Con tinta sangre del corazón. Gustavo Sainz
a la población que la ciudad había jurado conservar el título que le había dado el soberano, de “la más leal”.
58. “El escobero pica con las puntas de los popotes a un distraído transeúnte; el sebero unta el rostro de un meditabundo poeta con su mercancía; el vendedor de asaduras sancochadas mancha el levitón de un almibarado petimetre; la chimolera unge con sus albóndigas o mondongo hirviendo; la mantilla airosa o la ajustada basquiña de una currutaca; el conductor de vigas, agobiado por el peso, derriba a un oidor de pelucón, gorguera y garnacha”. (Luis González Obregón, La vida en México en 1810, p. 9).
59. Venegas organiza la erección de barricadas en las calles de la ciudad y distribuye armas entre los ciudadanos.
60. Tzitzimine: figuras descarnadas de mujeres que habitaban en la oscuridad.
61. La conspiración pudo haber muerto entonces si Juan Aldama no hubiese corrido a galope los 80 kilómetros que separan Querétaro de Dolores para alertar a Hidalgo y a Allende.
62. Alusión a la obra de Francis Bacon, quien destrozaba los cuerpos representados en sus pinturas transformándolos en una masa monstruosa.
63. Pronto creció dentro del gobierno la división surgida con anterioridad a la Independencia entre los partidarios existentes. Algunos españoles liberales, guiados por José María Fagoaga, deseaban una monarquía constitucional independiente con un Borbón en el trono, y aprobaron globalmente las reformas religiosas introducidas por las cortes de 1821. A esta posición se adherían criollos adinerados y educados, como Francisco Manuel Sánchez de Tagle y el conde de Heras. Un segundo grupo se oponía a las reformas religiosas al tiempo que apoyaba la Constitución Liberal. Un tercer grupo, que incluía a la mayoría de los que tenían títulos de nobleza o mayorazgos, apoyó simplemente a Iturbide y no se preocupó demasiado por estos problemas. (Lorenzo de Zavala, Ensayo histórico de las revoluciones de Méjico desde 1808 hasta 1830, vol. I, p. 128).
64. Las Casas escribió en su Apologética historia: “Consideramos bárbaros a aquellos que no tienen escritura o lengua culta. Pero la gente de las Indias podría tratarnos de barbarísimos puesto que no comprendemos ni su lengua ni su escritura”.
65. Supuesta frase emitida por el presidente Clinton frente a Mónica Lewinsky, al proponerle una relación not appropiate: ¿Impropia para qué? De todas maneras “no hay relación sexual”, decía Lacan.
66. Forma popular de adivinación utilizada en esa época. Consistía en descabezar una codorniz que arrojaban al suelo. La dirección hacia la que revoloteaba el cuerpo del ave en sus estertores indicaba la suerte. Si se dirigía hacia el norte, significaba mal agüero, llegada de enfermedades y muerte. Si iba al occidente, la suerte sería buena.
67. No sabían nada de los derechos del hombre, del contrato social ni de Fernando VII, pero sí entendían el ¡Mueran los gachupines!, la muerte, el botín y una gloriosa fiesta de sangre. (Simpson, op. cit., p. 213).
68. El 31 de octubre Hidalgo avanza con sus fuerzas hacia la villa de Cuajimalpa, a unos 27 kilómetros de la ciudad.
69. En la capital la gente se apresura a ocultar sus valores y fortificar sus casas.
70. “Un vecino ocioso u ocupado que transitara las calles antes del toque de queda, se vería expuesto a que el buen sereno, trepado en alta escalera, al encender los faroles del alumbrado le propinase un lustroso baño”. (González Obregón, op. cit.,p. 11).
71. El virrey pone tropas en la Calzada de la Piedad y en el Paseo de Bucareli: las dos principales entradas a la ciudad por el ca-mino de Toluca. Colocan cañones en Chapultepec y envían a la caballería a vigilar los movimientos del enemigo. (Luis Castillo Ledón, Hidalgo, la vida del héroe, pp. 2, 93).
72. Desagradable encuentro con el “carro nocturno”, barrica horizontal montada sobre un eje y dos ruedas, arrastrada por una mula dirigida por un conductor que a son de campana llamaba a quienes tuvieran que vaciar sus pestilencias en aquel espantoso coche, que iba escurriendo líquidos y esparciendo “a ciencia y paciencia”, las perfumadas heces y orines.
73. Ya que la imagen de la Virgen de los Remedios se encontraba en el camino por donde avanzarían los rebeldes, el virrey ordenó que la mudaran de su santuario a la catedral. También intentó trasladar la imagen de la Virgen de Guadalupe, pero los canónigos de la basílica no vieron razón para que la mudaran. Así, a la Virgen de los Remedios la asociaron con la defensa realista de la capital por un accidente de la geografía. (Anna, op. cit., p. 91).
74. Se trata del Rosario de Ánimas, cuyos cofrades acompañados del monótono tilín tilín de su campanilla, piden con voces plañideras que se recen un Padre Nuestro y un Ave María por el descanso eterno del alma de don Fulano de tal. (González Obregón, op. cit., p. 11).
75. El 13 de octubre el virrey Venegas acudió a rezar ante la estatua de la Virgen de los Remedios en la catedral y colocó el bastón de mando a sus pies. A la Virgen la proclamaron generalísima y capitana general del Ejército Realista, protectora y guía de las fuerzas militares españolas en México. La multitud histérica de emoción. (Hamill, op. cit., p. 73).
76. La noción de compromiso es poliédrica, ya que comprometerse, como dice el diccionario, tiene también el sentido de “ponerse en peligro, exponerse a un riesgo o a una sospecha”.
77. Se trata de músicos tarascos o huicholes, ya que sólo ellos no descansaban la concha de tortuga sobre el suelo en un rodete de zacate trenzado, como los mayas, sino que la llevaban en la mano izquierda, para poder golpearla al mismo tiempo que bailaban. Las baquetas eran de astas de ciervo.
78. Cita del poema de Hugo Gutiérrez Vega, Quejas prejubilatorias, cuya estrofa completa es:
Me duelen muchas cosas
“el corazón y el sombrero”
“lo que pudo haber sido y no fue”
los ninguneos…
especialmente el autoninguneo
practicado de forma casi psiquiátrica
en el diván de mis duermevelas
de las seis de la mañana,
bajo este nuevo desasosiego
que debía importarme un carajo.
79. Lévi-Strauss es quien da su formulación más tajante: “El bárbaro”, leemos en su conferencia de la unesco, “es en primer lugar el hombre que cree en la barbarie”.
80. Si alguien excursionaba después de la queda, podría ser víctima de un robo, de un asesinato o caer en garras de la ronda. (González Obregón, op. cit., p. 11).
81. Reunido el Ejército Insurgente en Celaya, proclaman a Hidalgo capitán general, a Allende, teniente general, y a Aldama, mariscal. (De la Torre, op. cit., p. 169).
82. Al fin de la primera semana, Hidalgo y Allende se hallaron mandando una muchedumbre de cincuenta mil hombres.
83. La constelación del Colotlizayac, cuya etimología parece indicar alacrán en la cara, se encuentra incluida dentro del círculo de perpetua visibilidad, en la cara del Ozomatli, formada por la estilización inseparable de la nariz, ojos y espirales.
84. Para Marx, en efecto, no existe la naturaleza ni en el hombre ni en la naturaleza. El mal o el sufrimiento no son componentes de la condición humana, las cosas no son cosas, el mal, el sufrimiento y las cosas son hechos sociales.
85. Se encontraba preso en la cárcel de Guanajuato antes de que estallara la insurrección, acusado de haber dado muerte en riña a Guadalupe Torres, alias “el Pinole”, y por haber cometido otros graves delitos. Cuando el cura Hidalgo entró allí logró salir de la prisión, pero pasado ese hecho y vuelto Guanajuato a poder de los realistas, lo denunció la mujer del capitán don Ángel de la Riva, que cuando ocurrieron los asesinatos de Granaditas, él había sido uno de los cómplices y autor de por lo menos tres muertes. Por sólo esta declaración y sin ningún proceso, ordenó el general Calleja que se le aplicara la pena de muerte, la que