movilidad del malar, en el que se inserta el alerón externo del músculo elevador y el ligamento palpebral externo.

      – La movilidad del unguis y del maxilar superior. En efecto, en éstos se insertan los dos tendones del ligamento palpebral interno y el músculo de Horner.

      – La articulación temporomandibular, junto a la que pasan ramos del nervio facial destinados al músculo orbicular de los párpados (ramos palpebral y suborbitario).

      – La charnela cervicodorsal, a causa de la proximidad de los centros ortosimpáticos en relación con la inervación simpática de los músculos lisos palpebrales.

      Elementos patológicos

      – El orzuelo es un furúnculo del párpado debido a la inflamación de las glándulas sebáceas de Zeiss.

      – La blefaritis es una inflamación de las glándulas sudoríparas de Moll.

      – El calacio es un pequeño tumor del párpado que se desarrolla en el tarso como consecuencia de una inflamación de las glándulas de Meibomius.

      Ante estas diferentes afecciones, el osteópata debe considerar ciertos encadenamientos de posibles causas.

      Tendrá que tener en cuenta:

      – el papel de “terreno”, en particular de la diabetes y del alcoholismo,

      – los errores y excesos alimentarios, que producen saturación toxínica,

      Figura 26: La conjuntiva.

      – las alteraciones parasimpáticas del ganglio esfenopalatino o de la hendidura esfenomaxilar,

      – los trastornos simpáticos que afectan a las fibras destinadas a los párpados que entran en la órbita por el agujero óptico, unidas a la arteria oftálmica y recubiertas por la vaina dural del nervio óptico,

      – las deficiencias del drenaje venoso y linfático.

      Estos tres últimos puntos serán desarrollados en los capítulos 7 y 9.

      Es un músculo cutáneo que sobresale y que acolcha el reborde orbitario superior en su unión con el techo de la órbita.

      Este saliente que se extiende entre las dos apófisis orbitarias está formado, de fuera adentro por:

      a) una piel gruesa, con pilosidad y grandes glándulas sebáceas,

      b) un tejido delgado subcutáneo,

      c) una capa muscular formada a su vez

      – por fascículos superiores, horizontales, del músculo orbicular,

      – del músculo supraciliar, que se inserta en la parte interna de la arcada ósea, se dirige hacia el exterior y hacia arriba, y se inserta en la cara profunda de la piel de la ceja, por encima del agujero supraorbitario. Este músculo está inervado por el nervio facial (VII) y su contracción determina el fruncimiento de la ceja, así como el hecho de que sobresalga por delante (expresión de dolor).

      d) una capa celulosa floja de deslizamiento,

      e) el periostio, grueso, que prolonga la periórbita.

      Es una membrana mucosa, blanda y transparente que se inserta en el borde libre de los párpados y recubre su cara posterior, formando la conjuntiva palpebral. Se refleja, a continuación, en la base de los párpados, constituye los fondos de saco o fórnix conjuntivales y tapiza la parte anterior de la esclerótica, para continuarse por la conjuntiva ocular, indisociable de la córnea (fig. 26).

      Consta de cinco partes:

      a) La conjuntiva palpebral, transparente, que se adhiere a los tarsos y es más suelta por encima.

      b) El fórnix o fondo de saco conjuntival, que forma una especie de reguero circular alrededor del ojo, producido por la reflexión de la conjuntiva. Se distingue un fórnix superior y otro inferior.

      – El fórnix superior, profundo, plegado y flexible, da inserción a fibras tendinosas del músculo elevador del párpado superior, del músculo recto superior y del músculo palpebral superior. Los conductos excretores de las glándulas lagrimales desembocan en la parte externa de dicho fórnix.

      – El fórnix inferior es más pequeño.

      c) La conjuntiva ocular: a partir de los fórnix, la mucosa recubre los tendones de terminación de los cuatro músculos rectos, luego se extiende sobre la esclerótica sin adherirse, se engrosa y recibe las expansiones anteriores de la cápsula de Tenon.

      d) La conjuntiva corneal: constituye el epitelio corneal, completamente transparente.

      e) La carúncula y el pliegue semilunar:

      – La carúncula es un pliegue que sobresale de la conjuntiva y colma el ángulo interno del ojo; es de color rojo debido a la gran cantidad de vasos. Se trata de un verdadero islote cutáneo que contiene glándulas sebáceas, pequeñas glándulas lagrimales accesorias y pelos.

      – El pliegue semilunar, vertical en forma de hoz, es un vestigio rudimentario de la membrana nictitante (tercer párpado).

      Observación: el sistema vascular de la conjuntiva está muy desarrollado y se estudiará en el capítulo 7.

      Precisiones osteopáticas

      – La conjuntiva pertenece al sistema fascial de la órbita,por lo que se verá sometida a las tensiones intra y extraorbitarias e intracraneales.

      – Cualquier déficit en el drenaje venoso y linfático local favorecerá la aparición de conjuntivitis.

      – Puesto que la troficidad de la conjuntiva depende, en gran parte, del ganglio esfenopalatino (ver capítulo 9, 4o párrafo), cualquier disfunción o irritación


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