¡Cumplir 50!. Cristina Fabré Tomás

¡Cumplir 50! - Cristina Fabré Tomás


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      “Empezar a caminar también

      fue difícil antes de ser muy fácil”

      Vamos a concentrarnos en la autoeficacia alta, que es la que te va a permitir conseguir tu meta porque está conectada a la motivación. Si la motivación no es alta, cuando aparezcan pequeños obstáculos, ¡y llegarán!, es muy probable que tarde o temprano abandones tu propósito. Pero si de verdad quieres conseguirlo, debes tener en cuenta que todo avance requiere un cambio de actitud:

      • Estar realmente comprometida contigo misma y con tus metas.

      • No aceptar un NO por respuesta.

      • Tu ilusión debe ser más poderosa que tus miedos.

      • Escucharte más a ti misma que a tu entorno.

      • Saber que puedes tropezar y que te vas a levantar.

      • No desistir ni abandonar tus objetivos porque sabes que son un proceso de transformación.

      • Reconocer que este viaje personal requiere tiempo y constancia.

      • Confiar en que lo vas a conseguir.

      • Aceptar que los beneficios emocionales y físicos son innumerables.

      “Las dificultades preparan a personas comunes

      para destinos extraordinarios”

      C. S. Lewis

      Cómo automatizar tu motivación en doce pasos

      Automatizar significa conseguir que algo llegue a “formar parte de ti” de manera mecánica, sin tener que pensarlo, y para ello vamos a ver doce pasos que necesitas para lograrlo.

      Vamos a llenar la ‘‘mochila’’ que has vaciado con aquello que te ayudará a avanzar. ¿Preparada?

      Aquí tienes la lista de las actitudes imprescindibles que vas a necesitar:

      1. Mantener alta tu energía, porque cuanto más alta esté, mejor responderá tu cuerpo, mejor te sentirás contigo misma y tu motivación se mantendrá elevada. Somos energía y efectuamos cambios constantes con cada pensamiento y cada acción. El autoconocimiento te permite detectar si hay fugas de energía, cuáles son y cómo puedes recuperar tu estado de ánimo óptimo, que es el “indicador” que te avisa de tu nivel de energía.

      Cuando nos sentimos bajas de energía necesitamos a alguien que nos apoye y estimule, porque nos faltan fuerzas y esto puede hacer que nos sintamos irascibles, nerviosas e inquietas. A partir de este estado de ánimo aparecen los bloqueos, que no son otra cosa que “nudos emocionales”.

      Qué significa tener la energía alta:

      • Sensación de gestión sobre ti misma.

      • Te sientes vital y con ganas.

      • Te muestras optimista.

      • Eres productiva.

      • Te sientes alegre.

      Entonces, ¿cómo consigues elevar tu energía? Usando un “cargador de batería”. ¿Y cuál es el más adecuado para ti? Pues nada tan fácil como detenerte, respirar y romper ese bloqueo que te paraliza haciendo algo que te guste, como por ejemplo, escuchar música, canciones que te cargan las pilas, bailar, salir a dar un paseo, ver una película que te distraiga o leer un libro que te emocione; en definitiva, se trata de hacer cualquier cosa que te haga sonreír y que te motive.

      Mantener la energía alta no cuesta dinero ni tampoco esfuerzo, porque consiste en detenerse, ser consciente de lo que te pasa y dedicarte a ti misma, aunque sea por un momento. Así pues, el cargador y el mando a distancia de tu bienestar lo tienes tú, solo tienes que pulsar el botón adecuado.

      2. Descanso y buena alimentación. El descanso y la alimentación sana son vitales para recuperar la energía que gastamos.

      El sueño debe ser reparador y dormir una media de 7-8 horas seguidas durante la noche es muy importante, como también lo es tomarse alguna pausa durante el día. El descanso relaja y recupera nuestro organismo. Sabemos además que una correcta alimentación nos aporta vitaminas y nutrientes que son la gasolina de nuestro organismo. ¿Sabes que hay alimentos que condicionan tu estado de ánimo hasta tal punto que hacen que te sientas bien o mal? De hecho, nuestras emociones están directamente relacionadas con nuestra alimentación, ya que las elegimos según nos sentimos en cada momento.

      Piensa en qué circunstancias comes alimentos menos saludables y cómo te sientes después. Lo que comemos nos hace sentir mejor o peor en función de si se libera serotonina, la hormona de la felicidad, o no, y la buena noticia es que hay alimentos que la liberan, mejoran el estado de ánimo provocando bienestar, como, por ejemplo, la fruta, la verdura, los frutos secos y muchos otros cuya información puedes consultar con un/a nutricionista.

      Nuestro cuidado empieza siempre desde dentro hacia fuera, nunca al revés. Nuestra piel, nuestra mirada, nuestros músculos, nuestros pensamientos son fruto de los cuidados que nos demos o no. Con respecto a la piel, por ejemplo, ¿cuál crees que es la mejor hidratación? Obviamente el cuidado externo favorece, sin embargo, la mejor manera de lucir una piel bonita, sea cual sea nuestra edad, es una adecuada y correcta hidratación interior, con suficientes aportes vitamínicos y un buen descanso. Cuida de ti por dentro y lucirás por fuera.

      3. Sentido del humor. No te juzgues ni seas tan exigente contigo misma. El humor facilita cualquier proceso de cambio y reírte de ti misma es muy liberador. Existe una conexión cuerpo-mente que quiero que conozcas y, para ello, te propongo un ejercicio que consiste en lo siguiente: ponte en pie, levanta la cabeza, mírate fijamente en un espejo y sonríe sin motivo aparente. Mantén la sonrisa durante un minuto y deja que tus pensamientos fluyan solos.

      Al realizar este gesto, en nuestro cerebro se segregan sustancias químicas que provocan bienestar y teniendo en cuenta que pensamientos y reacciones van unidos, el cerebro interpreta que si estoy sonriendo (reacción) es que algo bueno sucede, de manera que los pensamientos que aparezcan serán agradables. Pruébalo ahora y comprueba el resultado, verás cómo con este sencillo truco puedes cambiar tu estado de ánimo.

      “Como una lluvia de verano agradable,

      el humor de repente puede limpiar

      y refrescar la tierra, el aire y a ti”

      Langston Hughes

      4. ¡Activa tu felicidad! Antes que nada piensa en qué es la felicidad para ti, qué pequeños gestos te hacen sentir bien y ve a por ellos sin excusas. Haz de pequeños instantes, momentos extraordinarios.

      La endorfina es la hormona de la felicidad y se libera haciendo aquello que te gusta: deporte, pasear, leer, bailar, etc. Te sentirás emocionalmente mejor y lo único que necesitas para activar tu bienestar es hacerlo ahora. De manera que si te apetece un pequeño capricho, no esperes a que sea un día especial, porque el día especial no es un día marcado en el calendario, el día especial es aquel que tú inventas y al que le das un momento genial.

      ¿Tienes algún vestido por estrenar, a alguien a quien quieras llamar, besos por dar, abrazos por regalar? No esperes a que sea sábado, a que llegue un cumpleaños, a que llegue el verano para disfrutar de aquello que te haga feliz ahora, porque esperar no te permite disfrutar, hacer lo que te gusta, ahora, sí. El mejor momento es ahora, el otro mejor momento fue ayer, y mañana, ya veremos.

      5. Invierte tu tiempo en el hoy. Vivir el momento y sentir tu presente te permitirá avanzar. Recuerda que el viaje no es la meta, sino cada pequeño paso hasta llegar hasta ella.

      Las acciones de hoy crean tu futuro, de modo que, cómo te sientas mañana, dependerá de cómo te cuides hoy.

      6. Mini-objetivos. Se trata de dar pequeños pasos. Poco a poco, sin prisa ni pausa, así evitarás agobiarte con grandes objetivos a largo plazo. Esto es como un paseo y tienes que disfrutar de las vistas… así que ya sabes, pasito a pasito conquistarás tu destino.

      7. Ocúpate. No dediques tiempo a preocupaciones inciertas que no sabes si van a ocurrir.


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